BOXEO

Navarrete se consagra en una guerra total ante Valdez

Emanuel Navarrete retuvo el Mundial WBO del superpluma al vencer por decisión unánime a Óscar Valdez. El campeón lanzó más de 1.000 golpes.

Emanuel Navarrete golpea a Óscar Valdez durante su combate./Top Rank
Emanuel Navarrete golpea a Óscar Valdez durante su combate. Top Rank
Álvaro Carrera

Álvaro Carrera

Marco Antonio Barrera y Erik Morales han protagonizado una de las trilogías mas espectaculares en la historia del boxeo mexicano. Este sábado quisieron estar en Glendale (Arizona) para el que podría ser el inicio de otra. Emanuel Navarrete derrotó a Óscar Valdez por decisión unánime (116-112, 118-110 y 119-109) para retener el Mundial WBO del superpluma. El campeón fue mejor, pero las cartulinas fueron demasiado amplias. Con lo visto el ring una revancha vendería, pero el Vaquero está buscando ya las unificaciones... y Valdez parece que ha entrado en su ocaso. Aún así, nada se puede achacar a ninguno.

Un duelo entre mexicanos es sinónimo de guerra. La premisa se cumplió. Desecharon la idea de tener un asalto de estudio y salieron a intercambiar. Navarrete estuvo mejor en el primer asalto y en el segundo vimos una de las claves de la pelea. Valdez conectó con potencia y Navarrete ni se inmutó. Sin potencia para frenarle, el exolímpico iba a pasarlo mal. El Vaquero es una máquina de lanzar golpes y lo volvió a demostrar. En todo el combate lanzó 1.038 golpes, es decir, más del doble que su oponente (436). Una salvajada.

Si algo caracteriza a Navarrete es su ritmo, no su técnica. El mexicano es un púgil con un estilo poco convencional. Lanzó golpes desde ángulos raros y con la posición de sus pies mal situada. Es extraño, pero efectivo. Además, el Vaquero no titubeaba y lanzaba combinaciones de cuatro, cinco y hasta seis golpes. Acabó con un 21% de acierto (217 golpes), pero percutió más que Valdez, quien se quedó en un 32% de atino (139). No importa el cómo, importa el resultado. Y la visual fue clara. Navarrete se llevó manos duras, pero se marchó a casa con la cara como si no hubiese boxeado. Mientras, el exolímpico acabó con el rostro tumefacto y el ojo derecho completamente cerrado. La guerra sólo se manifestó en el cuerpo de uno.

Fuera de datos, la pelea fue una guerra constante. El upper de Valdez, con el que noqueó a Berchelt en 2021, fue su arma más peligrosa, pero no hacía daño. Navarrete es un caso extraño. Es campeón en tres divisiones y en cada una de ellas parece más fuerte y con mayor aguante. El segundo asalto y el sexto, después de conectar de manera potente con volados, fueron para Valdez. Debía apretar y eso le hizo ser agresivo en la segunda parte del combate.

Valdez lo intentó, pero el ritmo de Navarrete hacía que la balanza se siguiese decantando para el lado del campeón. El Vaquero se hizo daño en el décimo asalto en su mano derecha, lo que impidió sacar tanto trabajo con ella, aún así el volumen fue alto. Sin otra opción, Valdez olvidó su salud y su ojo derecho. Se fue al cruce con todo, pero ahí el Vaquero está en casa. Un púgil muy técnico podría meterle en problemas, pero el estilo de Valdez le caía perfecto para lucir, como hizo. La primera de las cartulinas (116-112) fue la más ajustada a la realidad, pero no quedó ninguna duda. El Vaquero Navarrete es mejor y ganó con justicia. El día de su confirmación cumplió.