BOXEO

"Nadie puede vencer a este Canelo": Jermell Charlo es aplastado por Álvarez

Saúl 'Canelo' Álvarez derrotó a los puntos a Jermell Charlo para mantener los Mundiales WBC, WBA, IBF y WBO del superwelter. El mexicano mostró mejor nivel que en sus últimos pleitos.

Canelo Álvarez acorrala a Jermell Charlo contra las cuerdas./Showtime Boxing
Canelo Álvarez acorrala a Jermell Charlo contra las cuerdas. Showtime Boxing
Álvaro Carrera

Álvaro Carrera

Canelo Álvarez se reencontró este sábado en el T-Mobile Arena de Las Vegas. El número uno de la industria demostró que sigue en la pugna por estar en lo más alto del ranking libra por libra. Por nombre, el azteca, de 33 años, se enfrentaba a uno de sus mayores retos. Por primera vez en la historia dos campeones indiscutidos (se llama así a los boxeadores que poseen los cuatro cinturones de un mismo peso) se cruzaban y eso hacía la pelea se presentase igualada. Una vez que sonó la campana no hubo color. Canelo aplastó a Jermell Charlo durante todo el pleito y acabó llevándose el triunfo por decisión unánime (119-108, 118-109) para retener los mundiales WBC, WBA, IBF y WBO del supermedio.

Charlo, de 33 años, mostró confianza durante toda la semana de pelea, pero esa actitud desapareció el día de la pelea. El estadounidense entró al pabellón con una actitud que denotaba nerviosismo. Jermell iba mirando a los lados, masticaba chicle y ponía su vista en el suelo. Todo lo contrario destilaba Canelo, quien iba confiado, con paso firme y en su vestuario había gran armonía. El tapatío bailó, jugó con su hijo de cinco años... en el físico y en la actitud se le veía una dinámica bien diferente a la de sus últimos pleitos. Las entradas al ring evidenciaron lo mismo y una vez que sonó la campana no cambió.

Las claves de la pelea eran dos: el estado de Canelo y la adaptación de Charlo. El de texano decidió subir dos categorías de peso para el desafío, pero seguía teniendo la diferencia de tamaño a su favor. Debía aprovecharla, pero no fue capaz. Ambos salieron con cautela. En el primer minuto y medio de pelea lanzaron un golpe. Fue Charlo y tiró un jab tan timorato que dejaba bien claro su temor. Poco tuvo que arriesgar Álvarez, con un par de arreones impactó con dureza en la guardia de su rival. Le servía, simplemente quería marcar territorio.

En el segundo round comenzó el monólogo. Charlo tomó el exterior del ring y Canelo fue cerrando espacios con gran maestría. Caminaba, no corría, y poco a poco iba a achicando los espacios. Una vez que el estadounidense estaba contra las cuerdas, Canelo le conectaba manos muy duras. En la previa, Derrick James, entrenador de Charlo, aseguró que debían tener un ritmo alto para poder ganar. No fue posible. El estadounidense intentó hacer algo más desde el cuarto, metió golpes y ahí se encontró con otro escollo: Canelo tenía una guardia férrea, se quitaba manos con gran facilidad y si tenía que asimilar lo hacía sin pestañear. Era invencible para él.

Con esa premisa, el combate fue desarrollándose e inclinándose del lado de Canelo. El mexicano fue un martillo toda la noche. Pegaba abajo y arriba con gran dureza, lo que provocó que Charlo no supiese por dónde venía el ataque y recibiese golpes. En el séptimo asalto estuvo la máxima emoción del pleito. Álvarez marcó distancia con su jab y abrió el hueco para percutir con su derecha en el rostro de Charlo. El estadounidense buscó agacharse, lo que le dejó un upper en bandeja al azteca. La segunda mano no fue la dura, el daño venía de la primera acción y Charlo puso la rodilla en el piso. Estaba tocado, pero curiosamente tuvo su mejor golpe después de esa acción. Con Canelo buscándole, Charlo le contestó con un potente crochet de izquierda. El mexicano lo asimiló sin perder el ritmo de presión. Otro nivel.

Consciente de su clara inferioridad, la cara de Charlo dejó claro que iba a intentar sobrevivir para acabar en las cartulinas, pero sabía que tenía cero opciones de ganar. Intentó alguna mano, pero si en el cuarto y quinto no logró nada, poco hacía indicar que lo consiguiese al final. Álvarez siguió controlando: pegaba y se quitaba los contragolpes con gran facilidad. No había color. El mexicano intentó el KO, ya que no noquea desde noviembre de 2021. Lo intentó, pero Charlo al menos demostró amor propio para terminar. "Nadie puede vencer a este Canelo", espetó el tapatío tras la decisión de los jueces. Se fue a la montaña para trabajar en altura y así intentar recuperar su mejor versión. Lo hizo. Canelo volvió a ser Canelo.