Una revancha que tendrá "nada más que violencia" y que UFC rechazó
Jorge Masvidal y Nate Díaz se enfrentarán este sábado, en California, en un combate de boxeo a diez asaltos. Pelearon en UFC en 2019 con victoria para Masvidal.

El 2 de noviembre de 2019 será una fecha siempre recordada por los aficionados de la UFC. Ese día se estrenó el cinturón BMF, un título honorífico que premiaba al luchador "más malo". El oro fue una estrategia de la empresa para darle más relevancia al combate con el que iban a estelarizar un evento en el Madison Square Garden. La arena, una de las más importantes del mundo, siempre necesita un plus y así se lo dieron.
El duelo estelar no iba a ser entre tops de la UFC, pero sí entre dos hombres de los más queridos por el público debido a su valentía. Jorge Masvidal y Nate Díaz chocaron en un combate que apuntaba a tener mas ritmo del que acabó teniendo. Hay que destacar que un corte de Díaz hizo que el duelo se parase en el tercer asalto. El final fue anticlimático y generó una gran corriente que exigía la revancha. La UFC la rechazó por sistema.
Masvidal vio cómo su carrera se revalorizó y la victoria le dio la oportunidad de pelear frente a Kamaru Usman por el cinturón del peso welter. Por su parte, Díaz realizó dos combates más antes de finalizar su contrato con UFC. Nate quería volar y probar cosas nuevas, por ello, decidió probar suerte en el boxeo. En agosto de 2023, se enfrentó a Jake Paul y perdió en un pleito que le reportó mucho dinero. Masvidal decidió dejar las MMA en abril de 2023 después de sumar cuatro derrotas consecutivas. Era lo lógico, pero su instinto de peleador (comenzó a competir en peleas callejeras en Miami) le decía que le quedaba algo más.
La dinámica de ambos era mala. Masvidal había ganado dos de sus últimos ocho combates y Díaz dos de los últimos seis. Además, Nate había tenido un parón entre 2016 y 2019. Cerca de los cuarenta y con esos registros, la pelea no interesaba. A ellos sí, por ello, comenzaron a negociar la posibilidad de hacer una revancha. Su relación con UFC es buena (Nick, hermano de Nate, peleará en agosto en la empresa), por ello no quisieron hacer competencia. Habría secuela, pero en boxeo profesional. Además, no quieren malos entendidos. El pleito se había programado para el 1 de junio, pero su coincidencia con la última pelea de Makhachev hizo que se moviese hasta este 6 de julio. Quiero dinero, pero no molestar y les salió bien, ya que gracias al movimiento UFC Fight Pass ofrecerá en PPV el pleito.
Pese a todos los condicionantes, dos strikers con estilos tan alocados es una pelea que vende. No son luchadores recordados por su talento en la jaula, pero dar espectáculo siempre genera una conexión con el público muy especial. Por ello, todos los fans quieren ver la pelea. Ellos lo saben y Masvidal, en la conferencia de prensa previa, no dudó en darles lo que quieren. "Todos saben lo que les espera. Nada más que violencia. Eso es lo que voy a dar. Estaba ocupado persiguiendo títulos mundiales después de nuestra primera pelea. Ahora estamos en boxeo y es diferente. No puedo esperar a entrar y hacer lo mío", apuntó Masvidal.
Las palabras, como esperaban, han servido de mecha y poco importa el plano deportivo. En la segunda conferencia de prensa los equipos de ambos acabaron a golpes. Ya no hay marcha atrás. Ninguno es boxeador. Aunque el deporte forme parte de las MMA, los automatismos son muy diferentes. Nate lleva más tiempo centrado en él, aunque entre el duelo frente a Paul y este han pasado once meses. Para alguien tan inconstante es mucho. Por su parte, Masvidal tiene una pelea como boxeador profesional en 2005. Media vida, es anecdótico. Lo que vaya a suceder en Anaheim es una incógnita, pero el espectáculo está garantizado y eso importa al público. Quieren ver lo que suceda y los luchadores ganar dinero en una revancha que la UFC rechazó y ellos se han empezado en regalar a sus fans.