BOXEO
Rocío Carrasco narra la historia nunca contada de su padre Pedro Carrasco, 'El Peinado' que llegó a "parar un ascensor con una mano"
La hija del púgil onubense reivindica la figura de su padre, campeón del mundo y siete veces campeón de Europa.
Sandor Martín pelea esta noche en el Madison Square Garden por el título mundial del Superligero. De conseguirlo, el púgil de Barcelona se convertiría en el decimosexto boxeador español en lucir el cinturón del campeón del Mundo. Desde Baltasar Berenguer hasta Kiko Martínez lucen nombres como José Legrá, Javier Castillejo, Gabriel Campillo… o Pedro Carrasco.
El púgil onubense fue campeón del mundo del peso ligero tras imponerse a Rene Roque a los puntos en una pelea celebrada en Madrid en 1971. Fue el culmen de una carrera en la que también lucen siete entorchados continentales (seis en peso ligero y una en el superligero) y un balance de 105 victorias (67 de ellas por KO), tres derrotas y dos combates nulos en toda su carrera.
A pesar de sus números y sus títulos fue su matrimonio con la cantante Rocío Jurado el que le dio más notoriedad y fama. Por ello ahora su hija Rocío Carrasco se ha decidido a contar su verdadera historia, como desveló en una entrevista realizada en Radio Estadio de Onda Cero, donde Carrasco reivindicó la figura de uno de los boxeadores más importantes de la historia de nuestro país.
"Él sabía que era una estrella, pero creo que su historia está mal contada. Se le debe su historia real y no quedar por los últimos años de su vida", aseguró Rocío Carrasco, que desveló que está preparando una serie para contar la verdadera historia de un boxeador que comenzó su carrera en Brasil, donde habían emigrado sus padres.
Rocío Carrasco aprovechó su paso por Onda Cero para contar algunas anécdotas sobre su padre, un boxeador al que llamaban 'El peinao' porque "decían que entraba en el ring peinado y salía peinado". Rocío asegura que "muchas cosas con las que la gente va a flipar porque no se saben". Como la vez que se lesionó la mano en un ascensor. "Te contaba que había parado un ascensor con la mano".
Anécdotas y recuerdos sobre un púgil que trascendió el cuadrilátero y salió de él en 1972, cuando empezó a ver cosas que no le gustaban. "Le llegaban ofertas que no quería aceptar por nada del mundo. Él decía que las peleas tenían que ser limpias y no cabían en su mente ni en su profesión otro tipo de peleas. Es un deporte noble por eso. Yo no me estoy peleando por nada con otra persona, estoy haciendo un deporte".