Ryan García sorprende al mundo: arrolla a Haney, pero no es campeón mundial
Ryan García derrotó a Devin Haney por decisión mayoritaria tras enviarle al suelo en tres ocasiones. El campeón no pierde su corona por el fallo en la báscula del aspirante.

El boxeo volvió a salvar al boxeo. El duelo entre Devin Haney y Ryan García debía iniciar una rivalidad que enganchase a una generación. Ambos tienen 25 años y son capaces de llegar a un público que de otro modo no accedería a este deporte. La aproximación no fue la mejor. Ryan jugueteó con problemas mentales (todavía no se sabe si son reales o no), se pasó un kilo y medio en la báscula y bebió una cerveza de un trago en la previa. Todo mal. El ring hizo que todo eso vaya a caer en el olvido. Lo sucedido sobre la tarima pasará a la historia. Este sábado, en Brooklyn, se inició una rivalidad que puede ser legendaria. Ninguno esperábamos que García pudiese dar un desempeño tan bueno. El noble arte tiene estas sorpresas tan gratas. Todo parecía vendido, pero Ryan acabó siendo el rey de la noche… aunque sin corona.
El californiano, como durante toda la previa, parecía nervioso y fuera de sí. Óscar de la Hoya, su promotor, aseguró que el púgil le dijo que todo era mentira. Debió serlo. En el primer asalto demostró que tenía lo necesario para complicar a un Haney que hasta ahora sólo había sufrido con Vasyl Lomachenko. Con un crochet con su mano adelantada, aprovechando su mayor tamaño, hizo mucho daño a Haney. Quién se vio sorprendido. El campeón mundial WBC del superligero tomó el ritmo rápido. Cogió la distancia e intentó mandar. Del segundo al quinto asalto Devin fue superior. Tenía la distancia y velocidad tomadas. García parecía desesperarse, incluso intercambiaba palabras con el público que estaba más cerca del ring.
En el sexto round algo pareció cambiar. García conectó una ráfaga de golpes que no hirió a Haney, pero dejó claro el nuevo rumbo que iba a tomar la pelea. En el séptimo acto comenzó el calvario del campeón. Ryan conectó el mismo crochet que en el asalto inicial. Esta vez no tocó de refilón, lo hizo con contundencia y pareció un milagro que se levantase. En la retransmisión de DAZN iban a hablar con el padre y entrenador de Haney. Su cara fue un poema. Su hijo estaba KO. El árbitro fue permisivo al contar, también con los siguientes instantes. Haney se agarró en exceso y ahí García no pudo controlarse. Golpeó a su oponente tras un "stop" del árbitro y el referí le quitó un punto. Pudo ser clave, porque además esos segundos extra le dieron a Haney la oportunidad de recuperarse.
Ryan García mandó en el octavo, pero no arriesgo en exceso. Puso más ritmo, sabía que debía sumar y la oportunidad volvería a llegar. No lo hizo en el noveno, cuando se trabaron demasiado ambos. Garcia parecía volver a estar desconectado, pero ese reseteo le llegó a Haney en el décimo. El californiano tiró el crochet que le dio la victoria. Lo falló, pero Haney empezó a recular y se quedó encerrado en el esquinero. Ahí llegó el uno-dos que provocó la segunda caída. El campeón se rehizo, pero quedaba la peor de todas. En el undécimo, tras fallar otro crochet, Ryan repitió la mano y conectó de nuevo. Esta vez la cara de Haney al caer parecía la definitiva, pero no. Se rehizo. Una cuarta caída estuvo cerca en esos rounds, pero con una sentadilla al límite la salvó.
El último asalto podría ser decisivo, pero todo estaba encarrilado. Ryan estaba mucho más entero y en lugar de finalizar se dedicó a sacar la lengua y bailar. Si hubiese sido más ordenado en los momentos clave podría haber terminado antes del límite. Aún así, ganó por decisión mayoritaria (112-112, 114-110 y 115-109). No es campeón mundial por su fallo en la báscula. Tuvo que pagar millón y medio de dólares de multa a Haney (lo habían acordado en la previa) y no optaba al cinturón. Haney mantiene el título ya que según el reglamento del WBC, con el exceso de tonelaje de Ryan el campeón no puede perder su corona. Con ello, la opción de revancha ya sobrevoló el ring. Ambos se mostraron dispuestos, pero el WBC debe tener la última palabra. Sandor Martín tenía la promesa de ser el siguiente. Eso es futuro, pero el presenta deja claro que King Ryan está de regreso, aunque esta vez sin corona.