El día que Whitaker peleó en Madrid: "Poli Díaz hizo de las suyas en la grada"
Pernell Whitaker boxeo en Madrid en 1990. Un año más tarde se enfrentó con el 'Potro de Vallecas' Estados Unidos. El pleito sirvió para caldear el futuro enfrentamiento.

"Te voy a arrancar la cabeza", gritaba Poli Díaz desde la grada a Pernel Whitaker. El estadounidense visitó Madrid el 22 de noviembre de 1990. Peleó en el Palacio de los Deportes en una pleito de rodaje. Deportivamente el enfrentamiento no llamaba la atención, pero media España estaba atenta. "Poli hizo de las suyas en la grada", aseguran algunos aficionados todavía hoy.
Sin título en juego y sin motivo deportivo, ¿por qué vino Whitaker a España? Querían vender la pelea contra El Potro de Vallecas. "No organizamos la pelea, lo hicieron los hermanos Acaries. Nosotros estábamos en la grada. Decidieron traer a Whitaker a España para que se le viese y montar un poco de show. En ese momento el combate estaba medio cerrado. Él no vendía en Estados Unidos. Los afroamericanos no generaban tanta atención allí y su estilo no acababa de convencer. Necesitaban generar ruido", rememora a Relevo Ricardo Sánchez Atocha, entrenador y manager de Poli.
El plan surtió efecto. Whitaker ganó al también estadounidense Benjie Márquez (18-8-1 de récord en ese momento). El campeón mundial WBC, WBA e IBF del peso ligero iba sobrado y ganó con claridad. Al acabar las miradas se dirigieron a la grada. "Poli le dijo que le mataría, que le iba a arrancar la cabeza… las cosas de Poli. La gente, obviamente, estaba loca al lado gritando y animándole", apunta Sánchez Atocha. En ese momento Díaz era ya ocho veces campeón de Europa y uno de los "niños bonitos" del deporte en España. El púgil se codeaba con la élite del país y todo lo que tocaba se convertía en oro.
El encuentro no fue más allá, pero como reconoce el que fue su manager, fue clave para cerrar un combate que se venía negociando desde mucho antes. Fue duro de acordar y todavía hubo que esperar. El estadounidense realizó en febrero de 1991 una defensa de su corona y Poli realizó dos peleas de rodaje. Finalmente el esperado pleito sucedió en julio de 1991.
La fama de Poli Díaz provocó que uno de los tira y afloja de las negociaciones fuese el lugar. Finalmente fue el aspirante el que viajó a casa del campeón. Whitaker nació y vivió en Norfolk (Virginia), pero "el que llenó el pabellón fue el español". "Llegamos nueve días antes y Poli armó su show desde el primer segundo. Eran sus cosas, siempre se hacía notar donde estaba. El promotor del evento, Lou Duva, me reconoció que el pabellón lo llenó Poli", comenta Sánchez Atocha.
La pelea generó gran expectación, ya que Díaz estaba invicto en 32 peleas y había finalizado a 21 rivales. Por encima de números, El Potro de Vallecas hizo recuperar la ilusión por el boxeo al público en España. Los Legrá, Velázquez o Carrasco habían sido ídolos en los 70, pero el cambio social en el país fue relegando al deporte. Las televisiones y los medios empezaron a hacerle el vacío debido a la absurda creencia de que el boxeo era "el deporte del régimen". Poli hizo desaparecer ese estigma. El boxeo volvía a estar de moda y él era un referente.
El combate de Poli contra Whitaker hizo que dos millones de españoles trasnochasen para poder ver el combate en directo. El estadounidense ganó con holgura al español, quien sin saberlo acababa de comenzar su declive. El dinero le llevó a la mala vida y aunque volvió a boxear dos años después ya nunca volvió a ser el mismo.