LA VUELTA FEMENINA

Anna Kiesenhofer: la campeona olímpica de ciclismo que detesta el pelotón

La ciclista de Israel PremierTech, matemática de profesión, es un satélite del pelotón que es protagonista en las carreras a base de escapadas.

Anna Kiesenhofer, durante su escapada de la cuarta etapa de La Vuelta Femenina by Carrefour.es /UNIPUBLIC / SPRINT CYCLING
Anna Kiesenhofer, durante su escapada de la cuarta etapa de La Vuelta Femenina by Carrefour.es UNIPUBLIC / SPRINT CYCLING
Fran Reyes

Fran Reyes

Es más fácil cambiar al pelotón de prioridades o de entorno que de estado de ánimo. La etapa de ayer es siempre imprescindible a la hora de entender la etapa de hoy; tanto la calma como el chamuco se quedan dentro de cualquier ciclista. Por eso los 40 primeros kilómetros de la cuarta etapa de La Vuelta Femenina by Carrefour.es fueron una prolongación de la tercera, con sus nervios y su caos; y también lo fueron los 40 últimos, en los que las cracks (Annemiek van Vleuten, Demi Vollering, Chloé Dygert, Mavi García) y los bloques se enredaron en ataques y contraataques para que, al final del todo, ganara una Marianne Vos cuyo Jumbo-Visma quemó todas sus naves para propiciar una segunda victoria consecutiva de su leyenda, firme dueña del maillot rojo de líder.

Entre los 40 primeros kilómetros y los 40 últimos, una fuga. En ella, tres ciclistas de los voluntariosos equipos Continentales españoles, que luchan por sobrevivir en un pelotón poderoso y ocasionalmente ofrecen destellos esperanzadores. En ella, una mujer de oro: Anna Kiesenhofer, campeona olímpica en Tokio y verso libre del Israel PremierTech – Roland.

La realidad es que Anna Kiesenhofer (1991, Kreuzstetten) no es ciclista, sino matemática; y de las brillantes. Reside en Suiza, donde durante años fue investigadora universitaria, después de licenciarse en Viena y Cambridge y doctorarse en la Universitat Politècnica de Catalunya. Fue allí, viviendo en Arenys de Mar, que acaeció su epifanía ciclista. La afición a la bici la llevó a competir y, en 2016, ganó la Copa de España con el equipo Frigoríficos Costa Brava del Club Ciclista Ataraxia. Aquel año también triunfó en la cima del Mont Ventoux dentro del durísimo Tour de l'Ardèche, metiéndole cuatro minutos a la segunda.

Tal fue su nivel que llamó la atención del Lotto-Soudal femenino, en cuya disciplina duró solamente hasta abril de 2017. A partir de ahí desapareció casi completamente, compitiendo sólo cuándo y dónde le apetecía, hasta que llegaron los Juegos de Tokio. Allí, el milagro. Se metió en la escapada del día, fue la más fuerte de la misma, y llegó en solitario hasta meta para hacerse con el oro olímpico. Fue una carrera extraña entre errores de señalización, ausencia de referencias e incluso algún atropello. Pero fue.

Kiesenhofer se alzó con el mayor honor que puede recibir un deportista y su teléfono empezó a sonar. Ella no aceptó ninguna propuesta. Autodidacta hasta el punto de entrenarse a sí misma usando modelos matemáticos, rehusaba formar parte de la disciplina de ningún equipo; sólo correría bajo sus propias condiciones. Éstas le llegaron cuando el modesto equipo murciano Soltec le ofreció correr con sus colores la Ceratizit Challenge by La Vuelta. "Miré el recorrido, me gustó y acepté". Protagonizó una escapada de 160 kilómetros camino de Segovia que casi culmina con victoria. Reventada, después de unos minutos recuperando resuello, contaba: "No me he enrolado en ningún equipo profesional porque eso me hubiera obligado a participar en muchas carreras que no me gustan. Yo soy una contrarrelojista a quien le gusta ir en solitario y que detesta especular y jugar con la estrategia".

Este invierno, Kiesenhofer decidió darse una última oportunidad de ser ciclista con Israel PremierTech – Roland, escuadra de matriz suiza encuadrada en la parte baja del UCI Women's WorldTour. Su individualismo y sus particularidades en ocasiones desquician a los técnicos, pero es la ciclista de mayor nivel deportivo del equipo. El regreso a un ambiente competitivo más estructurado le está costando. "Esta temporada está suponiendo un gran aprendizaje, y también me está dando momentos muy duros", confiesa a Relevo. "Me asusto mucho rodando en el pelotón. Pero los momentos más jodidos traen aparejadas las lecciones más valiosas. Cada vez voy mejor, y voy a seguir".

La Vuelta Femenina no está siendo un camino de rosas para Kiesenhofer: "Odio las caídas, y en la segunda etapa me caí dos veces". Aun así, camino de Guadalajara logró entrar en la escapada del día. "Porque, como todo el mundo sabe, las fugas son mi punto fuerte", explica. "Detesto rodar en el pelotón, así que las escapadas son mi única opción para destacar". Esta escaramuza en concreto estuvo lejos de triunfar, pero le permitió reivindicarse y recoger el maillot blanco de ciclista más combativa. "He podido dar protagonismo a mi equipo, y demostrar que sigo siendo fuerte y no una cualquiera que va siempre la última del paquete". Ahora llega la montaña, su terreno, con el final en cuesta de Riaza (viernes), el serrucho de Cantabria (sábado) y la mítica ascensión a los Lagos de Covadonga (domingo). Probablemente la veamos, siempre ejerciendo un modesto papel impropio de un oro olímpico. ¿Pero quién dijo que todos debíamos ser como deberíamos ser?