CHAVA, EL CICLISTA DEL PUEBLO

Los enigmas de Chava Jiménez en el Angliru resuenan 25 años después: "Puede que esa versión sea verdad, lo dejo en un 50-50"

El documental de Relevo sobre Chava emitido por Movistar Plus + profundiza en los detalles de una de las victorias más recordadas por el ciclismo español.

Jose María Jiménez cruza la meta en el Angliru en la vuelta a España de 1999/Agencia EFE
Jose María Jiménez cruza la meta en el Angliru en la vuelta a España de 1999 Agencia EFE
Sergio Santos

Sergio Santos

12 de septiembre de 1999, Vuelta a España. Es domingo y el país se paraliza porque por primera vez en la historia se asciende el Angliru, una cima sobre la que los días anteriores corrieron ríos de tinta para intentar pronosticar cómo conseguirían los ciclistas superar las rampas de hasta el 23,5%. "Estábamos seducidos y obnubilados por lo que iba a pasar. ¿A quién se iba a comer el Angliru?", recuerda Javier Ares, una de las voces de ciclismo más autorizadas en España, 25 años después. El narrador ha puesto su memoria al servicio de 'Chava. El ciclista del pueblo', un documental de Relevo para Movistar Plus +, donde también aparecen muchos más nombres ilustres del ciclismo español.

Para poner en contexto lo que significó la gesta de Chava Jiménez en el país, un dato: la etapa tuvo una audiencia media de 4.532.000 espectadores y hubo un momento en que 5.500.000 (un 50% de share) sintonizaron la Vuelta. Es decir, uno de cada dos españoles que estaban delante del televisor esperaban atentos al primer ganador del Angliru. "Se movió mucho en la Prensa, era el puerto más duro que se había hecho", recuerda Fernando Escartín, uno de los mejores escaladores españoles en aquel momento (no pudo finalizar aquella estapa porque se cayó en uno de los descensos previos).

El coloso final estaba precedido por los ascensos a un puerto de segunda categoría (la Ventana) y dos de primera (la Cobertoria y Soterraña). Un recorrido diseñado para romper la carrera y dejar espacio para la épica, más aún con la lluvia que cayó durante casi toda la etapa. Para añadir más emotividad a todo esto, un detalle menor para casi todos pero especial en el caso de José María 'Chava' Jiménez, el mítico ciclista de El Barraco fallecido un 6 de diciembre de 2003: el ganador, además de un cheque por valor de un millón de pesetas, recibiría un caballo. ¿Por qué era esto importante? Sergio, el sobrino político de Jiménez, con quien estaba muy unido, había perdido el suyo poco tiempo antes. "Mi sobrino tenía nueve o diez años y Jose tenía debilidad por él, le decía que no se preocupara que tendría otro caballo", recuerda Azucena, mujer del Chava, para Relevo. "Yo no tenía ni idea de que ese era el premio", relata Sergio.

Con todos estos ingredientes en el menú del día, José María inició una etapa que previamente había ido a reconocer, aunque en aquel primer contacto tuvo que recibir una ayuda inesperada. "Fue a verlo medio sin dormir, porque se había ido de fiesta, y se puso a subirlo. Con los desarrollos que usó, no era capaz, y un aficionado se los cambió. Lo subió y quedó enamorado del puerto, dijo que lo tenía que ganar y lo marcó en rojo". Quien habla es Juanjo, más conocido como Pinchote, uno de los mejores amigos del Chava desde su infancia hasta su trágico fallecimiento. "Por el perfil de la etapa y el final, se adaptaba perfectamente a sus características", cuenta Eusebio Unzue, director de Banesto y actualmente de Movistar, cuando el equipo cambió de patrocinador.

Tonkov, la niebla... y la leyenda

A aquella última subida llegó Pavel Tonkov, ciclista ruso, en cabeza. Por detrás, a casi un minuto, Chava descolgaba a Roberto Heras y se lanzaba en solitario a la caza de la victoria, pero con una distancia por reducir que provocó que hasta Perico Delgado, que comentaba la etapa, se lamentara porque no le iba a dar tiempo a recortar tanto tiempo. "De repente aparece ese paisaje apocalíptico con la niebla y aquella situación casi irreal, que parecía una película de Sherlock Holmes, con Tonkov en cabeza, que iba a ganar la etapa", dice Ares. "Fue algo… Primero de sorpresa, luego de incredulidad y tercero de épica. O sea, este tío ya es capaz de ganar saliendo de la nada. Fue un poco el colofón a esa magia y esa leyenda que configuró la carrera y la leyenda del Chava, especialmente en la Vuelta. Es que todavía no acabo muy bien de entender cómo ganó el Chava en el Angliru", rememora el periodista. "Cuando apareció, fue como ver a la Virgen María, algo que no te esperabas de ninguna forma", dice Alfredo Relaño, presidente de honor del Diario As.

"Cuando apareció el Chava fue como ver a la Virgen María"

Alfredo Relaño Presidente de Honor de As

Esa leyenda que siempre le rodeó se trasladó también a esta victoria, la más importante de su carrera: pronto comenzó a correr el rumor de que se había ayudado de la moto de un periodista en los kilómetros finales. "Le he preguntado muchas veces y no me ha contestado. '¿Qué pasó, Chava?' Me decía: 'Apunten y no pregunten'. Entonces… Es un mito el Chava, en una cima mítica y ganó de una forma muy mítica", recuerda Santi Blanco, uno de sus mejores amigos en el pelotón. Parte de esa mística que le rodeaba se forjó por no salir casi nunca a desmentir las leyendas urbanas alrededor de su figura, daba igual que fuesen buenas o malas. "Decía 'buah, si a mí me subió una moto'... Y luego te das cuenta de que existían esos comentarios", narra su sobrino. Una de las personas a las que sí le contó su verdad el Chava fue a su fiel amigo Pinchote: "Él me decía 'Pincho, macho, yo iba viendo el antinieblas del coche del Mapei y sabía en todo momento dónde iba".

Pinchote explica cómo vio el Chava aquella etapa. "Supo regularse bien. Los tiempos en televisión no eran los reales. Recortó una cosa que nunca se había visto pero porque yo creo que los tiempos no eran reales". "No se agarró a una moto. Está muy controlado y más los de delante. Estaba la leyenda de que a Tonkov le molestaron los coches, pero el director de carrera dijo que Tonkov le contó que no", añade. Una versión que Fernando Escartín deja en el aire: "Puede ser que esa versión sea verdad, pero lo dejo en 50-50, porque las motos van vía satélite la señal y no suele fallar". "Tonkov no se quejó, no dijo 'este tío se ha cogido a una moto'. Igual lo dijo en ruso y no le entendió nadie", recuerda Relaño entre risas.

Un premio con valor sentimental

Más allá de leyendas que, con el Chava ausente, quedarán para siempre en el imaginario colectivo, lo cierto es que fue el barraqueño quien subió al podio como vencedor. Ahí, comenzó otra carrera: llevar al caballo que tenía como premio el vencedor desde Asturias hasta Pedro Bernardo, pueblo de Azucena, la pareja del Chava. Sergio, sobrino de Azu a quien el Chava quería regalárselo, recuerda aquellos días. "Gana en el Angliru, uno de los premios era un caballo pero a mí nadie me dice que fuera a ser para mí. Tengo el recuerdo de subir a Ávila, a Naturávila, a ver el caballo. Cuando lo recibí… No era lo que esperaba. Era pequeñito. Surgió la oportunidad de cambiarlo por otro, el que yo quisiera, porque en las dos semanas que estuvo allí el caballo fue mucha gente a verlo y querían que se quedase allí. Pero mi decisión era que se viniera para casa, nunca tuve la duda", explica Sergio.

Lo emotivo de todo esto es que el caballo… sigue vivo. "Después de 25 años sigue en casa. Cuando nos lo entregaron tenía un nombre raro y yo no tenía duda de que quería que se llamase Angliru. Se me llenan los ojos de lágrimas porque sé que antes o después tendré que despedirme de este caballo. Sé que ese es el caballo del Chava, es parte de él, un recuerdo vivo de mi tío. Es una unión con él", narra Sergio.

«El rey del Angliru»

Esta victoria en su conjunto, desde el reconocimiento previo del terreno hasta la forma de ganar y el premio posterior, refleja a la perfección la forma de ser y de ganar de Jiménez. "Para mí el Chava será siempre el rey del Angliru", dice su sobrino. "Gestos como el de regalarle ese caballo a su sobrino no eran una impostura, él era así", recuerda Ares. Ahora, más de 20 años después, las carreteras se llenan de pancartas y pintadas recordándole cada vez que se sube la mítica cima. La última vez que se ascendió, en 2023, la Peña Ciclista J.M. Jiménez El Chava acudió a la etapa. Al finalizar, cuando los corredores bajaban a sus respectivos autobuses, Mikel Landa vio el nombre del abulense. "¡Viva el Chava!", dijo. Un grito que comparten los aficionados al ciclismo cada vez que alguien recuerda el nombre de José María.