CICLISMO

El atropello a Eder Sarabia vuelve a poner en la palestra la sangrante indefensión del ciclista en la carretera: "Muchos no lo cuentan"

Relevo aborda la vulnerabilidad del colectivo tras el accidente del entrenador de fútbol, embestido este miércoles por un vehículo mientras rodaba en bicicleta.

Eder Sarabia, junto a imágenes de Alejandro Valverde y el difunto Michele Scarponi./RELEVO
Eder Sarabia, junto a imágenes de Alejandro Valverde y el difunto Michele Scarponi. RELEVO
Daniel Arribas

Daniel Arribas

No es el primero ni será el último, pero el atropello que ha sufrido esta semana Eder Sarabia, técnico del Elche y con pasado en el Barcelona, donde compartió banquillo con Quique Setién, no ha hecho más que evidenciar lo que es, sin duda alguna, uno de los puntos más negros de nuestro deporte: la vulnerabilidad de los ciclistas en la carretera.

El problema es social, en realidad, algo que trasciende al propio deporte. No solo los ciclistas deciden afinar su forma física en la bicicleta. También atletas, técnicos o ciudadanos de a pie —incluso periodistas, como quien escribe estas líneas—. "Es nuestra pasión, encontrar unas horas al día para salir con la bici y desconectar", asegura Jaime Romo, corredor salmantino de trail running que en primavera de 2023 sufrió un atropello que lo apartó de las competiciones.

"Yo recuerdo que era un jueves normal, por la tarde. Iba por una carretera en el Polígono de Cobo Calleja, que une Pinto y Fuenlabrada. No había nada de tráfico y yo circulaba de rojo, con una luz también roja, y por el arcén", cuenta a Relevo el salmantino, de 27 años. "Entonces, todo ocurrió muy rápido".

Jaime Romo recuerda cómo fue el atropello que sufrió en mayo de 2023.D.A. / RELEVO

"De pronto sentí un coche por detrás, escuché un zumbido que no venía por el lado izquierdo, sino por mi espalda, y según me giré, recuerdo un automóvil que resultó ser un BMW de grandes dimensiones", añade. "A partir de ahí, golpeé con mi cabeza en el suelo y lo siguiente que recuerdo es estar en la carretera tumbado, inmovilizado por la ambulancia, un montón de Guardia Civil, varios conductores que habían alarmado de la situación y el conductor del vehículo, que no paraba de pedir disculpas".

A las pocas horas, ya en una cama del Hospital Universitario de Getafe, Romo compartió su fatídica experiencia en redes sociales, poniéndole cara a lo que hasta ese momento había sido tan solo un número, un atropello más. Un año antes, Alejandro Valverde había sufrido una embestida similar en la carretera que une Alcantarilla y Javalí Viejo, en Murcia. En su caso, el conductor —hoy en libertad con cargos— se dio a la fuga, un acto de cobardía que, por desgracia, es más habitual de lo que cualquiera podría imaginar.

"Cuando volví a la carretera y sentí el primer coche, tuve un ataque de ansiedad"

Jaime Romo Ciclista aficionado

Antes de 'El Bala', en 2017, el atropellado fue el italiano Michele Scarponi, cuyo rostro encabeza este texto junto al del murciano y al de Eder Sarabia. Con peor fortuna que Valverde, el campeón del Giro de 2011 perdió la vida en Filottrano, su localidad natal, tras ser arrollado por una furgoneta. Su muerte conmocionó a Italia y al pelotón internacional, pero no fue suficiente para cambiar una dinámica que en España se cobra más de medio centenar de vidas al año, según la Dirección General de Tráfico (DGT).

"Obviamente es una situación que nos preocupa", reconoce a este medio Álvaro Gómez, director del Observatorio Nacional de Seguridad Vial. "En 2019, antes de la pandemia, 48 ciclistas perdieron la vida y 324 fueron hospitalizados. Cuatro años después, en 2023, fueron 61 los ciclistas fallecidos y 350 los hospitalizados, siendo la causa más frecuente el alcance de un vehículo motorizado al ciclista".

Jaime Romo explica el arduo proceso de recuperación y sus lágrimas en el hospital.D.A. / RELEVO

Desde su casa, Jaime Romo tensa las comisuras de su boca, incapaz de ocultar la impotencia. "La primera vez que volví a dar pedales fue en la bici de montaña. Recuerdo que tenía solo un kilómetro desde mi casa hasta el monte, quizás menos, pero me pasó algo que nunca pensé que me pasaría", explica. "Cuando sentí detrás de mí el primer coche, sufrí un ataque de ansiedad".

Fueron meses durísimos hasta superar los inevitables daños físicos, sí, pero también para poder sortear un rastro mental que todavía hoy perdura. "En el hospital no paraba de pensar en Estela Domínguez, que había fallecido unos meses antes y en Sergio Martín [que quedó en silla de ruedas tras un accidente similar]", recuerda. "Pensaba en ellos y no podía parar de llorar. Eran lágrimas de impotencia. Por qué yo estoy aquí y Estela no. Por qué me he despertado sin nada y Sergio no".

"Por suerte, todo fue un susto y solo quiero olvidarlo"

Alejandro Valverde Exciclista

Aun con todo, Romo sostiene que esa agresividad contra el ciclista ha ido a menos, algo que, por desgracia, no parece aplicable a todo el mundo. En Italia, la misma tierra que lloró la trágica muerte de Scarponi y, más reciente aún, la de Davide Rebellin, campeón de la Lieja-Bastoña-Lieja en 2004, Vittorio Feltri, consejero de Fratelli d'Italia, el partido de Giorgia Meloni, presumió a los cuatro vientos de su odio hacia todo aquel que montara en bicicleta por una vía pública.

"Me fastidian mucho los carriles bici, especialmente cuando voy en coche y me molestan los baches que les ponen", aseguró, despertando los aplausos de los presentes en una mesa redonda organizada por el diario Il Giornale. "Al final, los ciclistas solo me gustan cuando son embestidos".

Romo prefiere pensar que son casos aislados. Otros, como Sarabia, no aguantan más. "Ayer me pude salvar, pero hay muchas personas que han perdido la vida en actos como éste", lamentó el entrenador del Elche en una carta en redes sociales. "Es algo profundamente grave y con esta denuncia solo pretendo concienciar. Yo simplemente quiero disfrutar del deporte y poder volver sano y salvo a mi casa, donde me esperan mi mujer y mi hija".