CICLISMO

'Chente', director de Movistar: "Mi peor momento es cuando meto a un corredor en la ambulancia"

El navarro triunfa con su psicología en la era de los potenciómetros. "En mi puesto el egoísmo tiene que desaparecer", dice. Así es José Vicente García Acosta al volante.

Chente García Acosta (50) da instrucciones a Oier Lazkano desde el coche de equipo. /MOVISTAR TEAM
Chente García Acosta (50) da instrucciones a Oier Lazkano desde el coche de equipo. MOVISTAR TEAM
Andrés G. Armero

Andrés G. Armero

Ni en 2022, "donde se pasó mal con los puntos UCI" y un posible descenso de Movistar Team, su director José Vicente García Acosta(San Sebastián, 1972) perdió la sonrisa. Esa fue quizá una de las claves de la salvación del equipo telefónico. En 2023, inmerso en la mejor temporada de Clásicas de adoquines de su historia, Chente atiende a Relevo. Esta vez toca hablar de su rol al volante, el que le ha hecho popular con la serie 'El Día Menos Pensado', que ha estrenado cuarta temporada.

¿Cómo logra hacer valer su experiencia y corazón en la era de los potenciómetros?

Ahora va todo más de números. Yo controlo también, pero a mi estilo, no soy muy técnico. Hay directores técnicos, que son supervaliosos, y otros no tanto, quizá somos tácticos. Nos apoyamos en los directores técnicos y lo adaptamos a nuestra forma de hacer las cosas y de dirigir.

¿Cuál es su modus operandi?

Jugar con la psicología, con el buen rollo, siempre positivo. Buscar una forma de motivarlos. Yo me considero de la vieja escuela, pero me voy actualizando escuchando a los chavales. Yo atiendo, pregunto... Y no seré tan técnico, pero sí me entero de la relación vatio-kg para subir este puerto, cuánto tiene que pesar ese tío para estar allí...

De gregario a gregario. El Chente más motivador. RELEVO

Esa psicología nos brindó una de las escenas más emotivas del documental. ¿Qué le quería decir a Carlos Verona cuando le animó a "hacerse imprescindible"?

Si eres un gregario, para estar en las carreras buenas tienes que ser imprescindible. Tienes que ser el mejor en algo: subiendo bidones, tapando huecos, en la montaña... Le dije que tenía la suerte de ser gregario y que podía ser escalador o rodador, muy poca gente lo puede decir. Creo que lo ha conseguido. Con su currelo se está haciendo imprescindible.

Pogacar, 24 años; Evenepoel, 23 años... ¿Qué está pasando en el ciclismo profesional?

Como todo en la vida, ahora se va más rápido. Los jóvenes no tienen paciencia, lo quieren todo ya. La sociedad hace que todo sea muy precoz. Y en el ciclismo ha sucedido así. Ahora tenemos un boom de gente superjoven. Cuando yo pasé a profesionales era impensable que un chaval de 20 años pudiese ganar un Tour, y ahora lo estamos normalizando. A mí con 22 me decían: "Tranquilo, aprende hasta los 28, esa la madurez deportiva".

¿Y en categorías inferiores?

Pues que desde cadetes ya está todo superprofesionalizado. Y a mí eso me da pena; que un chaval que empieza a andar en bici con 15 o 16 años sea ya tan profesional, que tenga que pesar la comida... Tendría que estar disfrutando de la bicicleta y haciendo otras cosas. Pero la sociedad es así. Viene rápido.

La relación del director con sus estrellas. RELEVO

Hablando de talentos precoces. ¿Cuándo tuvo más dócil a Alejandro Valverde: como gregario o de director?

[Se ríe]. Diferente, diferente... Me suele decir: "Joder, ahora qué fácil ves todo de director desde el coche". Le contesto: "Tranquilo, Alejandro, que todo va sobre ruedas". Alejandro es un crack. Se le convence fácil.

¿Ha cambiado mucho el ciclismo con el pinganillo?

Antes, en la época de Miguel Induráin o Abraham Olano, sólo llevábamos dos corredores del equipo con pinganillo, no todos. Luego se puso ya a todo el mundo. Es una herramienta que te ayuda, pero hay que entender que cada persona es diferente con lo que le gusta escuchar.

¿Por ejemplo?

A Enric Mas no le gusta que le digan nada y más cuando le duelen las piernas. Si le duelen, no hay que decirle nada, eh, ni referencias. Enseguida te salta por el pinganillo. A Alejandro Valverde todo lo contrario. Hay que darle bola, bola y bola, animarle todo el rato. A Nairo le gustaba estar informado e informar también dentro del pelotón.

El director habla de su relación con sus jefes. RELEVO

¿Cómo se lleva con el jefe del Movistar Team, Eusebio Unzué, y con el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete?

Con Eusebio llevo desde el 95. Es mi jefe, le tengo un respeto de la leche, pero es una relación especial. Le considero mi padre deportivo. Tuvo mucha paciencia hasta que fui cogiendo el oficio.

José María es un tío supernormal. En el coche hasta alguna vez le vacilaba y él se moría de la risa. Cada vez entiende más de ciclismo, se está enganchando.

¿En qué ha cambiado el Chente director del Chente corredor?

Cuando eres corredor, sólo piensas en ti y en cuidarte, en estar bien, trabajar para el equipo, que no te duelan las piernas... No te preocupas por nada más, es más egoísta. Cuando eres director ese egoísmo tiene que desaparecer, si no, va mal. Hay que pensar primero en los corredores, luego en los auxiliares, en la logística y al final ya piensas en ti. Hay que tener todo bien organizado y hacer lo mejor para todo el mundo. De corredor te dolían las piernas, ahora te duele la cabeza.

¿Su mejor y peor momento al volante?

Mejores he tenido muchos. Por ejemplo, el reciente segundo puesto de Oier Lazkano en A Través de Flandes. Lo conozco desde hace tiempo y fue una emoción grande. Son muchos: la victoria con Richard Carapaz en el Giro, la exhibición con Valverde en una Challenge en Mallorca...

Los peores, cuando voy a recoger a un corredor que está caído. Cuando me toca meter a un corredor en la ambulancia lo paso muy mal. He metido a un montón de gente y alguno me tocará todavía, pero espero que cada vez sean menos. Sin duda, los peores momentos.