Van der Poel gana a Van Aert en la gran fiesta del ciclocross en Benidorm

Las entradas por carretera a Benidorm no se han visto así ni un 1 de agosto. Amanecía en el litoral alicantino cuando colas interminables de coches llegaban a la ciudad de los rascacielos. Miles de aficionados asistían deseosos a la gran fiesta del ciclocross internacional. El epicentro del duro espectáculo del ciclismo en el campo a través elegía por primera vez el destino turístico por excelencia para la vuelta de una prueba de la Copa del Mundo a España. Con más de 10.000 entradas vendidas anticipadas, a primera hora, centenares de belgas se agolpaban en las taquillas para buscar las últimas posibilidades de hacer 'sentir en casa' a Wout Van Aert en su duelo con Mathieu Van der Poel y Tom Pidcock. Muchos eran residentes en el litoral mediterráneo, pero la mayoría acababan de aterrizar: desde hacía una semana, no había billetes de avión desde Bélgica al Aeropuerto de Elche-Alicante.

Aunque, eso sí, correr en casa era difícil para todo aquel que no fuera Felipe Orts. El mejor español de la disciplina es de Villajoyosa, a menos de 15 minutos de distancia de Benidorm, y sus vecinos no han querido perderse la gran oportunidad de apoyar a su paisano. "Esto no tiene ningún sentido, la que se va a liar", decía Orts en la previa.

Fue Van der Poel el que dio primero, intentando aprovechar su posición de salida en el portón, y recibió la respuesta de Pidcock que decidió sumarse para romper la carrera a base de un ritmo infernal y dejar delante solo a los mejores. El parque Foietes, donde se encontraba la zona de meta, y el parque El Moralet, protagonista de la dureza del circuito, disponían un circuito rápido, casi frenético, para el espectáculo. La provincia de Alicante está lejos de Bélgica y de las tierras tradicionales del ciclocross, pero con el mismo resultado: Mathieu y Wout, Wout y Mathieu ya estaban delante en el ecuador de la prueba. En un nuevo duelo, ahora al sol de Benidorm.

Tantas miradas se echaron y tan poco se fían el uno del otro, que se autoinvitaron a la fiesta Pidcock, Iserbyt y Sweeck. Quien paga manda o, en este caso, quien más fuerza tiene se marcha, y Van Aert y Van der Poel volvieron a poner ritmo. Se marcharon... y de nuevo, llegaron las miradas entre ellos. A falta de poco más de una vuelta, Sweeck e Iserbyt volvieron a llegar aunque no parecían inquietar a las dos bestias.

Cuando sonó la campana, volvieron a romper la carrera y se marcharon camino del sprint definitivo. En el curveo final, Van der Poel se colocó por delante pareciendo que conocer el circuito. Van Aert no encontraba hueco y, en la última curva entrando en el asfalto, casi se cae en el intento de superar al nieto de Poulidor que terminó llevándose la victoria.

Felipe Orts cumplió los pronósticos de mejor español y sumó un nuevo TOP10 en su carrera deportiva acabando en la 9ª posición. Un gran resultado para redondear una gran fiesta del ciclocross en territorio español.