CICLISMO

El coronavirus que casi retiró a Gianni Moscon: "Como deportista, estaba muerto"

El italiano de Astana Qazaqstan, uno de los 'bad boys' del pelotón mundial, busca regresar por sus fueros en el Tour Down Under tras una temporada marrada por una Covid-19 persistente.

Gianni Moscon, en una salida del Tour de Francia 2022. /GETTY IMAGES / ASTANA QAZAQSTAN
Gianni Moscon, en una salida del Tour de Francia 2022. GETTY IMAGES / ASTANA QAZAQSTAN
Fran Reyes

Fran Reyes

¿Quién no se ha montado en la bici y, optimista, ha encarado una cuesta imposible? ¿Quién no ha acabado vencido por los elementos, echando pie a tierra, coronando el repecho con la bici a su derecha, cabizbajo? Esto, una experiencia compartida por todos los seres humanos que alguna vez hemos pedaleado, es lo más humillante que le puede ocurrir a un ciclista profesional: verse abatido en un deporte cuya esencia es la rebelión. Y a nuestro protagonista le sucedió en pleno Tour de Francia.

Gianni Moscon cruzó la meta de La Super Planche des Belles Filles, séptima etapa del Tour 2022, a pie. La decepción de verse incapaz de superar ese 'muro' de gravilla se mezclaba con la desazón por verse lejos, muy lejos, de su auténtico nivel deportivo. Una sombra de sí mismo. "La gente me reconoce, sabe quién soy, me llama por mi nombre", murmuró a La Gazzetta dello Sport en meta. "Yo no soy esto, no puedo serlo. Y sin embargo ahora mismo lo soy".

En aquel momento Moscon era eso, pasajero del vagón de cola de una carrera cuya cabeza había frecuentado en el pasado. Eran él y una Covid-19 persistente, derivada en una infección bacteriana que por aquel entonces no había sido detectada, ni mucho menos curada. "Como deportista estaba muerto", cuenta a Relevo en el Media Day de su equipo, Astana Qazaqstan.

Una vida deportiva de poderío y polémica

Gianni Moscon (1994, Livo – Italia) es uno de los motores más reconocidos del ciclismo mundial, y también una de las personas más marcadas y desdeñadas tanto en el seno del pelotón como por los aficionados. Durante sus seis primeras temporadas como profesional en las filas del Team Sky y su posterior encarnación Ineos Grenadiers, donde llegó apadrinado por su paisano trentino Maurizio Fondriest, acumuló actuaciones espectaculares. Su poderío físico está fuera de toda duda, al igual que su capacidad para desenvolverse en lo táctico y para sumar al trabajo colectivo. Ha subido al podio de un Monumento como Lombardía, y frisado la victoria en Paris-Roubaix. Contribuyó de manera notable al triunfo de Egan Bernal en el Tour de Francia de 2019, y al de Geraint Thomas en 2018.

Gianni Moscon estuvo a punto de ganar la Paris-Roubaix de 2021: una caída y un pinchazo cuando era cabeza de carrera en solitario frustraron su empresa.  ASO / PAULINE BALLET
Gianni Moscon estuvo a punto de ganar la Paris-Roubaix de 2021: una caída y un pinchazo cuando era cabeza de carrera en solitario frustraron su empresa. ASO / PAULINE BALLET

Y sin embargo de esta última 'Grande Boucle' salió por la puerta de atrás, expulsado por pegarle un trompazo a Élie Gesbert en plena etapa. De la Kuurne-Brussels-Kuurne de 2020 fue descalificado por tirarle la bicicleta encima a Jens Debusschere después de una caída. Sébastien Reichenbach le acusó de provocar su caída en la Tre Valle Varesine de 2017, cuita originada por sus insultos xenófobos a Kévin Reza unos meses antes; un episodio racista por el cual fue suspendido seis semanas sin competir por Team Sky. Ese mismo año fue descalificado del Campeonato del Mundo de Bergen por hacer trampas sujetándose de un coche mientras se jugaba las medallas.

Buscando renovar el aire de su vida deportiva, y espacio para jugar sus propias cartas en más carreras, Moscon abandonó Ineos Grenadiers el pasado invierno y fichó por Astana Qazaqstan. "Aquí el ambiente es más familiar y se habla italiano, por lo que me siento como casa", asevera el trentino, residente desde 2018 en Innsbruck (Austria), estudiante de Ingeniería de Gestión y virtuoso del acordeón. "Con Ineos Grenadiers estaba muy bien; ellos me formaron como ciclista, y lo que aprendí sobre entrenamiento, hábitos y demás lo sigo poniendo en práctica. No obstante, aquí en Astana me han acogido muy bien. Es una lástima haber sido tan desafortunado el año pasado, porque el equipo merecía algo mejor. Por suerte, tenemos 2023 para resarcirnos…"

Recuperando la salud y la alegría

En enero del año pasado, Gianni Moscon contrajo el coronavirus; no se libró de él hasta septiembre. "La sensación era de fatiga injustificada y excesiva", explica a Relevo. "Para un esfuerzo que normalmente se recupera en un día, necesitaba una semana. No lograba entrenarme, no lograba hacer nada. El entrenamiento me reventaba; no mejoraba. De las carreras, ni hablar". Pequeña pausa. "Llegué a pensar que, si no cambiaba la situación, no podría seguir siendo ciclista profesional". Otro segundo de interludio. "Sabía que había un problema, pero no cuál era la solución. 'Tienes las defensas bajas', 'los análisis muestran esto', 'puede ser lo otro'. Vale, sí, pero… ¿qué hacemos? Esperas y deseas que el problema se resuelva. Dejas que pase el tiempo con la esperanza de que tu cuerpo se cure solo".

Fue un inicio de temporada catastrófico. Moscon se retiró en seis de las primeras diez carreras en las que participó. Las cuatro que terminó, lo hizo más allá del puesto 100. Tras dos meses sin competir, reposo y concentración en Tenerife, se puso un dorsal en la Vuelta a Suiza. "Parecía que estaba bastante mejor. Yo estaba deseando que llegara el momento de desbloquearme, y de responder a las expectativas del equipo. Por eso decidimos que participaría en el Tour. Creíamos que, estando al 70 u 80% de mi mejor nivel, podría sacarme un conejo de la chistera y destacar". Duró ocho etapas antes de retirarse camino de Lausana, medio centenar de kilómetros antes de entrar en Suiza. "La condición física era pésima, y empeoró día a día. No tenía sentido insistir".

La experiencia traumática le llevó a pasar un mes y medio sin tocar la bicicleta. "Después de retirarme del Tour, me sometí a estudios más profundos con otros médicos y especialistas y descubrimos que tenía una infección bacteriana en la sangre". Eureka. "A cada cual, la Covid-19 le genera una problemática diferente. En mi caso, me curé con reposo y dos ciclos completos de antibióticos. Fue una solución relativamente simple, pero era necesario saber que existía. He perdido prácticamente un año de mi vida deportiva con esto. Tal vez si hubiera parado antes, si hubiera descansado un mes y medio antes, habría salvado la temporada… pero quién sabe".

Quien vive y no reflexiona desperdicia la oportunidad de moldear su alma. "Es difícil que haya alegría sin salud. Porque la felicidad la puedes encontrar en las pequeñas cosas, sí, pero la salud es fundamental. Yo lo he comprobado de forma muy intensa. Como deportista, estuve muerto". Pero Moscon huye de la conmiseración. "Es necesario relativizar. He vivido un pequeño drama, entre comillas, porque no he logrado hacer bien mi trabajo. Pero, si no hubiera sido deportista profesional, no lo hubiera pasado tan mal. No tenía una enfermedad gravísima. Con respecto a quienes auténticamente están enfermos, lo que yo padecía era una minucia".

La vuelta por sus fueros

Gianni Moscon regresó al pelotón en septiembre de 2022. "Y fui competitivo en algunas carreras, y las sensaciones eran buenas, especialmente si lo comparamos con el inicio de año". Marcó puestos de honor en algunas semiclásicas italianas, y en etapas de la malaya Vuelta a Langkawi. "Corrí mucho porque necesitaba reconstruir mi condición física prácticamente desde cero".

En Malasia, incluso, peleó por dos victorias de etapa. ¿Había vuelto por sus fueros? "¡Todavía no!", reacciona. "Eso sucederá cuando gane una carrera importante. De momento, he regresado a la normalidad. Hago un esfuerzo y me recupero. Acabo una carrera y no estoy muerto".

Con el coronavirus olvidado, "cada carrera de 2023 será un objetivo". La primera, esta misma semana, es el Tour Down Under, ronda inaugural del calendario UCI WorldTour (primera división del ciclismo mundial) en la cual compartirá la jefatura de filas de Astana Qazaqstan con Luis León Sánchez. Luego afrontará la Vuelta a Andalucía, y las clásicas. ¿Qué desea de lo que viene? "Me bastaría ser el mismo ciclista que he sido hasta ahora. La mejor versión de mí mismo".