Van der Poel estalla tras recibir un 'bidonazo' en plena París-Roubaix: "Ha sido un intento de homicidio"
El neerlandés, campeón por tercer año consecutivo de la prueba, recibió el impacto de un bidón en la cara cuando marchaba en solitario tras la caída de Pogacar.

En Moulin-de-Vertain, tramo adoquinado a 33 kilómetros del velódromo en el que concluye cada año la París-Roubaix, Mathieu van der Poel ha sufrido el impacto de un bidón en la cara cuando rodaba a más de 40 kilómetros por hora sobre el pavé.
"No podemos pasarlo por alto", ha denunciado el neerlandés en meta, donde ha llegado en solitario para conseguir su tercer triunfo consecutivo en el 'Infierno del Norte'. "El bidón estaba lleno y me ha dolido muchísimo. Ojalá podamos identificar a quien lo ha lanzado, porque creo que debería haber un juicio por esto. Si la UCI no hace nada, creo que recurriré a mi equipo legal para hacerlo. Lo considero un intento de homicidio".
Las declaraciones, realizadas en caliente nada más bajarse de la bicicleta, no parecen exageradas. Menos aún si tenemos en cuenta que no es la primera vez que Van der Poel sufre una falta de respeto tan grave desde el público.
Spectator throws water bottle in Mathieu van der Poel's face at Paris-Roubaix. #ParisRoubaix pic.twitter.com/dnpmg3D3Dt
— NBC Sports Cycling (@NBCSCycling) April 13, 2025
En la París-Roubaix del pasado año, sin ir más lejos, el líder del Alpecin ya sufrió un episodio similar. En aquella ocasión sucedió a 42 kilómetros del velódromo, cuando el neerlandés, maillot arcoíris de aquellas, ya rodaba escapado en solitario.
No fue un bidón, eso sí, sino una gorra lanzada hacia las ruedas de su bicicleta, con la clara intención de desestabilizarle mientras rodaba a casi 50 kilómetros por hora sobre los adoquines de la clásica más especial del calendario. En esa misma edición del 'Infierno del Norte', otro aficionado lanzó su cerveza hacia Van der Poel cuando el neerlandés se encontraba a 17 kilómetros de la línea de meta.
Pero hay más. Este mismo año, en la E3 Saxo Classic, otro aficionado —si es que se les puede llamar así— escupió a Van der Poel a su paso, algo que hizo el propio ciclista contra unos aficionados en una de las pruebas de la Copa del Mundo de ciclocross de 2023. Fue, en sus propias palabras, lo único que podía hacer ante un grupo de jóvenes que a cada vuelta le habían lanzado cerveza e incluso orina.