El Erasmus de Marga López para hacerse ciclista en Bélgica
A sus 25 años, la ciclista mallorquina lleva ya cinco temporadas residiendo en Flandes, donde pule su talento como rodadora y velocista soñando con la París-Roubaix

En la vida, como en el salto de longitud, a veces toca medir los pasos y emprender una carrera para alzar el vuelo. En la vida, a diferencia del salto de longitud, no siempre hay un foso al final del camino. En esa incertidumbre reside parte del encanto cuando haces la maleta, le das un beso a tu familia y dejas el sol de Mallorca por las nubes de Bélgica, tratando de hacerte ciclista donde el ciclismo es religión.
Marga López (1997, Campos) lleva la bici en la sangre; su familia, de hecho, regenta el 'ciclos' de su pueblo. Compitió desde muy pequeña, destacando ya en juveniles por una capacidad rodadora y una punta de velocidad poco habituales en el panorama nacional, combinando la carretera con pinitos en la pista y el 'mountain bike'. Cuando pasó a sub23, Bizkaia-Durango la acogió en su seno y la hizo debutar en toda una Flecha Valona. Una experiencia amarga con un equipo italiano a la temporada siguiente la inspiró para dar un viraje completo a su vida, tanto la personal como la deportiva.
"Venía de un mal año y estaba un poco desmotivada", explica López a Relevo. "Decidí apostar e irme donde fuera necesario para hacerme ciclista. Envié currículums a distintos equipos de Bélgica y uno de ellos me fichó". La experiencia fue muy positiva. "Me encantó el rollo, las ganas que tiene la gente de crecer, el ambiente en este lugar que es la cuna del ciclismo… y eso me hizo quedarme".
Hoy día, Marga López reside en Zele, en la provincia de Flandes Oriental. "Comparto piso con mi novio, que también es ciclista, y con una compañera de mi primer equipo belga". Los tres persiguen el sueño común de hacerse corredores de primer nivel. No obstante, este Erasmus no es gratuito. "Soy graduada en Turismo y trabajo en invierno para después poder permitirme estar aquí durante la temporada. Este año, por ejemplo, me pegué diciembre, enero y febrero a jornada completa en una empresa del sector turístico, en el departamento de Atención al Cliente". Y continúa estudiando, horizontes que se abren, "un Máster para ser entrenadora".
Marga López se identifica como "una ciclista rodadora, rápida sin ser una sprinter pura". Esta campaña ha disfrutado con su equipo, Proximus – Alphamotorhomes – Doltcini, de dos pruebas de nivel WorldTour, la Clásica Brugge – De Panne y A Través de Flandes. También rozó la victoria en la 'kermesse' de Ottergem, carrera semiprofesional en cuya llegada masiva terminó tercera. "Me encantaría llegar a correr una París-Roubaix, pero queda mucho trabajo por delante para llegar a eso", asume. "Hoy por hoy todavía me cuesta un poco pasar el pavé, pero voy mejorando a base de entrenar".
Más allá de dónde llegue como deportista, la experiencia vital está siendo muy valiosa para la balear. "Me veo en Bélgica bastantes años más", sonríe. "Dentro del equipo solemos comunicarnos en inglés, aunque cada vez entiendo mejor el flamenco. Tantos años que llevo aquí, y el Duolingo…", ríe. "Me siento súper bien acogida, y ya me he acostumbrado a este país. De hecho, cuando voy a Mallorca en verano lo paso mal con el calor". Los caminos del Señor son inescrutables.