EL VESTUARIO

"Podría estar con un ramo de flores encima de una piedra y en vez de eso estoy en una silla de ruedas"

Sergio Martín, ciclista profesional, explica en 'El Vestuario' cómo está superando mentalmente en este año y medio el accidente que le ha dejado sin poder usar las piernas para competir sobre una bici.

Sergio Martín (derecha) durante una escapada de una etapa con Caja Rural en 2022, un año antes de tener el accidente /Getty Images
Sergio Martín (derecha) durante una escapada de una etapa con Caja Rural en 2022, un año antes de tener el accidente Getty Images
Andrea Robles

Andrea Robles

Hace más de un año a Sergio Román Martín se le aceleró la vida. Un accidente contra una furgoneta mientras volvía de un entrenamiento le mandaba al hospital y dejaba sin movilidad en las piernas. El diagnóstico: una lesión medular por ahora sin cura que le obliga a seguir su vida física, laboral y social en una silla de ruedas. Antes de esto corría en el Caja Rural, con puestos de honor en carreras como la Vuelta a Gran Bretaña o el Tour de Eslovenia. Tenía 26 años y empezaba a encontrar su sitio en el pelotón. Ahora, tiempo después, la vida le está obligando a madurar a marchas forzadas, como si de una crono se tratara, a una velocidad más alta de la que estamos acostumbrados. Visto su testimonio, su asertividad, su aplomo y su capacidad para expresarse junto a Quique Peinado en el último episodio de 'El Vestuario', se nota que lo está consiguiendo con sobresaliente. Durante esta temporada del programa hemos tenido en Relevo un montón de conversaciones con otros deportistas de élite. Sin duda la que más recomendamos es esta.

Puedes ver aquí la entrevista completa de Quique Peinado a Sergio Martín en 'El Vestuario'

Hace un año y pico que tuviste el accidente, en este tiempo ha habido algunas expectativas que tú tenías que ya no las tienes, entiendo.

Yo creo que al final todas las personas, incluidos los deportistas, somos optimistas por naturaleza y desde el primer día que me pasó yo pensaba que me iba a recuperar porque estamos acostumbrados en la vida a que el trabajo tiene sus frutos, y aunque es lo normal, a veces los frutos que tú esperas o las expectativas que tú tienes son unas, y yo en todo momento tenía en la cabeza que con más trabajo iba a llegar a una recuperación, no sabía si del 100%, del 90% o lo que fuera. Sí que es verdad que según iba pasando el tiempo, iba viendo como que las expectativas de mi recuperación bajaban, hasta que un día me hizo clic y me di cuenta que la lesión era grave y que una lesión medular muy grave de forma natural no va a recuperar. Así que ahora mi objetivo es adaptarme lo mejor posible a este tipo de vida sin dejar de pensar que en el futuro puede llegar algo que me vaya a hacer bien, porque las investigaciones van bien, la tecnología avanza, la medicina va bien, pero no tiene que ser algo que ocupe el centro de mi vida, yo me tengo que centrar en lo que tengo ahora, en el presente, y no en algo hipotético que no depende de mí.

Oye, ¿y eso cómo se trabaja?

Lo estoy diciendo ahora como si estuviera convencido, pero estoy yo diciéndomelo a mí mismo. Es ayuda psicológica, y sobre todo ser consciente de que hay cosas que puedes controlar y cosas que no, centrarme en las que sí, y buscar también muchos puntos que a mí me hagan bien. Hay cosas en las que yo, si hago algo, me doy cuenta de que tengo ahora una discapacidad o una dificultad en mi vida, y cosas en las que no, entonces me centro en las que no, que puede ser hacer otro tipo de deporte, estar con gente, disfrutar de otro tipo de planes, y darme cuenta de que hay vida y que se puede ser feliz en una silla de ruedas.

Claro, tú has pasado de una vida en la que, como cualquier deportista, si entrenas bien, vas a ir bien, y has llegado a una fase de tu vida en la que tú puedes entrenar todo lo bien que quieras, que puedes ir bien o no, y que no depende mucho de ti. Eso tiene que ser súper complicado, ¿no?

Es así. Claro, siempre en un deporte como el ciclismo, depende en gran medida de lo que tú haces, de cómo entrenas, de cómo te cuidas, de cómo descansas, de cómo planteas una estrategia de carrera, pero esto es otra cosa, y he llegado a darme cuenta que no somos tan responsables de las cartas que tenemos, solamente de cómo jugarlas, de que tenemos que jugarlas, y que vamos a tener que jugarlas siempre. Que hay muchas más cosas de las que pensamos que están fuera de nuestro control, pero que yo tengo que centrarme ahora en las cartas que tengo, en jugarlas lo mejor posible, y en que no jugarlas no es una opción.No me puedo quedar en casa metido con el papel de la víctima, es muy fácil eso, porque yo ahora tengo una excusa muy grande para decir a todo el mundo que soy una víctima, que la vida me ha tratado mal, que me debe algo la vida, pero no me lo puedo permitir, sobre todo porque da igual, la vida va a seguir hacia adelante, y yo soy el que tengo que hacer por seguir y por jugarla lo mejor posible.

Hay como mucha poesía de la derrota, o de todo lo que te hace aprender unas cosas malas en la vida, lo tuyo es un caso más grave, pero todos en nuestra vida tenemos situaciones en las que nos hacen aprender. Entendiendo que no hubieras querido aprenderlo así y que hubieras querido aprenderlas de otra manera

De otra persona, sobre todo.

Exacto, ¿Y qué has sacado en claro de este año y pico? ¿En qué eres mejor que hace un año y pico?

Soy mejor en la gestión de las expectativas. Cuando tu vida va normal, normalmente va en una trayectoria ascendente y siempre miras hacia arriba. Siempre miras a tu vecino que tiene un mejor coche, una mejor casa, un mejor sueldo. Al compañero del pelotón que ha ganado la carrera y tú no. Y te fijas en el de arriba. Pero ahora me he dado cuenta que hay veces que la vida te golpea. Y que no eres el único el que le ha pasado. Que hay más gente que le ha pasado algo malo y esa gente está mirando hacia adelante también. Lo que pasa es que aprendes también a comparar. Al final funcionamos por comparación porque somos humanos. Y dejas de compararte tanto en el mejor ciclista con el que tiene una situación como tú y está luchando. Y es un trabajo yo creo que no va a cambiar. Antes de que me pasara yo veo una persona en silla de ruedas y lo primero que se me ocurriría es yo no podría con eso, pero luego puedes. Y al final es eso, la vida a mí me ha pasado esto. Y es muy visual porque voy en una silla de ruedas, pero a lo mejor la persona que tienes delante pues a su mujer se le ha llevado un cáncer. O su hijo tiene una enfermedad con la que tiene que lidiar en todo momento. A lo mejor no es algo que vive en primera persona, pero lo vive en segunda. Y cada uno tenemos nuestra guerra.

A ver, tú podrías estar muerto perfectísimamente.

Es que eso sí es muy importante. En la bici quizás me ha pasado de las cosas más graves que no son la muerte. Y en el mismo año que me pasó a mí el accidente hubo un par de ciclistas como Gino Mäder que era un ciclista profesional o Estela Domínguez que era una chica que tenía 17 años que la atropellaron y murió. Y eso está ahí. Yo podía estar con un ramo de flores encima de una piedra o puedo estar en una silla de ruedas. Obviamente prefiero estar en una silla de ruedas. ¿Que es difícil mi vida? Sí. Pero tengo la suerte de seguir viviéndola. Y es que no me queda otra que hacerlo la mejor manera que pueda.

Has hecho un par de cosas en la conversación. Si alguna pregunta que te hago no es pertinente, tú me lo dices. Has dicho: «Empecé a hacer bici, bici con las manos». Pero claro, aquello se parecía demasiado a lo de antes y prefería hacer otro deporte. ¿Qué te provocaba de repente montar en bici pero sin poder usar las piernas?

Mira, te he dicho antes algo también de que funcionamos por comparación. Los humanos formamos por comparación. Para mí verme en una bicicleta, que no es una bicicleta habitual, en la que la posición es diferente, la velocidad es diferente, no veo tantas cosas parecidas, pero en la que yo no soy igual, me provocaba mucho dolor. Y lo que a mí antes me hacía feliz y me servía de terapia, cuando me montaba en la bici con las manos, en la handbike, me recordaba todo el rato que yo no soy el mismo ya, que yo no puedo hacer lo que a mí me ha hecho feliz toda la vida. Supongo que también es parte del proceso y que a lo mejor yo dentro de, no sé, el tiempo que sea, me monto en una handbike y la disfruto, no he llegado a ese momento aún. Y por eso prefería buscar algo en el que fuera totalmente diferente, en el que Sergio empezara desde cero. Y creo que eso ahora es mejor para mí, que no estar todo el rato con algo que esté pensando me acuerdo demasiado o qué dolor esto, esto otro. Supongo, eso al final es el proceso.

¿Significa que de momento no quieres dedicarte a nada relacionado con el ciclismo o esto es aparte?

Que no quiero dedicarme a nada relacionado con el ciclismo en el que yo sea el deportista, porque no es lo mismo. Si yo mañana me recupero, lo primero que hago es montarme en una bici, porque eso es lo que me gusta a mí. Pero la handbike no es lo mismo para mí. Para otras personas a lo mejor sí. Y por eso ahí no quiero. Pero no quita que a mí me sigue gustando el ciclismo, sigo yendo con mi equipo a un montón de carreras y estoy en contacto con un montón de amigos que son ciclistas. O sea, que a mí el ciclismo me sigue gustando, pero aún me genera un poco de dolor algunas cosas.

¿Tienes el curso de director deportivo?

Tengo el curso de director deportivo, sí. Es una cosa que he hecho y que ya iré viendo. Así que ya está ahí la formación y sé que tengo puertas abiertas por ahí, pero creo que aún tengo que ver una carrera ciclista en la que yo no estoy y no sentirme que debería estar, sino disfrutarla como un aficionado o un trabajador del pelotón del circo.

Claro, te tienes que retirar.

Eso es, me tengo que retirar mentalmente también. Y es un proceso que supongo que es lento, también es que eso ha pasado poco más de un año. Y esto es un poco como cuando tú tienes una pérdida de una ruptura o un familiar o lo que sea. Yo tengo que aprender a vivir sabiendo que eso sigue ahí, que ya no estoy yo o que ya tengo esa pérdida y que yo sigo para delante. Por eso ahora mi estrategia ha ido un poco más, por encontrar nuevos caminos, mientras voy poco a poco, alejándome un poco, pero manteniéndome un poco en el mundo, hasta que llegue un punto en el que diga que me siento cómodo con ir a una carrera, con estar con mi equipo, con ir a otro equipo, con dirigir un equipo y ser feliz por ello. Pero es un proceso.

O sea, estás pasando un duelo.

Claro, claro. Todas las pérdidas o una situación traumática es un duelo y tiene sus fases que tampoco son lineales. Hay un día en el que me siento que lo he superado y otro día en el que niego la situación que tengo.

Y has dicho otra cosa, que me parece un lenguaje muy duro contigo mismo, que es ya me he perdonado lo del accidente.

Sí, claro, claro. Es que cuando tienes un evento traumático en el que desde ese momento tu vida cambia y no es reversible, le das muchas vueltas. Y, claro, yo he estado un montón de tiempo pensando si yo tuve un accidente con una furgoneta, si no me hubiera chocado esa furgoneta, si hubiera girado en ese momento, si no hubiera salido a entrenar ese día, si hubiera ido por otro sitio... Claro, tú piensas en todo momento en los 'y si', y si hubiera pasado tal, y si tal. Pero llega un momento en el que dices, mira, la vida es la que es, la realidad es objetiva, no es lo que yo quería. Pero pasó y solo me queda interpretar, o aprender, o quedarme ahí en ese agujero. Y bueno, es un proceso también, pero no puedo estar, o no quiero, y no lo hago ya. O sea, ya voy avanzando en ese sentido con el auto boicotearme por no haber tomado la decisión correcta. Pasó y ya está.

Cómo es la cabeza humana que lo que a ti te pasó, que fíjate que has tenido unas consecuencias ya suficientemente tremendas como para asumir esa parte de no hacerme más daño yo. Y aun así, los humanos nos seguimos intentando buscar como más culpas o más daños. Es tremendo eso

Sobre todo porque hay situaciones que no son nada fáciles de superar. De hecho, te diría que yo, por ejemplo, mi lesión, una lesión medular, no se supera. Porque superarla implica... ¿mañana hay una cura? No, yo la he superado, no quiero recuperarme. Esto es un proceso de aceptación. Aceptar la situación que tienes y vivir con ella. Y en mi caso, es el trabajo ahora, aceptar. Y es un poco el me pasó esto, tengo que ir aceptándolo

¿Y a ti el haber sido deportista o el ser deportista y tener mentalidad deportista, ¿te ha ayudado en ese proceso o ha sido así?

No, no, sin duda, sin duda. O sea, el cómo eres antes de un evento traumático, desemboca mucho en cómo eres después, cómo te lo tomas después. Y yo he visto eso en un montón de gente que he conocido. Porque yo estuve seis meses en un hospital y ahí conoces gente de todo tipo. Y lo que eres tú de antes, te marca mucho a cómo te tomas esto. De hecho, me ha pasado de estar con gente con una lesión bastante más leve que la mía, en la que puedes recuperar, en la que puedes andar. Siendo yo el que anima a esa otra persona y decir: "Vamos a ver, que tendría que ser al revés". Pero bueno, cada uno se toma la situación como es. Y yo también he necesitado de otra gente que me anime, no voy de Gandhi por la vida. Pero lo que eres antes hace mucho. Y el tener un foco en algo, en un entrenamiento, en un objetivo, en algo que depende solamente de ti, te hace desarrollar una mentalidad más fuerte. Y eso luego te hace bien para una situación difícil.

Hay un proceso también de la gente que está a tu alrededor. De tu familia, de tus amigos, de todo esto. Y muchas veces la gente que os pasan cosas así, muchas veces tenéis que tirar vosotros de los demás. ¿A ti te ha pasado esto?

Sí, sí, sí, un montón. Porque yo soy el que vivo en la experiencia traumática, pero lejanamente a mi alrededor también. Y he tenido que aprender con quién me puedo desahogar y con quién tengo que tapar el dolor para no hacer más daño a la otra persona. Sobre todo, el mejor ejemplo, pues con mis padres, por ejemplo. Pues yo he tirado muchas veces de ellos para hacer que ellos no lo pasaran mal. Y luego he sabido también que personas cercanas están para todo y que personas cercanas no están para esto. Porque cada uno gestiona el dolor de una manera y no es fácil tampoco para la otra persona ayudar o aportar. Hay veces que tú te abres con una persona y esa persona no te sabe resolver o escuchar o aceptar y tienes que saber que es una cosa que he tenido que aprender con quién sí y con quién no. Que no es malo, pero es así.