GIRO DE ITALIA

Un Giro pendiente de un mal momento

Roglic y el líder Thomas infligen 21" de diferencia a Almeida en la primera de las tres jornadas decisivas de la 'corsa rosa'.

Primoz Roglic y Geraint Thomas, en la meta de Val di Zoldo. /EFE / LUCA ZENNARO
Primoz Roglic y Geraint Thomas, en la meta de Val di Zoldo. EFE / LUCA ZENNARO
Fran Reyes

Fran Reyes

"Un mal momento te puede costar la carrera". La frase la ha emitido en la mañana del jueves Marc Reef, director deportivo de Jumbo-Visma, pero ha estado en los labios de todos los implicados en la general de este Giro de Italia que ha llegado a sus compases finales en empate técnico, y continúa en él. La 18ª etapa, primera del tríptico decisivo, se ha resuelto con victoria de la escapada y apenas un par de kilómetros de cuerpo a cuerpo entre los tres ocupantes del podio provisional, que se disputan sus cajones en segundos. En Val di Zoldo le tocó a João Almeida ceder ante el empuje de Primoz Roglic: justo la inversa de lo sucedido el martes en el Monte Bondone. Siempre en la rueda buena está el líder Geraint Thomas, sólida 'maglia rosa'.

El nudo gordiano de la jornada estaba en el primer puerto, el Passo della Crosetta, precedido de 30 kilómetros planos y coronado en el 40. Si la escapada llegaba sin forjar a sus rampas, la ascensión sería violenta y podría revelar debilidades. Así sucedió: el pelotón explotó y se quedó en 20 ciclistas, con el Jumbo-Visma de Roglic tratando controlar y el Ineos Grenadiers de Thomas propinando alguna aceleración destinada a mover el árbol. Se impuso, no obstante, la lógica: el pelotón levantó el pie, hubo reagrupamiento, y por delante se marcharon siete valientes que se acabarían jugando la etapa con permiso de los Ineos y anuencia de Jumbo y el UAE de Almeida.

Dos protagonistas: el héroe romántico Thibaut Pinot y el 'tricolore' Filippo Zana. El francés está en plena gira de despedida, corriendo a su particular pairo; el italiano en cambio disputa su primer Giro como ciclista WorldTour, y encima viste el maillot de campeón nacional. En la travesía hasta Val di Zoldo, Pinot compitió con corazón y arrojo, asumiendo todo el peso de la fuga; Zana, más cerebral, supo identificar que seguir su rueda bastaba. Todo quedó para un sprint final en el que ondeó la bandera verde, blanca y roja, quedándole a Pinot el magro consuelo de vestirse con el maillot azul de la Montaña y recuperar puestos en la general.

Filippo Zana celebra su victoria en Val di Zoldo.  GREENEDGE / SPRINT CYCLING
Filippo Zana celebra su victoria en Val di Zoldo. GREENEDGE / SPRINT CYCLING

En el pelotón todo discurrió al ritmo de Ineos Grenadiers hasta el puerto de Coi, anticipo de la pequeña ascensión final a Val di Zoldo. Fue ahí que Jumbo-Visma propinó una aceleración violenta con Sepp Kuss para padecimiento de Almeida, uno que sufre con los cambios de ritmo, y alegría de Roglic, en su salsa. El luso halló cobijo en la rueda de Jay Vine, un motor privilegiado cuyas carencias técnicas son un prometedor margen de progresión… que hoy por hoy le pasan factura. Almeida acertó al engancharse a su rueda y se equivocó al dejarle conducir el breve descenso: eran apenas dos kilómetros, pero el australiano se salió en una curva y rompió con ello el ritmo de caza.

"Sin el error de Jay Vine en una curva, João hubiera podido empalmar con Thomas y Roglic", señalaba en Eurosport Mauro Gianetti, mánager general de UAE Team Emirates. "Pero bueno: desde el principio de la etapa nos ha transmitido que éste no era su mejor día". El portugués lo corroboraba: "Mis rivales han sido más fuertes que yo hoy. No es lo ideal. No he podido hacer más". 21 segundos fue la pérdida: 10 menos de los que ganó respecto a Roglic en el Monte Bondone.

Perfectamente discreto en el tercio final estuvo Geraint Thomas, 'maglia rosa' en ristre, muy atento a los movimientos de Roglic. "He mantenido el control de la situación en todo momento", se felicitaba en rueda de prensa. "Confieso que estoy sintiendo las mismas sensaciones que experimentaba en el Tour de Francia que gané". Cuenta con 29" de renta sobre Roglic y Almeida. "Hay que encontrar un momento de debilidad", apunta Reef, director de Jumbo. "Sé que la etapa del viernes será la jornada más dura de mi carrera deportiva", anticipa el propio Thomas.

La dureza de la 19ª etapa, entre Longarone y las Tres Cimas de Lavaredo, no radica sólo en la mera acumulación de subidas (Campolongo, 2ª; Valparola, 1ª; Giau, 1ª; Tre Croci, 2ª; y el puerto final, 1ª y Cima Coppi) hasta sumar casi 6000 metros de desnivel positivo en sólo 183 kilómetros. Hay otros dos factores: que llegue tan tarde, después de 18 días de esfuerzo, y la altitud, por cuanto se superará en tres ocasiones la barrera psicológica de los 2000 metros sobre el nivel del mar, que sólo se ha franqueado hasta ahora tres veces, con consecuencias testimoniales. Esta vez, en cambio, puede ser decisiva. Lo que no se defina este viernes, lo hará el sábado en la tremenda cronoescalada al Monte Lussari.