GIRO DE ITALIA

Phil Bauhaus, el sprinter gafado en las grandes vueltas: "Siempre me quedo cerca"

El velocista alemán atiende a Relevo para profundizar sobre el arte del sprint y destapar sus inseguridades y su devoción por Jan Ullrich.

Phil Bauhaus, ciclista del Bahrain Victorious./AFP
Phil Bauhaus, ciclista del Bahrain Victorious. AFP
Daniel Arribas

Daniel Arribas

Creció en Bocholt, frontera germana con Países Bajos y, como buen alemán nacido a mediados de los noventa, veneró a Jan Ullrich por encima de todas las cosas. "Es el culpable esté aquí y me dedique a lo que me dedico", asegura Phil Bauhaus, que a diferencia de su ídolo, brilla por su potencia con la bicicleta en las llegadas masivas. No por nada ha celebrado más de una veintena de victorias como profesional en pruebas como la Tirreno-Adriático, el Criterium du Dauphiné, el Tour Down Under o las vueltas a Polonia, Hungría o Portugal. Eso sí, el velocista del Bahrain Victorious parece gafado en las grandes plazas —Giro de Italia, Tour de Francia y Vuelta a España—, donde no ha conseguido un solo triunfo en sus cinco participaciones. "Sueño con que llegue pronto", confiesa a Relevo. Quién sabe si será en este Giro de Italia, tercero para él, donde ya acumula tres etapas entre los diez primeros.

¿Qué sensaciones tienes después de diez etapas?

Estoy bien. Hicimos una buena preparación y llegué al comienzo del Giro con muy buenas piernas. En el primer sprint, todo iba bien pero me quedé encerrado y no llegué a entrar ni en el top-10 [terminó 14º]. Un día después llegué tercero en el sprint final [por detrás de Jonathan Milan y Kaden Groves]. Después, empecé a encontrarme mal y no mejoré algo hasta el día de descanso, donde por fin pude dormir relativamente tranquilo. Ahora mi objetivo es llegar bien a las etapas al sprint que quedan y estar listo para pelear por la victoria.

¿Tan mal has estado?

Sobre todo en la octava etapa [con final en Prati di Tivo]. Tosía mucho y me encontraba realmente mal; tuve que tomar varios antibióticos para salvar el día. Ahora la verdad es que soy optimista, puedo decir que me encuentro mejor. Por lo menos, lo que sale de mi cuerpo ya no es tan amarillo como antes... ¡Algo es algo!

Mirando tus resultados, tengo la sensación de que eres un sprinter ciertamente infravalorado.

Bueno, [sonríe], es algo difícil. Al fin y al cabo, no he ganado ninguna etapa en una gran vuelta, ni en el Tour, ni en el Giro ni en La Vuelta. Los grandes sprinters normalmente lo hacen, pero yo no lo he conseguido. Aun así, siempre estoy ahí, es verdad. No importa cómo esté el resto, yo siempre ando por el top-5, el podio o cerca de ganar.

[En etapas de las grandes vueltas, Bauhaus ha terminado ocho veces entre los cinco primeros y cinco veces en el podio final].

Phil Bauhaus explica por qué no ha ganado todavía en una gran vuelta por etapas.D.A. / RELEVO

¿Cómo de fina es esa línea con el triunfo?

Más de lo que la gente se imagina. Si tú miras a los equipos de los mejores velocistas, todos vienen a una gran vuelta como esta con cuatro o cinco compañeros para el sprint. Su objetivo no es otro que trabajar para su sprinter. En mi equipo, en cambio, las cosas son diferentes. Siempre tenemos un reparto de 50/50, con una mitad enfocada a la general y la montaña, y la otra a las llegadas al sprint.

¿Es imposible ganar un sprint sin la ayuda de tus compañeros?

A ver, imposible no, pero sí mucho menos probable. La energía que tienes que gastar si no tienes compañeros es enorme, por no hablar de la concentración que se necesita para no caerte. Si no cuentas con esa ayuda, llegas al momento decisivo mucho más desgastado. Al final, si te fijas en Merlier o en Milan, tienen grandísimos trenos, y sí, puede que tengan algo que yo no tengo, pero diría que ya he demostrado que puedo ganarles. Creo que soy uno de los mejores sprinters del mundo; lo creo de verdad.

Entonces, ¿por qué aún falta ese triunfo en una grande?

A ver, siempre he estado muy cerca. Hace dos años, en el Giro, fui segundo por detrás de Démare. El año pasado, en el Tour de Francia, fui segundo y dos veces tercero por detrás de Philipsen, que lo ganó prácticamente todo. Ahora, lo mismo con Milan, que por algo tiene la maglia ciclamino. Quizás son tipos que tienen algo más, algo que yo no tengo. Por desgracia, en los días señalados siempre han sido mejores que yo... ¡Aunque sea por un poquito! Pero un poquito mejores que yo.

¿Te obsesiona?

No, la verdad es que no. Es más, te diría que me motiva para hacer que suceda. Ganar es algo realmente increíble, lo sé porque lo he hecho muchas veces, así que estoy muy motivado para trabajar y poder conseguirlo en una gran vuelta.

Cuéntanos cómo es un sprint desde dentro.

Buah, [sonríe]. Es mucha, mucha adrenalina. Vas muy rápido, muy fuerte, y todo el mundo a tu alrededor está luchando por la misma posición. Cuando estás siguiendo la rueda a esas velocidades, a 60 o 70 kilómetros por hora, todas tus decisiones se toman en milésimas de segundo. La adrenalina es indescriptible. Y luego, cuando terminas un sprint, siempre sientes alivio. Alivio por estar bien y que la bicicleta también esté intacta. A veces, cuando estás en la ducha al terminar la etapa, te tiemblan los brazos y los dedos de las manos, incluso la voz. La adrenalina te golpea fortísimo.

¿Cómo funciona el cerebro en esos metros finales?

Te diría que a esas velocidades no piensas, porque si lo haces, te das cuenta del enorme riesgo que supone ir con la bicicleta a 60 o 70 kilómetros por hora [ríe]. Yo personalmente no pienso mucho durante el sprint. Pienso en las posiciones. Es decir, si quedan 200 metros para la meta y estoy encerrado, me digo, Phil, hoy no va a ser el día. Son ese tipo de situaciones en las que sí puedes pensar. Si por el contrario estás bien situado, la concentración es máxima. Sientes que lo tienes todo a mano para ganar, y es una sensación maravillosa. Luego, también piensas en detalles como el viento, de dónde sopla, por qué lado convendría lanzar el sprint final, etcétera. Luego, fuera de la competición, precisamente lo que me gusta es no pensar. No necesito esa adrenalina. Me gusta pedalear a 30 kilómetros por hora, tranquilo, sin necesidad de ir rápido porque sí.

¿Un sprinter crece admirando a sprinters o a hombres de la general?

Bueno, yo soy alemán y crecí en la época de Jan Ullrich y Lance Armstrong, así que fui un gran fanático de Ullrich. También admiré a corredores como Erik Zabel o Todavía tenías a esos chicos como Zabel o Rolf Aldag, pero por quien sentía devoción era por Jan Ullrich. Él es el motivo por el que empecé a montar en bicicleta y, básicamente, el motivo por el que hoy estoy aquí. Empecé en el ciclismo por su culpa. Fue una época en la que él era toda una figura en Alemania, a la altura de Boris Becker u otras grandes estrellas del deporte.

¿Le has conocido en persona?

No, nunca nos hemos conocido. Él creo que vive en Suiza. Además, yo soy de la parte norte de Alemania, y él siempre ha vivido en Friburgo, en el sur, así que nunca hemos coincidido. Ahora que soy profesional, alguna que otra vez le he escrito por Instagram. Es el único contacto que tengo con él.

¡Todo un fan!

Totalmente. Es más, te confieso que el último invierno le pregunté si podía enviarme un maillot firmado. Le expliqué que era mi ídolo y todo, así que sí, se podría decir que soy un verdadero fanático.

Phil Bauhaus confiesa cómo es vivir un sprint desde dentro.D.A. / RELEVO

En julio cumplirás 30 años. ¿Cómo imaginas el resto de tu carrera?

Bueno, mi gran objetivo es ganar en una gran vuelta. Tengo victorias en carreras importantes, pero creo que el siguiente paso lógico es hacerlo en una grande. Sería increíble si lo puedo hacer en este Giro, pero después iré al Tour de Francia y mi sueño sería poder hacerlo allí. Sería el escenario ideal. Más allá de eso, no lo sé. Al final, el último Campeonato del Mundo que fue apto para los sprinters creo que fue el que ganó Cavendish en Copenhague [en el 2011]. Ahora mismo, es una prueba muy difícil para mí, así que me centraré en las grandes vueltas.

¿Hasta cuándo?

Es una buena pregunta. Mi objetivo es seguir corriendo hasta que tenga 35 años, más o menos; dos o tres años más como sprinter, los que me permita el cuerpo, y luego dedicarme a liderar el tren y el grupo para el talento joven que venga por detrás. Al final, uno tiene que analizar su cuerpo, y como es lógico, mi punta de velocidad irá bajando con los años. Me veo cumpliendo ese rol en la recta final de mi carrera. Me motiva, de hecho. Luego, puede que siga compitiendo hasta los 36 o 37 años, quién sabe, pero te diría que hasta los 35 será suficiente.

La última. ¿Podemos dar por cerrada tu renovación con Bahrain hasta 2026?

Bueno, [sonríe], es algo que el equipo tiene que anunciar... si es que hay algo que anunciar. Estoy muy feliz aquí, esta es mi sexta temporada y año tras año he podido mejorar y crecer en este equipo. Estoy muy feliz y creo que no sería extraño si sigo en los próximos años aquí. Dejémoslo ahí.