Por qué hay tan pocos ciclistas españoles en el Giro de Italia
España está perdiendo poco a poco su representación en las tres grandes vueltas del ciclismo. La tendencia a la baja preocupa.
![Pelayo Sánchez (d), uno de los cinco españoles presentes en el Giro de Italia, ganó la sexta etapa. /Reuters/Jennifer Lorenzini](http://s3.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202405/11/media/cortadas/pelayo-sanchez-giro-italia-reuters-RbwhWV4vUY8rz1SjiemkNtK-1200x648@Relevo.jpg)
Desde 1986, no ha habido una gran vuelta por etapas (Giro de Italia, Tour de Francia y Vuelta a España) con tan pocos españoles. Ni en términos absolutos ni relativos —el tamaño del pelotón no ha sido siempre el mismo—. Los cinco españoles presentes este año en el Giro de Italia conforman tan solo el 2,84% del total de la carrera, menos incluso que lo acontecido en 2023, cuando se alcanzó un preocupante 3,98%.
EL PESO DE LOS ESPAÑOLES EN LAS GRANDES VUELTAS SE HA REDUCIDO
La tendencia es negativa desde hace dos décadas, como se observa en los gráficos. En 2004, los españoles suponían una cuarta parte del pelotón de las tres grandes pruebas por etapas del calendario. Desde entonces, la presencia de nuestros ciclistas ha disminuido hasta bajar por primera vez del 10% en 2015, para luego remontar mínimamente y volver a caer de esa barrera en 2023.
El descenso en picado es muy similar en las tres grandes vueltas, pero donde resulta más grave es en La Vuelta. En 2003 y 2004, hace justo dos décadas, los ciclistas españoles conformaban más del 40% del pelotón en la carrera de casa. Solo una década después, en 2014, 2015 y 2016, la cifra bajó hasta situarse por debajo del 15%, porcentaje que se superó por los pelos en la última edición, la de 2023.
NI LA VUELTA SE SALVA
Ahora bien, ¿qué ocurre? ¿Por qué hay tan pocos representantes de nuestro país en las tres grandes citas del ciclismo por etapas? Al habla, Alberto Contador, ganador del Giro de Italia (2008, 2015), el Tour de Francia (2007 y 2009) y La Vuelta a España (2008, 2012, 2014). "Hay una cosa que está clara, y es que hay menos equipos españoles; y cuantos menos equipos haya, menos protagonismo tendrán nuestros ciclistas", explica el madrileño. "Luego quizás también es cierto que los españoles que hay, [los equipos] los guardan para el Tour y para La Vuelta, que tampoco me parece una mala estrategia, ojo. Pero es una cifra que sí que llama la atención respecto a otros años".
Uno de los cinco ciclistas españoles —sí, solo cinco— presentes entre los más de 200 que disputan este Giro de Italia está, además, plenamente vinculado a Contador: el asturiano Fran Muñoz, debutante en una gran vuelta y corredor más combativo en la emocionantísima quinta etapa (178 kilómetros entre Génova y Lucca), corre en las filas del Polti Kometa, conjunto liderado por el excampeón madrileño.
Junto al joven Muñoz, aunque en diferentes escuadras, partieron de Turín Rubén Fernández (Cofidis, 33 años), Juanpe López (Lidl-Trek, 26 años) y el dueto de Movistar Team: Albert Torres (34 años) y un Pelayo Sánchez que, como Muñoz, también es debutante en una grande a sus 24 años y, desde este jueves, vencedor de etapa en la ronda italiana, la que conquistó por delante de todo un campeón del mundo como Julian Alaphilippe en Rapolano Terme.
![Fran Muñoz, de blanco en el centro, en la fuga de la cuarta etapa junto a Lilian Calmejane (i) y Stefan de Bod (d). AFP](http://s1.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202405/11/media/cortadas/fran-munoz-giro-afp-U80606262114eda-624x385@Relevo.jpg?cw=780&ch=481)
Los cinco españoles en el Giro de este año suponen, no obstante, la cifra más baja desde la corsa rosa de 1986, cuando Pedro Muñoz, de aquellas en el equipo Fagor, fue el único representante español en el país de la bota. Aquel año, Muñoz terminó décimo en una clasificación general que se adjudicó el italiano Roberto Visentini.
Dos décadas antes, en 1966, Julio Jiménez, El relojero de Ávila, también fue el único español en el Giro; ganó dos etapas —la segunda, en Monesi, junto a la frontera francesa; y la 15ª, en las calles de Brescia—, vistió el maillot de líder once jornadas consecutivas y terminó cuarto en la clasificación final, ganada por el local Gianni Motta.
El peor precedente, sin embargo, se remonta al año 1979, cuando el Giro de Italia comenzó por primera y última vez en la historia sin ciclistas españoles en liza. Aquella edición data de una época en la que La Vuelta y el Giro todavía se solapaban en el calendario, con apenas unos días de diferencia en los meses de abril y mayo.