GIRO DE ITALIA

La odisea de lidiar con el sterrato en el Giro de Italia: "Si vas con miedo, estás muerto"

Ciclistas españoles con experiencia en la ronda italiana analizan los caminos de tierra por los que pasará la carrera este jueves.

Vinokurov, Garzelli y Evans ruedan sobre el barro en una fuga en la que, al fondo a la izquierda, se ve al español David Arroyo, segundo en aquel Giro de 2010./AFP
Vinokurov, Garzelli y Evans ruedan sobre el barro en una fuga en la que, al fondo a la izquierda, se ve al español David Arroyo, segundo en aquel Giro de 2010. AFP
Daniel Arribas
Fran Reyes

Daniel Arribas y Fran Reyes

Cielo encapotado, ciclistas embarrados hasta las cejas y cámaras desempañando sus objetivos sobre la moto. Parece ciclismo de otra época, pero es el caos que puede desatar el 'sterrato', término italiano con el que se denominan a los caminos de tierra por los que este jueves transcurren casi 12 kilómetros de la sexta etapa del Giro, perfil sinuoso entre Viareggio y Rapolano Terme.

"Lo peor de todo es la incertidumbre y los nervios", asegura al otro lado del teléfono David Arroyo, protagonista sobre el polvo en 2010, cuando finalizó segundo en la general del Giro tras superar, entre otras muchas, la odisea de la séptima etapa camino a Montalcino, como hoy, también en la región de la Toscana.

"Recuerdo mucho nerviosismo. Era la primera vez que se corría en 'sterrato' con mal tiempo; aquel día diluviaba, y si en seco ya tiene su miga, en mojado uno ya no sabe ni dónde meterse", añade el talaverano, quinto en aquel caos indomable de 2010, cuando, en las filas del Caisse d'Epargne —hoy Movistar Team—, llegó a meta tras Cadel Evans, Damiano Cunego, Alexandre Vinokurov y Marco Pinotti.

"El miedo viene sobre todo por entrar bien colocado; hay una guerra terrorífica, y todos van igual de temerosos para no tener percances, pinchazos o caídas", recuerda Arroyo, que vistió la maglia rosa durante cinco etapas de aquella edición. "Y todo, claro, con una bici de carretera. Por entonces íbamos con tubulares de 23 milímetros, no con los 28 o incluso 30 que se llevan ahora en los tubeless, más anchos, con menos presión y que se deforman mejor, mejorando mucho el agarre".

El 'sterrato', cada vez más presente en el ciclismo moderno

Aquello fue solo una muestra de lo que podía condicionar la carrera el paso por los caminos de tierra de la Toscana. La primera aparición de esta variante en el Giro de Italia se remonta al año 2005, cuando el lombardo Angelo Zomegnan, por entonces director de la carrera, apostó por la inclusión del 'sterrato' en el recorrido.

Dos años después, en 2007, nació la Strade Bianchecaminos blancos, por su traducción en castellano—, clásica primaveral en la que, todavía hoy, ruedan los mejores ciclistas del pelotón rumbo a Siena. Sin ir más lejos, Tadej Pogacar, vigente líder de la ronda italiana, ha conquistado la carrera en dos ocasiones (2022 y 2024).

Egan Bernal ataca de rosa sobre el sterrato, en el Giro de 2021. AFP
Egan Bernal ataca de rosa sobre el sterrato, en el Giro de 2021. AFP

"Debes saber a lo que vas, porque puedes ser un ciclista ganador, pero si compites con miedo en el 'sterrato', estás muerto", explica a este medio Lluís Mas, que antes de colgar la bicicleta el pasado año terminó dos ediciones de la Strade Bianche con el Movistar Team. "Son etapas para ciclistas que disfruten de la tensión. Debes ir con ganas, que te guste estar ahí, divirtiéndote".

Eso sí, la colocación, esa por la que todos los directores se van a desvivir a través de los pinganillos, es un objetivo compartido por todos los equipos. "Todos piensan que sus corredores tienen que estar delante en esos tramos para evitar enganchones y caídas", añade Mas. "Claro, con lluvia, el 'sterrato' es un cristo de mucho cuidado. Si pinchas, los coches van muy detrás y reparar el pinchazo se convierte en un problema".

"Aun así, me encantaban este tipo de carreras; son muy divertidas para el espectador", sentencia el mallorquín. "Al final, la exigencia hace que sea una etapa para un perfil de ciclista tipo escalador o de potencia, tipo Wout van Aert", añade Arroyo. "Viendo cómo está Pogacar, yo creo que hará una de las suyas. Es un tío que da espectáculo siempre, pero si fuera su director igual le diría que guardara un poco [ríe]; luego no sabes cuándo vas a echar en falta esa fuerza".