La invisibilidad de la mejor ciclista española de la historia: "Íbamos a competir y daba igual lo que lográramos"
En conversación con Relevo, Joane Somarriba recuerda el relativo anonimato en el que vivió una carrera de leyenda que concluyó con dos Giros y tres Tours en su palmarés.

Por increíble que parezca, en el francés no existe la palabra "ganadora". Hoy por hoy, 'vainqueur' es un masculino sin forma femenina. El lenguaje, fiel reflejo de la sociedad que lo utiliza, ha obviado durante años la posibilidad de que una mujer triunfara; y no era sólo por economía lingüística, sino también por la hegemonía de un género sobre el otro. Es ahora, que la sociedad ha evolucionado para visibilizar su componente femenino, que se observa la posibilidad de una 'vainqueure' como Joane Somarriba (1972; nacida en Gernika, natural de Sopelana).
Porque Somarriba ganó, y ganó mucho. El Campeonato del Mundo CRI de Hamilton 2003 es el broche arcoíris de una vida deportiva que la llevó a ser 'vincitrice' de dos Giros de Italia, en la época en que la 'corsa rosa' era la mejor carrera femenina del mundo; 'vainqueure' de tres Grande Boucle, émulo del Tour de Francia; y 'txapelduna' de dos Emakumeen Bira, la gran ronda vasca para mujeres que hace unos años declinó en favor de la moderna Itzulia Women. Un currículum que la sitúa, por derecho propio, entre las mejores corredoras de la historia.
Somarriba nació ciclista, pero para llegar a ser profesional hubo de peregrinar por el desierto. Su integración en el ambicioso programa ADO de cara a Barcelona'92 se vio marrada por una compleja lesión de espalda: una hernia discal que la dejó en fuera de juego todo el año olímpico y la tuvo varios meses en silla de ruedas. Nunca se curó del todo; sólo aprendió a convivir con ella. "Muchas veces he tenido que detenerme en pleno entrenamiento para estirar en la carretera", evoca.
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— naiz: Kirolak (@naiz_kirolak) December 14, 2023
Bizkaia-Durango, el adiós de un equipo que nació para ganar con Somarriba su último Tourhttps://t.co/j4LuroQSCC@GARA_jiturria pic.twitter.com/ggs1Dw7opo
No obstante, la mayor amenaza para su vida deportiva no fueron las lesiones sino las decepciones. Una, en particular, estuvo ligada con el que hasta aquella fecha había sido su mayor logro como deportista: el 4º puesto en la general final del Giro de 1996. "Lo corrí con la selección española", recuerda la leyenda vizcaína. "Regresé a casa emocionada, porque ese resultado era un éxito total para una 'chiquita' que había superado una lesión complicadísima y se había preparado con muchísima devoción. Y, cuando llegué, resultó que no se había enterado nadie. Mis vecinos, y poco más. Era la realidad de aquel entonces. Íbamos a competir y daba igual lo que lográramos".
Las pioneras no sólo lidiaban con la falta de recursos: también con la falta de visibilidad. "Me hizo daño porque había vivido el reconocimiento de las hazañas de Marino Lejarreta y de tantos otros corredores, y me pareció injusto que mi 4º puesto en el Giro pasara inadvertido. Incluso habiendo vivido e interiorizado desde pequeña que cualquier cosa que yo hiciera valía menos que lo que consiguiera un hombre, que estábamos fuera del foco por ser mujeres, esta experiencia provocó que me hiciera preguntas. ¿Qué sentido tenía tanto esfuerzo?". Somarriba llegó a resignarse a colgar la bicicleta para trabajar en el restaurante de su familia. "Continué porque accedí a una nueva beca ADO por los Juegos de Atlanta'96", recuerda. "Y luego tuve la suerte de que me fichó un equipo italiano para la temporada siguiente…"

Hoy día, Joane Somarriba ejerce de embajadora y asesora deportiva en el Laboral Kutxa de la Fundación Euskadi. Incorporarse al equipo vasco ha supuesto un regreso a la luz pública después de casi dos décadas lejos de los focos, priorizando su vida familiar. En su regreso al pelotón, se ha encontrado una nueva realidad. "El nivel de recursos del que gozan actualmente las corredoras es tremendo y supone una satisfacción enorme para quienes hubimos de luchar tantísimo con mucho menos. Me inspiran una envidia sanísima".
La ciclista de Sopelana estará durante los próximos diez días en la caravana de La Vuelta Femenina 24 by Carrefour.es, aportando su experiencia a las corredoras de Laboral Kutxa. "Me hubiese encantado haber podido correr una Vuelta como ésta", confiesa. "De haber existido en mi época, mi sueño como ciclista hubiera sido ganar ese triplete de Giro, Tour y Vuelta". Ella no pudo; las que están ahora, sí. Ellas son "el sentido" de todo ese esfuerzo que Joane, como muchas otras, realizó en su día.