A qué velocidad media van los ciclistas de la Vuelta a España

El ciclismo puede parecer un deporte simple, al fin y al cabo el mecanismo de una bicicleta no puede ser más básico. Sin embargo,está en constante evolución en todos los aspectos. Desde los técnicos, con bicicletas que deben tener un peso mínimo para no comprometer la seguridad de los corredores, hasta aspectos relacionados con el conocimiento del cuerpo humano. Ya sea la alimentación, el descanso, la posición sobre la bicicleta o cuándo y cómo entrenar mejor. Por todo ello, es un hecho que los corredores van cada vez más rápido.

La edición 2022 del Tour de Francia fue la más rápida de la historia, con una velocidad promedio de 42,10 km/h según los datos de ProCycling Stats. Un poco más rápida que la carrera de este año, que se cerró con un promedio de 41,408 km/h, la tercera mejor marca de la historia. Es importante tener en cuenta que, para calcular este dato, se toma el tiempo que ha tardado el ganador en completar todo el recorrido. Por ello, influye tanto el trazado decidido por la organización como el desarrollo de la carrera. Una competición que llega a sus etapas finales ya decidida es probable que tenga al líder recogido en el pelotón, mientras que si está todo abierto se exponga más y ruede más rápido hasta el final.

La tendencia, no obstante, es clara. De los cinco Tours más rápidos de la historia, cuatro son recientes. Concretamente, y por orden, se tratan de 2022, 2005 (41,65 km/h), 2023, 2021 (41,158 km/h) y 2019 (41,033 km/h). El pelotón cada vez va más rápido, lo que ha arquear la ceja a algunos aficionados, que ven cómo marcas que parecían extraterrestre poco a poco van cayendo una tras otra. No obstante, también hay que poner sobre la balanza que los ciclistas cada vez recorren menos kilómetros y el desnivel general se va reduciendo. Sobre todo, se han eliminado las tediosas etapas de transición por encima de los 200 km, las cuáles no aportaban nada al espectáculo salvo cansancio en las piernas de los ciclistas.

En 2022, Remco Evenepoel, campeón de La Vuelta, finalizó los 3.281,4 km del recorrido en 80 horas, 26 minutos y 59 segundos. Eso implica que el belga circuló a una velocidad media de 40,78 km/h. Se trata de la cifra más alta de los últimos 17 años. Relativamente cerca de récord de la competición, establecido por Roberto Heras en 2003, cuando completó el trazado a 42,51 km/h de media.

En total, la de Evenepoel fue la séptima mejor marca histórica. No obstante, nuevamente se debe remarcar que los dos mejores resultados históricos fueron ediciones en las que el recorrido estuvo por debajo de los 3.000 km. Además, no se puede obviar el hecho de que la sexta mejor marca fue temporalmente invalidada por un asunto de dopaje.

*Heras fue desposeído de aquella Vuelta por dopaje en 2005, sin embargo en 2011 el Tribunal Superior de Castilla y León anuló la sanción. En 2012 el Tribunal Supremo desestimó la apelación de la Federación Española, por lo que Heras permanece como campeón.

Evidentemente, el pelotón no rueda siempre a la misma velocidad. La orografía de las etapas tiene mucho que ver en esto. Si para la velocidad media de la Vuelta se toma el tiempo del ganador y se divide por la distancia total recorrida, en las etapas se hace lo propio con el ganador en la línea de meta. Esto es algo a tener en cuenta, pues la velocidad de la carrera total no es la media aritmética de la suma de sus etapas.

Las etapas llanas son, por definición, las más rápidas (si excluimos contrarrelojes, en las que el recorrido es más corto y los ciclistas van siempre al 100% de sus capacidades). Así, la etapa más rápida en la historia de la Vuelta a España fue Logroño-Zaragoza en 2001, en el que se alcanzó una velocidad promedio de 55,17 km/h. Igor González de Galdeano fue el ganador de la misma, al sorprender al pelotón a 1 kilómetro de la meta cuando todo apuntaba a un desenlace al sprint.

Por contra, la montaña siempre ralentiza las cosas. Especialmente cuando se trata de rampas con gran pendiente, en las que los ciclistas van prácticamente anclados al asfalto, con la sensación de no moverse apenas. Por norma general, son las etapas más lentas de todas. Aunque, paradójicamente, también las más atractivas para el espectador. 

*Etapas con un desnivel superior a los 2.000 metros.