La Vuelta Femenina apunta a un cambio de fechas en 2026: "Barajamos varias opciones"
Kiko García, director técnico de la ronda española, atiende a Relevo para hacer balance de la carrera, que este fin de semana puso el broche con Demi Vollering de rojo en Valdesquí.

Enfundada en un rojo inconfundible, Demi Vollering resopla y sonríe. A sus 27 años, la neerlandesa acaba de conquistar su primera Vuelta Femenina tras vencer con autoridad en la estación de Valdesquí, meta de la octava y última etapa de la carrera. A su lado, suben al podio final Riejanne Markus, del Visma-Lease a Bike, y Elisa Longo Borghini, del Lidl-Trek, dos de las mejores ciclistas del mundo.
"Tengo la sensación de que este año la carrera se ha consolidado como evento", asegura a Relevo Kiko García, director técnico de la ronda española. "Hemos mejorado la seguridad en carrera, la organización, los hoteles; hemos tenido pocos traslados, algo que los equipos siempre agradecen, y el día extra de competición ha facilitado la logística y las conexiones entre ciudades".
A nivel deportivo, además, La Vuelta Femenina ha respondido con creces. "Salvo Lotte Kopecky, han venido todas las grandes vueltómanas", presume García. "Mi sensación, además, es que ha habido un salto de calidad general. El año pasado había grandes diferencias entre las mejores y el resto, como si hubiera dos pelotones, y este año el nivel medio ha subido bastante. Está todo más compacto".

Con él coincide la flamante campeona, segunda en la general del año pasado tras un final de infarto en Los Lagos de Covadonga. "Cuando el pelotón vaya creciendo, quizás estaría bien replantear las fechas de las carreras, porque la especialización de las ciclistas crecerá", asegura Vollering tras bajarse del podio. "Si este año no estuviera haciendo el bloque de carreras españolas, iría al Giro, por ejemplo. Ahora mismo me lo tengo que saltar y es un poco triste; si hubiera una reorganización del calendario quizá podría ir a las tres grandes vueltas en una misma temporada".
García no solo coincide con la ciclista neerlandesa, sino que extrapola esa especialización del pelotón femenino a una necesaria redistribución de las pruebas en el calendario. "En España tenemos casi todas las carreras en mayo [La Vuelta, Itzulia, Vuelta a Burgos, Clásica de Navarra, Vuelta a Andalucía y Volta a Catalunya, esta última a comienzos de junio] porque en su día se pensó que agruparlo todo sería menos costoso para los equipos", explica. "Ahora, sin embargo, esa especialización del ciclismo femenino en el que una corredora ya no disputa todas las carreras sino que destaca en vueltas por etapas, en clásicas o en lo que sea, hace que nos replanteemos todo".
No es la primera vez, sin embargo, que desde la organización se valora un posible cambio de fechas en La Vuelta Femenina. "Ahora mismo tenemos un hándicap claro en mayo, ya que nos ponemos en marcha junto al Mutua Madrid Open y terminamos el fin de semana en el que empieza el Giro de Italia masculino, dos eventos que nos quitan mucha ventana televisiva", explica García. "Por ello, barajamos varias opciones en el calendario, aunque ahora mismo creo que es momento de coger aire, dejar pasar el 2025 y después analizar la redistribución del calendario".
Y por qué no antes, es la pregunta lógica. La razón, según García, es bien sencilla. "En el ciclismo, la UCI trabaja por trienios, como bien sabemos por los puntos", asegura. "Cuando se cumple ese ciclo de tres años, la UCI hace balance, valora las carreras, piensa si suma o quita pruebas, las categorías que le otorga a cada una... Todo esto se va a producir en el 2026, así que creemos que es ahí cuando se producirá el cambio".
Sabido, por tanto, el momento elegido para el cambio, ahora solo falta conocer las nuevas fechas de La Vuelta Femenina. "En octubre apenas hay calendario y a lo mejor ahí encajaría bien, pero ¿estamos seguros de que después del Mundial las ciclistas no van a hacer clic y van a dar por terminada su temporada?", valora el director técnico de la ronda española. "Justo antes del Mundial tampoco podríamos asegurarlo".
Son esos días, los que separan La Vuelta masculina [que finaliza el 8 septiembre] y el Campeonato del Mundo [que arranca el 21 de septiembre], los que más rumores han desatado. "Es una de las posibilidades que tenemos en mente, pero no podemos obviar varios factores", indica García. "Primero, que Unipublic tiene a gente durante cuatro o cinco semanas en carretera, y empalmar una semana más, no solo de trabajo humano, sino de doblar estructuras y logística, no es sencillo. No es terminar la masculina y ale, todos a la femenina".

"Y después hay otra cosa, que a mí me parece la más importante, que es que si empalmáramos La Vuelta Femenina justo después de la masculina, nos plantaríamos a una semana del Mundial", añade. "Si el Mundial es en Europa, bueno, perfecto, incluso podría servir como preparación para las corredoras; ahora bien, si es en Canadá o en Ruanda, hay que ir tres o cuatro días antes y aclimatarse. Eso nos fastidiaría todo, porque muchas no vendrían a La Vuelta Femenina".
En lo que se toma la decisión final, los organizadores de la prueba han de valorar los pros y las contras de cada opción. Todo, para anteponerse a posibles obstáculos. "En estos asuntos, tú tienes que informar de tus deseos a la UCI cuanto antes. Luego, es la UCI la que te dirá, 'ya, pero es que hay otra carrera en esa semana, hablad con ellos y mirad a ver si os ponéis de acuerdo para intercambiaros las fechas'", sentencia García, consciente de hasta dónde llegan los privilegios de la ronda española. "Hombre, si nos pones frente a una carrera no WorldTour, supongo que no habría problema, pesaría la tradición, el evento, la calidad... Ahora bien, si tú mañana quieres coger las fechas del Giro femenino, te puedo asegurar que no habría un consenso fácil. No todo es tan sencillo como la gente se piensa".