TITAN DESERT

Lester Fernández, un titán con una muleta vuelve a ganar al desierto: "Me siguen llamando loco"

El ciclista hispanocubano, con un 81% de discapacidad, charla con Relevo tras completar por cuarta vez una Titan Desert, una de las pruebas de resistencia en bicicleta más exigentes.

Lester Fernández en la Skoda Titan Desert de Marruecos 2024. /KH7
Lester Fernández en la Skoda Titan Desert de Marruecos 2024. KH7
Andrea Robles

Andrea Robles

Sobre la arena naranja del desierto marroquí, un ciclista pedalea apoyándose en una muleta con su mano izquierda. Llega a la cumbre de una duna, recoge su punto de apoyo y se deja caer, cuesta abajo. En el vídeo, no se le ve el rostro, pero algo en su gestualidad nos dice que esboza una sonrisa.

Resumen de la participación de Lester Fernández en la Skoda Titan Desert de Marruecos 2024. KH7/ Relevo

El protagonista de esta tan llamativa como inspiradora imagen es Lester Fernández (45 años, Morón, Cuba). Perdón: Lester Fernández, el titán que con un 81% de discapacidad ha terminado por cuarta vez una Titan Desert.

Este finisher se subió a su bicicleta de montaña con el equipo KH7 y durante seis días pedaleó algo más de 600 kilómetros por el desierto de Marruecos. Recurriendo en los tramos más complicados a esa muleta, que él, en un juego de palabras, llama su amuleto, porque "con ella puedo hacer cosas que no tienen explicación", cuenta a Relevo. Otra vez no vemos su sonrisa, pues atiende a nuestra llamada desde su hogar en Rubí (Barcelona), pero la volvemos a imaginar.

"Es una carrera muy, muy difícil, muy complicada, dura, exigente y que tienes que estar concentrado 100% porque, cuando no es una piedra con un filo, es un pincho, es un palo, es agua, es aire fuerte, es viento con arena…. Todavía me siguen llamando loco por haberla hecho", recuerda.

Lester llegó a España hace 25 años. En Cuba fue deportista de élite, llegó a formar parte de su selección de ciclismo. Pero todo aquello parece otra vida, pues sucedió mucho antes de aquella sucesión de desgracias que terminaron con él en el asfalto mientras escuchaba una perturbadora pregunta: "¿Está muerto?".

"En 2009 tuve un ictus. Dos años después, otro. En 2014 me encontraron una fisura. Un año después se me partieron la tibia y el peroné. Y a partir de ahí tuve una infección que derivó en una necrosis", relata. Fernández tiene necrosis ósea, una enfermedad rara, esa, que asegura, le "lleva por mal camino". Y, como insinuábamos unas líneas más arriba, en ese mal camino un coche le atropelló mientras montaba en bici en 2020.

"La chica se quedó dormida al volante, me llevó por delante. Estoy vivo de milagro. Desde el suelo escuchaba a la gente decir '¿está muerto?', y moví la mano diciendo que no". Aquel accidente perjudicó enormemente su movilidad. Y él se sumió en la oscuridad.

"Estoy vivo de milagro. Desde el suelo escuchaba a la gente decir '¿está muerto?'"

Lester Fernández Finisher de la Titan Desert

¿Y cómo se sale de aquello? ¿Cómo se pasa de aquel asfalto ensangrentado a la fina arena del desierto marroquí? Irónicamente, a través de una bicicleta. Aquel artilugio que en su Cuba natal fue la mayor aliada para un niño "enfermizo" que acabó convirtiéndose en campeón en su país, volvió a ser su salvación, esta vez frente a la discapacidad.

Lester Fernández con sus compañeros de equipo en la Titan Desert 2024.  KH7
Lester Fernández con sus compañeros de equipo en la Titan Desert 2024. KH7

"Yo vi que mi vida era un desastre, que mi enfermedad me estaba comiendo. Mi familia estaba mal, todo el mundo a mi alrededor, pues claro, yo culpaba a todo el mundo cuando era yo el único culpable. Me perdí el respeto a mí mismo. Te preguntas: '¿Por qué estoy yo así?' Y como no hay respuestas, acabas pagando los platos rotos contigo mismo.

"Te preguntas: ¿'Por qué estoy yo así? Y como no hay respuestas, acabas pagando los platos rotos contigo mismo".

Lester Fernández Finisher en la Titan Desert

El ciclista no puede caminar más de 20 metros y tiene que recurrir a una silla de ruedas con la que nunca se ha sentido cómodo. No como con la bici.

"Mis hijas, mi pareja, mis amigos, me animaron a volver al deporte. Y cogí la bici. Entonces, me di cuenta de que caminar para mí era un problema muy grave, pero montar en bici, no. Así que me dije 'voy a cambiar mi forma de vida'. Si tenía que ir a hacer un recado, iba en bici. Y así volví a activarme".

En 2023 se convirtió en la primera persona con un grado tan alto de discapacidad en finalizar una de las pruebas de resistencia en bicicleta más duras del mundo, la Titan Desert de Marruecos. Completó después la Titan de Arabia Saudí y la de Almería. Y hace unos días, otra vez, la de Marruecos. Nadie con discapacidad ha terminado tantas.

"La idea macabra de intentar completar una Titan Desert surgió tras hablar con mi amigo Xavier Pallés, que ya la había disputado. Me dijo: 'La Titan es muy dura. Pero siendo como eres, con esta ambición deportiva que siempre has tenido, la lucha que llevas contigo mismo y lo fuerte que eres mentalmente, yo creo que la haces. Yo creo en ti'". Esa confianza encendió la mecha.

A través del equipo KH7 consiguió una beca para participar y así visibilizar su proyecto Happy Wheels. "Quiero es ayudar a las personas con discapacidad, o sin ella, a que salgan de este problema tan grave que yo me encontré: quedarte en el sofá, no salir, sentirte mal, no valorarte, pensar que la vida la tienes perdida… Mi objetivo no es que hagan la Titan, sino que cumplan sus sueños, que vuelvan a intentar caminar de alguna manera, que vuelvan a tomarse un café con sus amigos, lo que sea, porque en estas situaciones, a veces, nos separamos de la gente que nos quiere", reconoce.

Esta última edición en Marruecos fue todavía más importante, pues por fin pudo superar una duna. "Lester tenía ganas de surfear las dunas. Él puede pedalear, pero no puede caminar, por lo que tuvimos que descartar la duna grande del día de navegación y la rodeamos en vez de intentar pasarla, con lo que nos penalizaron con cinco horas, pero es lo que tocaba. Hoy Lester tenía muchas ganas de enfrentarse a una duda y hemos ido a por ello. Ha intentado realmente surfear y cuando ha visto que se atascaba, ha sacado su muleta y ha conseguido cruzar la duna y pasar por el punto de control. Ha sido un momento muy feliz y emotivo", explicó el exciclista Melcior Mauri, su compañero de aventuras y referente, al término de esa mágica etapa.

"Fue una sorpresa muy bonita, creo que es una alegría que me pudo dar la organización, se lo agradecí. Me divertí, le dediqué este día a mi abuela, que siempre ha estado presente conmigo en todas las carreras", comenta. Es esa parte humana de la prueba la que le atrapa. "Somos unos yonquis del sufrimiento, es cierto, pero para mí lo más bonito es la convivencia en el campamento, que estamos juntos, que somos unos nómadas más… la amistad que genera todo".

¿Y lo peor de una de las pruebas más exigentes del desierto? "Los monstruos que tú te metes en la cabeza. Lo peor para un titán es no poder gestionar tu mente", afirma.

"Lo peor son los monstruos que tú te metes en la cabeza"

Lester Fernández Finisher en la Titan Desert

El titán Lester Fernández seguirá compitiendo en pruebas de resistencia y no descarta que su tozudez algún día le lleve a unos Juegos Paralímpicos. Su imagen surfeando la duna demuestra que no atiende a imposibles. En la bicicleta ha encontrado su vehículo vital. "Representa lo que he perdido, que es caminar y correr. Yo antes corría mucho, caminaba por la montaña… Ahora hago todo eso con la bici. Voy como si fuera soñando que camino, que corro… Siento la acción. He recuperado algo que había perdido y lo estoy disfrutando muchísimo".