Liane Lippert, la Movistar que mejor conoce la Strade Bianche: "Muchas chicas la terminan andando"
La brillante ciclista alemana será la principal baza telefónica en el 'sterrato' este sábado.

Residente a orillas del Lago Constanza, al sur de Alemania en la frontera con Suiza, suele empezar cada uno de sus viajes al aeropuerto de Zúrich en ferry. "Es la forma más rápida de cruzar el lago", explica. "Además, el barco mola bastante porque es una manera tranquila de desplazarse". Un punto de pausa en una vida frenética: la de una deportista de élite que carga con la vitola de jefa de filas de uno de los mejores equipos del mundo y, además, es muy activa y transparente en redes sociales.
Liane Lippert (1998, Friedrichshafen)afronta su tercera campaña en Movistar Team con la inmensa motivación de quien busca enjugarse un mal sabor de boca. "El primer año fue muy bueno": ganó cuatro carreras, incluida una etapa del Tour de Francia, y ganó regularidad al lado de la ya mítica Annemiek van Vleuten. "El segundo fue muy difícil": una lesión de cadera la mantuvo en el dique seco hasta mayo y, pese a ganar una etapa en el Giro d'Italia, no se sintió a su mejor nivel hasta el Mundial, "cuando yo tal vez me sentía más fresca y las demás acusaban lo larga que es la temporada".
La alemana ya contó en Relevo que, de cara a 2025, su gran objetivo es ganar una etapa en La Vuelta Femenina para completar el 'triplete' de grandes. No obstante, antes llegan las clásicas: el terreno donde más ha brillado gracias a su inteligencia táctica y su 'punch' cuesta arriba y en sprints reducidos. Disputará las Ardenas (fue 2ª en la Flecha Valona hace dos años), el Tour de Flandes, la novísima Milán-San Remo (que regresa por fin al calendario femenino tras 20 años de ausencia) y, este mismo sábado, la Strade Bianche que ya ha completado seis veces.
La prueba toscana, caracterizada por el 'sterrato' que resbala bajo las ruedas de las bicicletas en los repechos y amenaza con mandarlas al suelo de una 'scivolata' en las bajadas, es uno de los grandes bastiones del ciclismo romántico. Los hay que, pese a su relativa juventud (fue creada en 2007), propugnan identificarla como 'sexto Monumento' y añadir su nombre al quinteto sagrado de clásicas formado por San Remo, Flandes, París-Roubaix, Lieja-Bastoña-Lieja y Lombardía.
"Sólo me perdí la Strade Bianche en mi primer año de profesional, y el pasado porque estaba lesionada", cuenta entusiasmada Lippert en conversación con Relevo. Su mejor puesto fue el 7º anotado en 2023. "Nunca he conseguido un gran resultado, pero siempre me he sentido bien disputándola y la he disfrutado. Es una carrera en la que la suerte juega un papel muy importante y pueden pasar muchísimas cosas. Este año, además, me lo voy a pasar particularmente bien porque en el equipo vamos a contar con varias bazas para jugar".
Efectivamente, Movistar Team presentará una alineación de impresión capitaneada por la propia Lippert y la suiza Marlen Reusser, el gran fichaje de este invierno. "Nos ha traído aire fresco y nuevas ideas", explica la alemana. "Somos ciclistas complementarias. Ella tiene el motor para arrancar desde lejos, y yo la chispa para esprintar. Juntas podemos hacer cosas muy bonitas". En la Strade Bianche, se enfrentarán con lo más granado del pelotón mundial: la número uno cuesta arriba Demi Vollering (FDJ-SUEZ); la recién regresada Anna van der Breggen (SD Worx-Protime); la ilustre Elisa Longo Borghini (UAE Team ADQ); la maillot amarillo 'Kasia' Niewiadoma (Canyon//SRAM Zondacrypto)...

… Y, si quieren triunfar, deberán imponerse en la icónica subida hasta la Piazza del Campo por la empedrada y empinada Via Santa Catarina. "Es durísima, porque llegas totalmente muerta después de tanto 'sterrato'", explica Lippert. "Sin embargo, también despierta sensaciones muy especiales porque hay muchísimo público y, con sus ánimos y sus gritos, ni siquiera te das cuenta de lo empinada que es la calle. Eso sí: muchas chicas llegan vacías y la terminan andando".
Para más adelante quedan dos asuntos. El primero, su proyecto de disputar grandes vueltas en el futuro. "Ahora mismo se me dan muy bien las clásicas, y no queremos cambiar demasiado mi entrenamiento porque nos gustaría conservar el 'punch'", aduce. "Normalmente, con la edad, el motor va creciendo y adaptándose más y más a los esfuerzos largos casi de forma automática. Intentaremos disputar generales, pero no me voy a convertir en una especialista". El segundo, la renovación de su contrato con Movistar, que expira en diciembre. "No hay mucho que pueda decir al respecto", zanja con una sonrisa.