Triki Beltrán y aquella Vuelta del 98 dentro del Banesto: "Se mezcló la vida personal de Abraham Olano con la carrera"
'Triki' Beltrán', gregario del ganador Olano, recuerda la tensión generada por el enfrentamiento entre su líder y José María 'Chava' Jiménez.
![José María 'Chava' Jiménez y Abraham Olano, compañeros en el equipo Banesto, en 1998./EFE](http://s3.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202401/18/media/cortadas/9045912-RhFl0FCbBnt4Q4LKn5HlJaN-1200x648@Relevo.jpg)
En 1998, el ciclismo español vivía todavía bajo el 'shock' post Indurain. Con su retirada, consumada en el Hotel El Capitán de Lagos de Covadonga en plena Vuelta 1996 y anunciada en los albores de 1997, los aficionados españoles se quedaron huérfanos del ídolo al que habían seguido, aplaudido y admirado durante un impactante lustro de amarillo y rosas. Y, como ellos, también se quedaron sin referencia los dos grandes equipos españoles: el Banesto que lo tuvo y la ONCE que lo quiso se afanaron a todo trance en buscar o fabricar un nuevo Indurain. Y ahí fue cuando todos los ojos se posaron en Abraham Olano: un émulo de 'Miguelón' sobre la bicicleta por su talla y por su perfil deportivo.
Manuel 'Triki' Beltrán conoció a Olano a la vez que el profesionalismo: en 1994 y con el Mapei-Clas, un equipo híbrido, mitad español y mitad italiano, que conservó dos almas hasta que la transalpina devoró a la rojigualda a finales de 1996. Las dos primeras grandes vueltas del escalador jienense estuvieron consagradas a cuidar del trotón guipuzcoano en la alta montaña.
"Recuerdo la satisfacción de trabajar para él y verle subido al podio de la Vuelta del 95", evoca el 'Triki' en conversación con Relevo; "y luego en el Giro del 96, que estuvimos tan cerca de ganarlo". Olano acabaría tercero después de hundirse frente a Pavel Tonkov en la última etapa de montaña, camino de Aprica. "Anda que no he bromeado con él veces, recordándole la cantidad de dinero que perdimos ese día subiendo el Mortirolo", ríe Beltrán. Ese mismo invierno, Olano salvaría su carrera deportiva al integrarle en el equipo Banesto, que le había recogido del éxodo de Mapei, a costa de bajarse el sueldo para costear el suyo. "Para mí, Abraham es como un miembro de mi familia", asevera el jienense con justificada devoción.
![Manolo 'Triki' Beltrán y Abraham Olano posan como compañeros del equipo Banesto. EFE](http://s1.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202401/18/media/cortadas/beltran-olano-efe_20240118185926-U23125443712tYx-624x385@Relevo.jpg?cw=780&ch=481)
Antes de la Vuelta a España de 1998, Abraham Olano había ganado un Campeonato del Mundo, pisado el podio de Giro de Italia y Vuelta a España y horadado el top10 del Tour de Francia en dos ocasiones (9º en 1996, 4º en 1997). Sin embargo, también había saldado con abandonos la Vuelta del 97 y el Tour del 98. Acostumbrada a la inasequible imbatibilidad de 'Miguelón', la afición y los medios le cuestionaban; incluso su propio equipo dudaba. Una tormenta que se recrudeció cuando en el seno del propio Banesto emergió un rival de perfil totalmente diferente: un escalador ligero que se metía al público en el bolsillo con sus arranques de genio. El 'Chava' Jiménez.
"De aquella Vuelta guardo recuerdos de todo tipo", recuerda el 'Triki' Beltrán, siempre gregario fiel de Olano. "Dulces, como cuando conseguimos llegar a La Castellana con Abraham de líder. Y amargos, porque José Mari [José María 'Chava' Jiménez] ganó cuatro finales en alto y eso era complicado de gestionar". Los ataques del 'Chava' en alta montaña, ignorando las consignas del equipo, endurecían las subidas y ponían en dificultades a Olano frente a los demás escaladores. "Chava era el primero en agitar el avispero porque quería ganar las etapas, pero yo creía que la única clasificación que debía valer era la general". Una disyuntiva interna donde Beltrán eligió bando. "Tuve claro que mi papel era acompañar a Abraham, estar con él y cubrirlo lo mejor posible".
En la carretera, fue una Vuelta tensa que no se dirimió hasta el mismísimo final. A dos etapas de la conclusión, en el Alto de Navacerrada, 'Chava' despojó del maillot de líder a Olano, que recuperaría la prenda al día siguiente en la crono de Fuenlabrada. Fue clave lo que ocurrió fuera de Banesto: Laurent Jalabert, la apuesta de la ONCE, perdió tiempo ambas jornadas. Eso le impidió pescar a río revuelto. "Pese a la presencia de Jalabert, esa Vuelta podría haber estado ganada si algunos dirigentes de ese Banesto hubieran puesto las cosas claras desde un principio", recuerda Beltrán.
Lo peor estuvo fuera de la carretera. Los líderes de Banesto entraron en una encarnizada lucha que estalló en los medios de comunicación. 'Chava' Jiménez se expresaba en la SER, con José Ramón de la Morena; Karmele Zubillaga, esposa de Olano, lo hacía en los micrófonos de la Cope, con José María García. "José Mari, que en paz descanse, era José Mari", tercia Triki. "Sus intervenciones en 'El Larguero' generaron momentos desagradables". Ella se quejaba de la actitud de Chava en carrera, y de las tácticas del equipo; él mandaba callar a Karmele en la radio, y se enfrentaba a su marido en el cara a cara; Olano no escondía sus recelos y acusaba a Chava de 'traidor'. "Se mezcló la vida personal de Abraham y su familia con los acontecimientos deportivos", lamenta 'Triki'. Un segundo factor se sumaba al ruido: los rumores, después consumados, de que Olano había apalabrado su futuro con la ONCE.
Aquella Vuelta acabó con Olano en lo más alto del podio y 'Chava' a su izquierda, tercero de la general, ganador de la Montaña y con cuatro victorias de etapa en su cuenta particular. Con ellos, convidado de piedra, Fernando Escartín, vestido de Kelme. Fuera de la foto, por sólo ocho segundos, un estadounidense que acababa de superar un cáncer testicular y se disponía a escribir unas páginas de la historia del ciclismo que muchos desearían borrar: Lance Armstrong. Dice la leyenda que, cuando Karmele entró en la habitación de Abraham la tarde de la última etapa, se lo encontró metido en la bañera. Le dijo dos palabras en euskera: "Bukatu da". Literalmente: 'ya se ha acabado'.