De Anguila para el mundo: Hasani Hennis quiere ser ciclista profesional
El caribeño aprovecha los Súper Mundiales de Glasgow para ponerse en el escaparate y tratar de cumplir su sueño de dar el salto a Europa.

Glasgow. -Mathieu Van der Poel todavía no ha alzado los brazos en la línea de meta de George Square, pero la carrera de Hasani Hennis ha concluido hace casi cuatro horas: los comisarios de la UCI le han forzado a retirarse antes de entrar al circuito de Glasgow porque va demasiado descolgado. Aun así, sigue vistiendo maillot y cullote de la selección de Anguila con tres delfines enroscados en el pecho; aun así, luce una enorme sonrisa en el rostro porque ha sido capaz de rodar escapado un buen centenar de kilómetros por delante del pelotón. Ponerse bajo los focos. Ser protagonista.
"Ya viene a Gran Bretaña para disputar el Mundial sub23 de 2019 en Yorkshire", nos cuenta Hasani Hennis (1997, Blowing Point). Proveniente de una isla de apenas 91 kilómetros cuadrados (26 km de largo y 5 de ancho máximo), se enganchó al ciclismo por influencia de su hermano y sus amigos. "Ellos ya lo han dejado, pero yo he continuado y sigo esforzándome con el objetivo de llegar lo más lejos posible en el mundo del ciclismo".
Llegar a la élite desde una islita del Caribe no es sencillo. Todavía se pueden encontrar por internet las convocatorias de distintas barbacoas y eventos celebrados por el club ciclista de Hasani para financiar su viaje a Yorkshire, donde se desplazó en tren a salidas y metas. En la prensa local aparecen cartas y artículos para elogiar su determinación de lucir el nombre de Anguila por el mundo entero. Hoy por hoy, su vida deportiva discurre entre el Caribe y Estados Unidos, donde disputa critériums con el equipo Miami Blazers.
"Desde el punto de vista económico, dependo de la ayuda que me brindan las personas de mi país", explica el anguileño. "Yo estoy invirtiendo todo lo que puedo en mi rendimiento con el objetivo de que mis compatriotas vean cómo nos represento a nivel internacional. Competir en Estados Unidos ya es importante para mí y para mi país. Creo firmemente que, si lo sigo intentando, conseguiré hacer realidad mi sueño y mi objetivo final: ser profesional en Europa".
Hasani Hennis demostró su hambre de ciclismo este domingo en el Campeonato del Mundo. "Quería estar en la escapada del día, pero no acerté con el movimiento bueno", narra. "Para cuando encontré hueco y salté a la contra, el grupo cabecero ya estaba haciendo camino y yo remaba en solitario. Después me acompañó un ciclista venezolano, José Alarcón, pero aunque nos acercamos un poco no pudimos llegar a atraparles". El parón por la protesta de This Is Rigged acabó de enterrar sus opciones. "No tenía ropa para abrigarme. Cogí un poco de frío y me costó bastante ponerme en marcha otra vez, porque además salimos directamente cuesta arriba. Me descolgué muy pronto". Y aun así, concluye su balance con optimismo: "Ha sido una buena experiencia y ya estoy deseando correr los Mundiales del año que viene".
Le pedimos que se 'venda'; que se presente como ciclista. "A un equipo europeo le diría que estoy dispuesto a darlo todo y que soy un ciclista de equipo. Me gusta sacrificarme y hacer el trabajo sucio; y se me da particularmente bien lanzar sprints. Cuando un compañero gana, me siento como si hubiera ganado yo. Soy un buen corredor. El año pasado gané una carrera de 200 kilómetros en Belize; este año gané otra en Jamaica. Pero ahora quiero ganar carreras en Europa. Me conozco: sólo necesito seguir trabajando, rodeado de ciclistas más fuertes que yo, para poder progresar".
Todavía no ha empezado a buscar equipo. "Quiero cerrar bien estos Campeonatos del Mundo con la contrarreloj del viernes. Entonces sí que actualizaré mi currículum deportivo y lo enviaré a todos los lugares que pueda. Si puedo soñar con un equipo en el que integrarme, ése sería Groupama-FDJ". Con una sonrisa brillando entre su hirsuta barba, se despide. Al darnos la espalda, leemos un lema en su maillot: 'In God I trust'. "Confío en Dios".