CICLISMO

Noja y Extremadura, dos termómetros para medir la salud del ciclismo femenino en España

Mientras la cantidad y calidad de las ciclistas crece, organizadores y equipos se encuentran en una tesitura donde crecer supone un enorme reto ante el vacío mediático.

El pelotón femenino, frente a la característica Playa de Trengandín. /AYUNTAMIENTO DE NOJA
El pelotón femenino, frente a la característica Playa de Trengandín. AYUNTAMIENTO DE NOJA
Fran Reyes

Fran Reyes

Cada primer fin de semana de marzo, el Trofeo de Ciclismo Femenino Villa de Noja - Gran Premio Cantabria Deporte ofrece el pistoletazo de salida para la Copa de España femenina. La prueba, una pequeña clásica con un recorrido nervioso que supone todo un desafío técnico para sus participantes, bate cada temporada su récord de inscritas. Este año fueron nada menos que 449 ciclistas entre cadetes (146), juveniles (139) y Elite y Sub-23 (164). Pelotones de gran profundidad que subrayan cómo la que hasta ahora era la pata más corta de la mesa del ciclismo femenino español está creciendo de forma paulatina y significativa.

El ciclismo femenino, en España como en el mundo, siempre se ha movido en patrones volátiles y precarios. En 2013 tocó fondo con sólo dos equipos UCI (ambos de matriz vizcaína: Bizkaia-Durango y el Lointek del club ciclista de Sopela) y dos carreras profesionales, la histórica Bira y la clásica de Durango, que sumaban entre ambas cinco días de competición. También la Copa de España se vio reducida a únicamente dos pruebas.

Desde entonces, el calendario se ha incrementado paulatinamente hasta los 39 días UCI actuales, mientras la Copa cuenta hoy día con siete fechas. En términos de equipos, la criba de la nueva normativa que obligó a la profesionalización de las ciclistas dejó sólo tres conjuntos con licencia internacional: Movistar Team (UCI Women's WorldTour), Laboral Kutxa - Fundación Euskadi (UCI ProTeam) y Eneicat - CM Team (UCI Continental). Y, en ciclistas, son 8 las mujeres en WWT y 15 las que militan en las dos categorías inferiores. Por debajo evoluciona un florido panorama amateur, con escuadras de larga tradición y otras nuevas que se afanan en brindar oportunidades a las más jóvenes para hacer sus pinitos y llegar a lo más alto.

"En cantidad, el pelotón ha crecido", indica Roberto 'Rayi' San Emeterio, responsable del Trofeo de Ciclismo Femenino Villa de Noja y también director del Cantabria Deporte - Río Miera del Club Ciclista Meruelo, una de las escuadras con más tradición que lanzó al profesionalismo a la 'Movistar' Sheyla Gutiérrez, la campeona de Europa Sub-23 de pista Marina Garau o las mellizas cántabras Laura y Lucía Ruiz. "En juveniles, por ejemplo, hay una generación muy buena. En Elite, se va más rápido pero la calidad no ha crecido de forma notable; entre otras cosas, porque falta un trabajo de tecnificación que les ayude a manejarse mejor sobre la bici o correr en equipo".

En su faceta como organizador, San Emeterio se topa con la realidad dolorosa de la escena amateur: "Muchos hablan de ciclismo femenino, pero a la hora de la verdad las ayudas no fluyen en consonancia mientras los costes sí se incrementan. En nuestro caso, hemos pasado de los 6.000€ de presupuesto de la primera edición de la carrera en 2016 a los 15.000€. Este año, de hecho, hemos debido renunciar a la retransmisión televisiva para sacar adelante la prueba. Nuestra repercusión ha dependido de los medios de comunicación y las amistades que nos han dado cobertura".

Las carreras profesionales, por su parte, también deben hacer malabares para cuadrar cifras pero sí registran un crecimiento significativo. Una buena muestra es la Vuelta a Extremadura, que se disputa esta semana entre jueves y sábado sobre cuatro etapas (las dos primeras, en formato de doble sector) con televisión en directo y un pelotón de lujo en el cual figuran cinco equipos de máxima categoría como Movistar Team, UAE Team ADQ, Lidl-Trek, Visma | Lease a Bike y Uno-X. Contra ellas competirán cuatro conjuntos Elite españoles: el Tenerife Bike Point - La Sede y tres de aquellos antiguos Continentales que hoy sobreviven en el amateurismo, como el Farto-Kiroot gallego, el Massi-Baix Ter catalán y el propio Cantabria Deporte, que no conservan la licencia UCI pero sí un buen calendario.

No todos los equipos españoles que se quedaron sin licencia profesional con el cambio de normativa han podido sobrevivir. Desaparecieron en su momento Bizkaia-Durango y Sopela; también este invierno ha claudicado el Soltec de la Fundación Marcelino Oliver, que de cara a esta temporada se ha reinventado en el MTB. "La Real Federación Española de Ciclismo debe luchar para conseguir mejores ventajas fiscales", propone su mánager general, Nino Oliver, pensando en la captación de patrocinadores. "Además, es fundamental trabajar con los medios de comunicación para aumentar la visibilidad del ciclismo en España. En el deporte, si no te ven, no existes. Cada equipo debería contar con un experto en marketing y comunicación. Hay que generar valor real. La audiencia es la clave; la audiencia no son sólo los familiares de las ciclistas". Que estos parámetros evolucionen en positivo será esencial para que, el próximo año, los termómetros de Noja y Extremadura no señalen una preocupante fiebre.