CICLISMO

La pica en Flandes la pone Pogacar, que hunde a Van der Poel en su terreno y ya mira a la historia

El ciclista esloveno se impone en el segundo monumento de la temporada, octavo para él, y dispara la expectación para la París-Roubaix del próximo domingo.

Tadej Pogacar gana en Flandes su octavo monumento como ciclista./Getty Images
Tadej Pogacar gana en Flandes su octavo monumento como ciclista. Getty Images
Daniel Arribas

Daniel Arribas

Parecía mentira el sol mediterráneo con el que Flandes recibía este domingo al pelotón, sobre todo tratándose de una región, las Ardenas flamencas, donde, lejos del mar que baña el sur de Europa, llueve más de 190 días al año. Aún lejos de allí, en Brujas, punto de partida de la 109ª edición del Tour de Flandes, De Ronde para los puristas, solo se vislumbraban dos posibles desenlaces para el segundo monumento de la temporada.

Cualquier vía alternativa a Mathieu van der Poel y Tadej Pogacar parecía una quimera. No por nada ambas bestias del ciclismo moderno llegaban a la cita con 14 monumentos, cuatro más que los otros 175 participantes juntos (los veteranos Kristoff y Degenkolb por partida doble; y un triunfo por cabeza entre Mohoric, Jungels, Van Baarle, Stuyven, Van Aert y Démare).

Pero no solo eso. De los 19 monumentos previos a este Tour de Flandes, es decir, desde la Lieja-Bastoña-Lieja de 2021, en plena rampa de salida de la pandemia, Van der Poel y Pogacar habían copado el 75% de los triunfos, dejando solo cinco para el resto de los mortales, algo que se agrava más incluso si se parte como referencia del Giro de Lombardía de 2022. Desde aquel otoño, ya lejano, neerlandés y esloveno han ganado 11 de los 13 monumentos en juego —vuelva a leer ese dato con detenimiento—, únicamente dejando espacio a la Lieja de Remco Evenepoel, en 2023, y la San Remo de Jasper Philipsen, en 2024.

Saltó por los aires cualquier guion, no obstante, a 126 kilómetros de la línea de meta, cuando en uno de los puntos menos reservados a la sorpresa —una carretera nacional, ancha y de varios carriles—, se desató un efecto dominó en la parte trasera del pelotón que se llevó al suelo, entre otros, a un Van der Poel que, suerte para él, impactó sobre la hierba antes de ponerse en pie, sacudirse y volver a la bicicleta para desfondarse detrás de sus compañeros —y del coche de su equipo, todo sea dicho— rumbo a la cola del pelotón.

El grupo de favoritos lanzó la carrera y con el UAE diezmado tras las caídas de Wellens y Narváez, las estrategias cobraron más fuerza que nunca. Así lo interpretaron Ganna (Ineos), Benoot (Visma), Küng (FDJ) y otro buen puñado de ciclistas, que en el terreno de la duda abrieron hueco con el pelotón principal y se lanzaron a la caza de una fuga que absorbieron a 90 kilómetros de la conclusión.

Se desgañitaban por detrás Morgado y Berg, ambos compañeros de Pogacar en el UAE, para cerrar un hueco que no hacía sino aumentar con el paso de los kilómetros, llegando a rozar el minuto y medio de ventaja a 60 kilómetros del final.

Fue entonces cuando el alemán Nils Politt, parapeto de Pogacar en el conjunto emiratí, disparó el ritmo del grupo principal para acercar al esloveno a los pies del Viejo Kwaremont, rampa de profundísimos adoquines en la que, con una pendiente media del 4,5%, más vale surcar los canalones laterales, algo más lisos, para no terminar hundido por el peso de la historia.

Allí, era de esperar, Pogacar hizo temblar todo. Saltó a la cabeza, buzo blanco al completo, y solo pudieron responder Van Aert, Jorgenson, Pedersen y Van der Poel, a quien la dinamita le pilló más retrasado de lo esperado, lo que desembocó en una aceleración para frotarse los ojos en la que, a puro chepazo, el vigente campeón de la prueba fue sacudiéndose rivales como migas de pan.

Media hora después, ya a 38 kilómetros de la línea de meta y con un Pogacar encendido, asestando ataques en cada rampa adoquinada, el grupo de cabeza quedó reducido a trío de campeones del mundo, con el esloveno, el propio Van der Poel —sí, incluso después de caerse— y un Pedersen que no dejaba de ser amenaza ante un hipotético sprint final.

Pronto se encargó Pogacar de quitarse el problema de en medio, y en el durísimo Kruisberg (algo más de 700 metros de pavé al 7.9%), volvió a acelerar para, ahora sí, mandar a la lona al danés del Lidl-Trek. Parecía que el destino aguardaba el más perfecto de los desempates, con Van der Poel y el esloveno en solitario rumbo a Oudenaarde, pero Van Aert, Stuyven y el propio Pedersen volvieron a subirse al tren de cabeza para, a 18 de la conclusión, sufrir de primera mano la ira del maillot arcoíris.

Lanzó entonces Pogacar el más brutal de sus ataques. Van der Poel respondió y, por vez primera, como el propio esloveno había anticipado en la previa, cuando advirtió de la dureza acumulada de Flandes respecto a San Remo, el neerlandés del Alpecin explotó, echando la vista atrás y esperando a Van Aert, viejo enemigo, para salvarse de la escabechina mientras el esloveno, más ligero que los demás, aplastaba los adoquines a su antojo, ya en solitario.

La ventaja aumentó hasta el medio minuto pasado el Patterberg, último muro infernal antes de la meta (360 metros al 13%), y a Pogacar ya solo le podía privar de la gloria un elemento extraño, como las rampas musculares que amenazaron su reinado en el pasado Mundial de Zúrich. No fue el caso, claro. El vigente campeón del Tour de Francia y del Giro de Italia alzó los brazos en meta, segunda victoria para él en Flandes, y con su octavo monumento —uno más que leyendas de las clásicas como Fabian Cancellara o Tom Boonen—, ya mira al próximo domingo. El temido 'Infierno del Norte' ya está a la vuelta de la esquina.

Clasificación final del Tour de Flandes

  • 1. Tadej Pogacar (5:58:41)
  • 2. Mads Pedersen (a 1:01)
  • 3. Mathieu van der Poel (a ")
  • 4. Wout van Aert (a ")
  • 5. Jasper Stuyven (a 1:04)
  • 6. Tiesj Benoot (a 1:51)
  • 7. Stefan Küng (a 1:53)
  • 8. Filippo Ganna (a 2:19)
  • 9. IVÁN GARCÍA CORTINA (a ")
  • 10. Davide Ballerini (a ")