Cuando Tadej Pogacar, Miguel Indurain y Eddy Merckx vistieron los colores de un club de fútbol barcelonés de séptima división: "A ver si Juan Ayuso es el próximo"
Desde hace más de 100 años, la UE Sants es titular de la Volta a Catalunya, que arranca este lunes.

Si el maillot de líder del Tour de Francia es amarillo y el del Giro de Italia, rosa, es porque ambos se inspiran en los colores de las páginas de los periódicos deportivos L'Auto -posteriormente se llamaría L'Équipe- y La Gazzetta dello Sport, que promovieron la creación de las dos vueltas ciclistas por etapas todavía vigentes más antiguas del mundo. La tercera es la Volta Ciclista a Catalunya, cuyos inicios también están vinculados a un diario de deportes, en este caso el Mundo Deportivo, precisamente fundado a imagen y semejanza de L'Auto de Henry Desgrange, instigador de la Grande Boucle.
En La Volta, el maillot que identifica al líder de la general es de color blanco con tres franjas verdes, y su origen está en la Unió Esportiva Sants, un club de fútbol barcelonés que actualmente juega en regional; concretamente, en el grupo II de Primera Catalana, el equivalente a la séptima división nacional. Para entender como hace un año Tadej Pogacar terminó luciendo los colores de un equipo tan modesto hay que retroceder más de 150 años y ubicarse en la época de la Revolución Industrial.
"En el siglo XIX, cuando en el centro de Barcelona se prohibió la construcción de fábricas, estas empezaron a localizarse en las afueras, en Poblenou, Sant Andreu o Sants, por ejemplo, que era un pueblo agrícola [independiente de la capital hasta 1897] donde se levantaron muchas factorías textiles, como Can Batlló, el Vapor Vell o la España Industrial, la más importante del estado en su sector. Ya convertido en un barrio obrero, a inicios del siglo XX hay un esfuerzo por parte de los ateneos y otras entidades vinculadas al proletariado para promover en Sants el deporte desde una vertiente popular. Y los más populares en la época eran el fútbol, el ciclismo y el atletismo", contextualiza Agus Giralt, historiador santsenc y autor de Memòria de Sants, un blog dedicado a un barrio que hace 120 años popularizó la práctica de la bicicleta en Barcelona y Cataluña.
Empezaron a proliferar los clubes ciclistas y a disputarse carreras sobre dos ruedas en la zona. Eran símbolo de cultura y de asociacionismo, también de modernidad. Se tiene constancia incluso de una pista improvisada que dejó de utilizarse cuando "en 1909 se construyó el velódromo de Sants, popularmente conocido como el velódromo del Cubell, por lo pequeño que era, y que fue uno de los tres que hubo en el barrio a inicios de siglo", añade Giralt. La instalación estaba muy cerca del mercado y de las vías del tren, y como si de los Campos Eliseos de París se tratara, un 8 de enero de 1911, recibió a los 22 ciclistas que terminaron la última etapa de la primera edición de la Volta a Catalunya, disputada gracias al impulso de Narcís Masferrer, director de El Mundo Deportivo, y de Ramon Torres, santsenc y redactor del mismo periódico.

El nacimiento de la UE Sants
"11 años después, en 1922, se creó la Unió Esportiva de Sants a través de la fusión de cuatro clubes; dos de fútbol y dos de ciclismo. Eran el Club Ciclista de Sants, el Club Velo Sport, el Centre d'Esports de Sants y el FC Internacional, que es uno de los equipos más antiguos de Barcelona; es de 1902. La UE Sants ya nació como un ente polideportivo, principalmente dedicado a la práctica del fútbol y del ciclismo, pero también del atletismo", cuenta Artur Balaux, que es socio, exmiembro de la junta directiva y fue comisionado del centenario de la UE Sants, que poco después de su fundación tomó las riendas de la prueba ciclista más antigua de España.
"Durante la Primera Guerra Mundial no se corrió la Volta, tampoco en 1921 y 1922. Y en 1923, el presidente de la sección ciclista de la UE Sants, que precisamente era Ramon Torres, uno de los fundadores de la prueba, decidió que el club se encargaría de la organización de la carrera para que siguiera disputándose. Y ahí comenzó una relación que dura hasta el día de hoy", apunta Balaux, que guarda una colección de postales con el cartel de todas las ediciones de la Volta hasta su centenario, en 2021. En la gran mayoría, de algún modo u otro, destaca el nombre y el escudo de la UE Sants; aunque hace unos años que ya no aparece. Algunos de los carteles, por cierto, fueron diseñados por artistas internacionales, de la talla de Joan Miró, Antoni Tàpies o Miquel Barceló, y son auténticas piezas de coleccionismo.

El elenco de ganadores es incluso mejor. Figuras como Mariano Cañardo, el primer gran campeón español y recordman de la prueba con siete triunfos en la general, o Miquel Poblet, el mejor ciclista catalán de la historia, que corría en la UE Sants y el RCD Espanyol, difundieron una carrera por etapas que especialmente tuvo lustro en los 60 y los 70, alcanzando más prestigio internacional incluso que La Vuelta a España, que se corre desde 1935. Jacques Anquetil, el caníbal Eddy Merckx, Luis Ocaña, Felice Gimondi y Bernard Thévenet se alzaron con el triunfo durante unos tiempos, el ocaso del franquismo, en los que la Volta, como en sus inicios, supuso una ventana abierta a Europa y a la modernidad.
Todos ellos se enfundaron el maillot de líder, blanco con tres rayas verdes. Son los colores de la UE Sants y lucen desde 1958 en la prenda que identifica al primer clasificado de la general. Y hasta el día de hoy. "Anquetil, Merckx, Ocaña, Indurain [tres veces campeón], Beloki, Valverde [también triple ganador], Purito Rodríguez, Roglic o Pogacar… prácticamente todos los grandes ciclistas de la historia ganaron la Volta y se vistieron como la UE Sants. Este año quizás le tocaba a Jonas Vingegaard, pero finalmente no la correrá por la caída que tuvo en la Paríz-Niza. A ver si Juan Ayuso es el próximo", reivindica Balaux desde una cafetería del Carrer de Sants, la principal arteria comercial de un barrio con alma y memoria que cuenta con una gran escultura de acero que homenajea su tradición ciclista y que está ubicada en una placita que lleva el nombre Ramon Torres, tal y como documentó Agus Giralt en su blog.

El blanco y el verde
"La UE Sants viste de blanco y verde desde su fundación porque el FC Internacional iba de blanco y el Centre d'Esports de Sants, de verde. Y se decidió tomar el color de ambos equipos. Además, en el escudo tiene una estrella también por el Internacional. La estrella de cinco puntas es el símbolo del internacionalismo en todos los ámbitos; cultura, política, deporte, etc. Los esperantistas la lucen porque aspiraban a ser un idioma internacional, por ejemplo. También era símbolo de la URSS porque representaba el internacionalismo proletario. De ahí que durante el franquismo, por su vinculación con el bloque soviético, nos obligarán a quitarla del escudo", desmenuza Balaux.
"Estamos acostumbrados a ver grandes ciclistas vestir nuestros colores, pero lo que más orgullo nos genera es ver que la Volta se haya mantenido en pie durante tantos años, más de cien, gracias al club", cuenta Balaux con satisfacción: "A día de hoy, la UE Sants sigue teniendo la titularidad de la Volta, aunque ya no la organiza porque hace un tiempo desapareció la sección ciclista del club. Y en 2007, con la ayuda de la Generalitat, se fundó la 'Volta Ciclista a Catalunya Associació Esportiva', un organismo creado específicamente para organizar y gestionar la prueba a través de un contrato con la UE Sants que le cede los derechos organizativos de La Volta. Y que finaliza en 2027".

Rubèn Peris, que en su día formó parte de la sección ciclista de la UE Sants, es el presidente de la asociación que rige la Volta y el director de la prueba, que es UCI World Tour, la máxima categoría de carreras ciclistas. Y, además, Peris sigue siendo socio de la UE Sants, un club de los más históricos de Barcelona que ha perdido su carácter polideportivo; ya solo se dedica al fútbol. Y su primer equipo masculino, cuyo techo es la tercera categoría [habiendo disputado sin éxito seis promociones para subir a Segunda durante los 50 y los 60], actualmente compite en séptima división.
La restructuración de categorías y, por encima de todo, la falta de un campo propio ayudan a explicarlo. "El Sants es un equipo de barrio que no juega en su barrio, y eso hace que no pueda arraigarse aquí como lo han hecho en Gràcia y el Palomar el Europa o el Sant Andreu, con los que hace poco nos enfrentábamos en Tercera", sentencia Balaux, que desde 2009 espera a que el Ayuntamiento de Barcelona reconstruya el campo de la Magòria para que el club abandone el nomadismo y vuelva al estadio que considera su casa.
El maillot de líder de la Volta es el principal vestigio del pasado glorioso de un club de barrio en apuros que a partir de este lunes verá con orgullo como los grandes ciclistas del pelotón internacional lucen un año más sus colores, el blanco y verde de una entidad sin la que no se puede explicar la historia de la Volta a Catalunya, patrimonio de la región y la tercera prueba por etapas más antigua del mundo.