CICLISMO

Tadej Pogacar, desde los ojos de sus jefes: "Llevo 30 años en esto y jamás he visto algo así"

El esloveno del UAE sorprende cada día a sus directores con detalles que definen a un líder.

Tadej Pogacar (25), en la Lieja-Bastoña-Lieja, con Carapaz a rueda. /DE VOECHT / AFP
Tadej Pogacar (25), en la Lieja-Bastoña-Lieja, con Carapaz a rueda. DE VOECHT / AFP
Andrés G. Armero

Andrés G. Armero

Cuando Tadej Pogacar entró en la sala de prensa como vencedor de la Lieja-Bastoña-Lieja, acompañado por Luke Maguire, jefe de prensa del UAE Team Emirates, se hizo la luz. Un par de intervenciones bastaron para que su carisma y simpatía conquistasen al auditorio. Hasta Mathieu Van der Poel no pudo ocultar una gran sonrisa cuando el astro esloveno le dedicó unas frases sobre sus próximas vacaciones en Dubái. "Quizá va allí a firmar algún contrato", bromeó el flamante ganador de la Decana.

El pelotón tiene la inmensa fortuna de que el gran dominador del ciclismo en la actualidad es un chico extrovertido y entrañable. "Es el número uno del mundo pero, cuando hablas con él, no lo parece, por la humildad que tiene. Ha llegado donde ha llegado por su forma de ser", explicaba hace dos semanas a Relevo en Bélgica el venezolano Tomás Gil, uno de sus directores en UAE.

Pocos conocen mejor a Tadej Pogacar que su descubridor y principal director, Joxean Fernández 'Matxin'. El preparador vasco, nada más terminar la Lieja-Bastoña-Lieja, se frotaba los ojos con la exhibición de su pupilo. ¿Ha visto a un corredor a este nivel alguna vez en su vida? "No, absolutamente no. Llevo 30 años en esto y jamás había visto este nivel".

Matxin va mucho más allá de las propias características físicas de su corredor. "No sólo es su capacidad fisiológica, sino su capacidad táctica, de visión, de ayudar a sus compañeros", afirma. El mejor ejemplo, la intención de Pogacar para la carrera de este domingo: "El objetivo era: 'si yo arranco y vosotros podéis beneficiaros para poder hacer alguno podio, sería perfecto; y así me defendéis y vais a rueda'. Se preocupa por los compañeros, por el staff, es la perfección hecha ciclista".

Gil lo define como un chico "supertranquilo, al que le gusta esa multiculturalidad de su equipo. Eso le da un plus de calidad y versatilidad al grupo, más humanidad, hay gente de todos lados". Pogacar es un hombre que "ayuda mucho a los nuevos", sólo hay que ver cómo se preocupó por el colombiano Álvaro Hodeg cuando tuvo un grave accidente de tráfico recién llegado a la estructura del UAE. "Lo ha apoyado muchísimo", admitía el técnico venezolano.

La Lieja-Bastoña-Lieja era especial para el esloveno por lo acontecido en las dos ediciones precedentes. Hace dos años no pudo disputar la prueba a última hora por el fallecimiento de su suegra (la madre de la ciclista Urska Zigart). El año pasado, una fractura en la muñeca tras una caída, de la que solo se culpa a sí mismo, le mermó en su preparación para el Tour de Francia. Esta vez, Pogacar sí pudo completar los 254.5 km de recorrido para ofrecer al cielo su triunfo en Lieja. "Ha sido un día muy emotivo para mí. Se lo dedico a la madre de Urska", confesaba.

Pogacar está inmerso en el reto de hacer el doblete Giro-Tour, en un año marcado por las caídas de sus grandes rivales. Este domingo no tuvo enfrente al ganador de las ediciones 2022 y 2023 de la Decana, Remco Evenepoel, al que le habría gustado medirse. Y en las grandes vueltas es una incógnita cómo llegarán sus principales adversarios tras el accidente de la Itzulia. "Fue horrible. La caída fue muy mala. Ojalá Jonas (Vingegaard) se recupere lo antes posible y pueda seguir siendo el mismo corredor que antes".

Con dos Liejas, tres Lombardías y una corona en el Tour de Flandes en su haber, el reto de vencer en los cinco monumentos sigue presente en su cabeza para campañas sucesivas. "En San Remo estoy más cerca cada año (en la última edición fue tercero) y es una de las carreras más difíciles de ganar. En cuanto a la París-Roubaix (la otra que le falta), puedo visualizarme allí, pero es muy dura y no es la que más se adecúa a mis planes. Pero me gustaría en el futuro", comentaba el pasado sábado en tierras valonas.

Cuando se trata de desafíos sobre la bici, Tomás Gil es consciente de que con Pogacar no existe la palabra imposible. "Tadej nos asombra cada vez que lo vemos, cada vez que corre. Todos los días sorprende incluso a los directores que están con él desde hace años, nunca nos deja de sorprender y si la hace [la París-Roubaix] la puede ganar".

Matxin, radiante por la actuación coral de sus hombres en Lieja, cuyo éxtasis fue el ataque de Pogacar en La Redoute, quiere centrarse ahora en el reto del Giro de Italia, que se disputará del 4 al 26 de mayo. Allí estará un corredor al que todos darán como favorito, un hombre cuyo liderazgo va mucho más lejos que sus enormes gestas en la carretera. "Asumir la responsabilidad no es un problema", afirma su director.

Ante la recurrente pregunta de si estamos ante el nuevo Eddy Merckx, Tomás Gil responde con simpatía: "Sin duda es un 'Caníbal', sería hablar con él y ver si le sienta bien el sobrenombre". Que un hombre como Matxin reconozca no haber visto nada igual en su dilatada trayectoria deja a las claras la excepcionalidad de Pogacar. Un chico querido como pocos en el pelotón. Porque ser el mejor no está reñido con ser un buen tipo.