CICLISMO

La pregunta de Eddy Merckx que retumba en la cabeza de Pogacar: "¿Cuándo va a correr la París-Roubaix?"

El belga, 'Caníbal' de la bicicleta, abrió la veda en una entrevista con Relevo. Ahora, tras el tercer puesto del esloveno en la Milán-San Remo, la duda se dispara.

Tadej Pogacar, antes de subir al podio de la Milán-San Remo./AFP
Tadej Pogacar, antes de subir al podio de la Milán-San Remo. AFP
Daniel Arribas

Daniel Arribas

Cuando empezaban a caer las primeras hojas del pasado otoño, hace ya varios meses, justo cuando Tadej Pogacar decidió hacer historia en las calles de Zúrich, donde conquistó el maillot arcoíris tras un ataque imposible a 100 kilómetros de meta, Eddy Merckx acomodó su teléfono, encendió la cámara y atendió desde el salón de su casa a la llamada de Relevo.

Avanzada la charla, y después de desmentir unas declaraciones que le habían atribuido grandes cabeceras internacionales, el Caníbal, ganador de 19 monumentos, más que nadie en la historia del ciclismo, aceptó cambiar de rol y, por una vez en su vida, hacer de periodista. "Si tuviera delante a Pogacar, ¿qué le preguntaría?", sugirió al belga quien escribe estas líneas. Merckx, más conciso de lo que nadie hubiera podido imaginar, replicó al momento: "Que cuándo va a correr la París-Roubaix".

Seguida por el silencio y la sonrisa pícara de alguien que entiende perfectamente el contexto de sus palabras, la pregunta del belga, retirado hace ya casi medio siglo, voló como un proyectil teledirigido hacia el entorno del esloveno, que, días después, embarcado ya en un sinfín de actos tras una temporada para el recuerdo, se confesó cansado de la eterna comparación con Merckx.

Tadej Pogacar, reconociendo la París-Roubaix en el ya famoso vídeo compartido por él mismo en Instagram.@tadejpogacar

"Es halagador, pero a la vez aburrido", explicó Pogacar, hastiado de responder la misma cuestión en cada una de sus apariciones públicas. "Yo simplemente quiero ser yo mismo. Quiero participar en mis propias carreras y escribir mi propia historia, no la de otra persona".

Cinco meses después, y aún a vueltas con la gran pregunta, la misma que formuló Merckx, la narrativa del esloveno ha cambiado. Desde su gesta en el Mundial de Zúrich, Pogacar ha disparado su motivación y sus aspiraciones, amén de haber ganado todas las carreras disputadas hasta la fecha: el propio arcoíris, el Giro de la Emilia, Lombardía, y, ya en 2025, el Tour de Emiratos Árabes y la Strade Bianche. No fue hasta este sábado cuando el esloveno hincó la rodilla por primera vez como campeón del mundo. Y lo hizo, claro, en "la carrera imposible".

"Ojalá el Poggio fuera más duro, con cinco kilómetros al 10%, pero no puedes hacer magia contra las leyes de la física", aseguraba, exhausto tras la conclusión de la Milán-San Remo, donde, como el año pasado, terminó tercero, esta vez por detrás de Pippo Ganna y un inconmensurable Mathieu van der Poel. "Volveré a intentarlo el año que viene".

LOS RESULTADOS DE POGACAR EN LOS 'MONUMENTOS'

Antes, en cualquier caso, Pogacar deberá resolver la gran pregunta, la misma que él mismo prometió responder una vez concluyera la Classicissima. "Tomaré la decisión sobre la París-Roubaix después de San Remo", aseguró a RMC Sport el pasado 2 de marzo. "Hice el reconocimiento y me gustó, la verdad, me llamó la atención. Pensé que podría hacerlo. No sé si será este año o el que viene, pero existe la posibilidad. Y si estoy en forma, podría intentarlo".

Entre bambalinas, la cúpula del UAE Team Emirates se muestra reacia a la idea. "Es una carrera demasiado peligrosa, ya habrá tiempo de correrla. Mejor esperar y no ir este año", Mauro Gianetti, CEO del equipo. "La decisión está tomada", apuntó Matxín a Relevo esta misma semana. Mientras, fuentes internas del conjunto emiratí confirman a este medio que Pogacar está "como loco" por correr en el 'Infierno del Norte', algo que "los jefes" no ven con buenos ojos.

Sea como fuere, solo quedan tres semanas para desempolvar el Bosque de Arenberg, y con la cuenta atrás activada, la primera incógnita parece despejada: Pogacar está en forma, quizás en la mejor forma de su carrera. Le segunda, algo más compleja, aún está por resolver. Y desde su casa, a las afueras de Bruselas, Eddy Merckx, ganador de tres adoquines en Roubaix, está como loco por saber la respuesta.