CICLISMO

Remco Evenepoel busca recuperar la confianza en sí mismo tras un 2023 irrespirable

El súper talento belga arranca una nueva campaña en Portugal después de una larga pretemporada con las miras puestas en el Tour de Francia.

Remco Evenepoel, con el maillot de campeón belga, durante un entrenamiento con su equipo. /SOUDAL-QUICK STEP / WOUT BEEL
Remco Evenepoel, con el maillot de campeón belga, durante un entrenamiento con su equipo. SOUDAL-QUICK STEP / WOUT BEEL
Fran Reyes

Fran Reyes

Hace un mes, en el Media Day de Soudal-Quick Step, él fue la gran estrella (no podía ser de otra manera) y pasó más de dos horas dirigiéndose a los medios de comunicación en los tres idiomas que domina: flamenco, belga, inglés. En una mesa redonda se descolgó con unas palabras poco habituales en un ídolo como él, siempre obligado a mostrar invulnerabilidad: "Debo admitir que en ciertos momentos he estado demasiado atento a lo que se hablaba sobre mí. Eso me hizo perder confianza en mí mismo durante la pasada temporada".

2023 fue un año de muchísimo aprendizaje para Remco Evenepoel (2000, Aalst). No podía ser de otra manera, habida cuenta de su edad. "Todo está ocurriendo muy rápido; es una locura…", reconoce. "Muchos ciclistas profesionales no llegan a ganar nunca una carrera; yo debo estar agradecido a la naturaleza por mi talento, y apreciar lo que me permite hacer". Con 24 años recién cumplidos ya ha ganado La Vuelta, y los Mundiales de ruta y contrarreloj, y dos Liejas.

Sucede que a un hombre de su talento, uno de los seis que marcan el compás del ciclismo actual, favorito en cualquier carrera, se le cuentan las victorias y también las derrotas. En el balance de su 2023 pesan más su abandono por Covid en el Giro de Italia y la Vuelta a España perdida por un desfallecimiento que su arcoíris de crono, las dos etapas ganadas en la 'corsa rosa' o las tres de la ronda rojigualda. Sumémosle los rumores en torno a su futuro y la fallida fusión de su equipo con Jumbo-Visma, en cuyas negociaciones su nombre era la clave de bóveda, para arrojar una campaña irrespirable a nivel emocional.

"Por eso he desconectado tantísimo tiempo este otoño, para cambiar de mentalidad y recuperar la confianza en mí mismo". Tras una preparación "impecable", sin sobresaltos, Evenepoel está ya en Portugal, preparado para debutar su temporada este domingo en la Figueira Champions Classic y continuarla a partir del miércoles en la Volta ao Algarve. "Para la cabeza y para la mente es bueno ganar pronto, así que estaría muy bien marcharme de Portugal con al menos una victoria en el bolsillo", explica. "No obstante, mi principal objetivo aquí es prepararme para París-Niza".

En Niza, inusual punto final del Tour 2024, están los sueños de Evenepoel esta temporada. La mentada París-Niza será su primera prueba de fuego: en ella se enfrentará a Primoz Roglic, quien ya le dio una lección de veteranía en la pasada Volta a Catalunya. Posteriormente se medirá a Jonas Vingegaard en la Vuelta al País Vasco para después ir a por las clásicas de las Ardenas (Amstel, Flecha, Lieja) antes de descansar con la vista puesta en el Critérium du Dauphiné y en su debut en el Tour de Francia. "Si puedo elegir un logro que conseguir esta temporada", expresa en voz alta, "sería subir al podio en Niza. Me da igual el escalón".

Para preparar su asalto a la Grande Boucle, Evenepoel ya ha invertido unos días en reconocer su primera contrarreloj (25 kilómetros entre Nuits-Saint-George y Gevrey-Chambertin) y su etapa de 'sterrato' en Troyes. "Al espectador le parecerá mucho más loca de lo que en realidad es", pronostica. "Sí, vamos sobre gravilla, pero no es nada especial. Los sectores no son técnicos ni peligrosos". Le quedan por ojear los recorridos de las etapas de media y alta montaña. "No sé cuándo iré a verlos sobre el terreno; ya me dirá el equipo…".

Remco Evenepoel y Mikel Landa, durante un entrenamiento conjunto.  SOUDAL-QUICK STEP / WOUT BEEL
Remco Evenepoel y Mikel Landa, durante un entrenamiento conjunto. SOUDAL-QUICK STEP / WOUT BEEL

Figueiras y Algarve servirán a Evenepoel para compartir sus primeros días de competición con Mikel Landa, llamado a ser su escudero en las jornadas decisivas del Tour de Francia. "Son carreras ideales para conocernos y aprender cómo gestiona el otro las carreras y el estrés de la competición. Las carreras importantes llegarán pronto, y también el Tour, así que es clave que nos conozcamos desde ya". El belga se muestra incluso dispuesto a trabajar para el escalador vasco. "Si uno de los dos tiene un mal día y el otro está delante, se vaciará por él".