El secreto de las cronos de Movistar empieza en el túnel de viento de Airbus para ir como aviones y rozar el ritmo de Pogačar
Pablo Castrillo e Iván Romeo rodaron a casi 55 km/h en la contrarreloj llana del UAE Tour, sacando partido de muchas horas de trabajo específico.
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Nacido del desierto, al calor del dinero, el UAE Tour se ha convertido paulatinamente en un elemento integral de la primera división del ciclismo hasta el punto de que ciertos equipos y líderes lo eligen como objetivo. Y no sólo ocurre con UAE Team Emirates y Tadej Pogačar, para quien esta carrera es tanto una prueba de fuego como una gira promocional en casa de sus patrocinadores. Los hay, como Carlos Rodríguez, que la incluyen en su calendario buscando tiempo benigno. Y otros, como los Movistar Team, que identifican en su contrarreloj plana de 12 kilómetros y sus finales en alto de Jebel Jais y Jebel Hafeet tres concursos de vatios en los que probar la evolución de sus corredores.
La crono, disputada este martes, ha arrojado un resultado espectacular para los telefónicos. Dos de sus jóvenes promesas, el jacetano Pablo Castrillo y el vallisoletano Iván Romeo, han logrado concluir 6º y 7º respectivamente: a 27" y 28" del ganador Josh Tarling, un 'talentino' especialista en estas lides, y a 9" y 10" de Pogačar. A menos de un segundo por kilómetro del indiscutible número uno del mundo. Un logro alcanzado a casi 55 km/h de media (Tarling marcó 56,7 km/h) y cimentado con "muchísimas horas de trabajo, repartidas en muchísimos días al año" según explica Iván Velasco, ex ciclista profesional, ingeniero de formación y figura central en el renovado cuerpo técnico de Movistar Team en tanto que responsable de rendimiento.
"En el caso de los especialistas y de aquellos ciclistas que se pueden jugar generales de vueltas por etapas, les marcamos como mínimo dos días a la semana de entrenamiento con la bici de crono", explica Velasco. "Hablamos de entrenamientos de verdad. Antes se salía con la bici de crono en los días de descanso, pero eso sirve para poco hoy en día porque sin intensidad no hay una mejora real a la hora de mover vatios en una posición tan agresiva como la que obliga a sostener la 'cabra'".
Los 'entrenos' van un paso más allá en vísperas de la hora de la verdad. "También simulamos los esfuerzos de competición. Cuando se acerca una contrarreloj importante, estudio con antelación los 'pacing': esto es, los ritmos que debe llevar el ciclista durante la crono. Se los paso a los entrenadores entre dos y cuatro semanas antes de la carrera y los trabajamos en casa, simulando la contrarreloj en cuestión".
Ésta es únicamente una dimensión de un trabajo que también abarca largos viajes en busca de pequeñas mejoras. "En el caso de Iván Romeo, llevamos un año y varios meses trabajando para depurar su técnica de contrarreloj", narra Velasco. "Hemos estado siete veces juntos en el velódromo, haciendo jornadas enteras de tests para estudiar su posición sobre la bicicleta, probar materiales, y así optimizar su aerodinámica. Este invierno hemos ido un par de veces en el túnel del viento también: con Iván, con Enric, y con algunos otros. Estuvimos en Alemania, en uno que hay dentro de la fábrica de Airbus, y en Gran Bretaña, en Silverstone".
Los materiales son, precisamente, uno de los campos donde se libra la batalla por la aerodinámica. "Ahí entran mucho en juego los patrocinadores. Esta primavera, por ejemplo, realizaremos diferentes tests de la mano de Gobik en el túnel de viento para intentar mejorar el buzo y los botines de contrarreloj; ya son muy buenos, y pretendemos optimizarlos. Con Abus estamos desarrollando un casco de contrarreloj que esperamos tener listo para el Tour de Francia, y que creo que va a suponer una mejora sustancial para nosotros".
Cuidando todos estos detalles, y muchos más, Movistar se acerca pedalada a pedalada a la élite mundial después de años perdiendo comba. Iván Romeo, vigente campeón mundial de contrarreloj sub23, es uno de sus proyectos deportivos más brillantes. "No estamos lejos de los 'top' mundiales", analiza Velasco. "A nivel de vatios absolutos, Iván está ya ahí; en una crono que nos favorezca, dura, con pendientes en el entorno del 3% en las que pueda manejarse bien con su peso, va a conseguir grandes resultados. Ahora tenemos que optimizar todo el resto para poder ponerlo a la par de los mejores".
Su punto débil puede estar en el CDA, santo grial de la aerodinámica actual que se calcula multiplicando el coeficiente de penetración de la masa del ciclista en el aire (Cx) por el área que el ciclista contrapone al aire. "Los ciclistas de mucha envergadura como Filippo Ganna, Jonathan Milan o el propio Iván no pueden conseguir valores de CDA tan bajos como un Remco Evenepoel. Esta carencia la suplen con la potencia absoluta que pueden manejar. En estos casos, se busca optimizar el CDA al máximo sin comprometer la producción de potencia. Puede que subamos el manillar 2 centímetros y con eso perdamos 5 vatios en su aerodinámica, pero ganemos 20 porque simplemente puede empujar mejor". En ese equilibrio estará el éxito de Romeo, y también el éxito de Movistar Team.