Los secretos de la foto de Pogacar ganando a lo 'Gladiator': "Pagué 50 euros y estuve horas esperando"
El esloveno Alen Milavec, fotógrafo personal del maillot arcoíris, atiende en exclusiva a Relevo para contar lo que no se vio de la instantánea que ha dado la vuelta al mundo.

El viernes 7 de marzo, un día antes de que Tadej Pogacar hiciera historia con el maillot arcoíris ensangrentado por los empolvados caminos de la Toscana, Alen Milavec, fotógrafo personal del ciclista esloveno, caminaba por la Piazza del Campo de Siena con la mirada en alto. Junto a Alan Bucar Vuksic, videógrafo y amigo personal, Milavec buscaba el rincón perfecto, el punto exacto desde el que inmortalizar la llegada de Pogacar a la meta de la Strade Bianche.
"El año anterior había podido hacer una buena foto de su celebración en la línea de meta, cuando cogió la bici y la levantó por todo lo alto tras la victoria, pero esta vez quería algo diferente, algo especial", confiesa el fotógrafo ya de regreso a su Eslovenia natal. "Fue así como vi el balcón en la esquina de la plaza. Pensé, ese es mi sitio".
Dicho y hecho. Horas antes de que cayera el sol, y con Pogacar y el resto de ciclistas recluidos en sus respectivos hoteles antes de la noche previa a la carrera, Milavec acudió a uno de los restaurantes que asoman a la icónica plaza medieval desde Via Rinaldini, subió al balcón, y tras comprobar las vistas que desde allí disponía, tomó una instantánea y se la envió a Tadej Pogacar.
"Le dije, mira, esta va a ser mi posición para la llegada de mañana", confiesa el fotógrafo personal del ciclista esloveno a Relevo. "Quería saber qué le parecía, algo que solemos hacer en muchas de las carreras que compartimos a lo largo del año. Es importante ese trabajo previo. Y la verdad es que a él le encantó. Estaba muy contento con la posición que había encontrado".
Una vez contó con la aprobación del líder del UAE Team Emirates, Milavec reservó el lugar para el día de la carrera. "Me costó 50 euros para todo el día y estuve allí desde el inicio de la prueba masculina hasta la llegada de Tadej a meta, es decir, durante cinco o seis horas seguidas", asegura con una sonrisa, sabedor de que su anticipación mereció la pena. "Fue una larga espera, pero eso también forma parte de nuestro trabajo".
"Quería transmitir algo tipo Gladiator, y la verdad es que la espera mereció la pena, quedó espectacular"
Fotógrafo de Tadej Pogacar"Pude probar todas las clases de prosciutto posibles mientras veía la retransmisión de la carrera en las pantallas del arco de meta, así que bueno, se podría decir que el sitio no estaba del todo mal", cuenta entre risas. "El vino toscano, eso sí, lo dejé para otra ocasión. No soy de los que bebe mientras trabaja, así que no tomé nada que durante la espera solo bebí agua con gas".
"Estaba nervioso, eso sí", añade. Y no es para menos. A 52 kilómetros de la conclusión, Pogacar sufrió una brusca caída que podía haberle costado mucho más que la posición con Tom Pidcock. Varios kilómetros después, y tras cambiar de bicicleta, el esloveno alcanzó al británico y terminó por soltarle a 19 kilómetros de la línea de meta. Allí cruzó en solitario, con el maillot rasgado, el hombro ensangrentado y varias magulladuras por todo el cuerpo.
"Yo sinceramente nunca había visto nada igual", explica Milavec, que además de trabajar con el ciclista esloveno desde hace seis años, comparte una gran amistad con el vigente campeón del mundo, el Tour de Francia y el Giro de Italia. "Sufrir una caída así y ser capaz de remontar para ganar la carrera... Es algo que demuestra cómo es su mentalidad. Es más, él siempre dice que nunca debes rendirte. Y con cosas así lo demuestra mejor que nadie. Es una persona muy inspiradora".
Así, pocas horas después de que el maillot arcoíris —o lo que quedaba de él— cruzara la meta como vencedor de la Strade Bianche, la fotografía de Milavec, compartida por el propio ciclista en sus redes sociales, ya daba la vuelta al mundo. "La idea quedó reflejada en el resultado final a la perfección", celebra el autor al otro lado de la pantalla. "Quería transmitir algo similar a la película de 'Gladiator', como si Pogi estuviera entrando en el Coliseo romano".
El crédito, no obstante, quedó por el camino para muchos. "Sé que Internet es algo inmenso, casi incontrolable, pero me gustaría que muchas páginas web y medios de comunicación hicieran lo que se debe hacer, que no es otra cosa que dar crédito al autor de la foto", lamenta. "Me temo que es lo que hay. En el mundo en el que vivimos, cuando compartes una foto en Instagram, cualquiera puede capturar la imagen y hacer con ella lo que quiera. Es una pena, pero prefiero pensar que compartir mi trabajo en Instagram también tiene cosas positivas".