Carlos Rodríguez encara la tercera semana del Tour sin complejos: "Si tengo buenas piernas, atacaré"
El granadino de Ineos Grenadiers llega al momento decisivo de la Grande Boucle en tercera posición de la general, "centrado" y sin sentir "ninguna presión"
Jornada de descanso del Tour de Francia en el corazón de los Alpes. Los equipos se reparten entre distintos pueblos en torno a montañas asfaltadas; se desperezan (hoy la alarma del móvil no suena a las 7:00, sino a las 8:30), desayunan con tranquilidad, y se disponen a reconocer una última vez el trazado de la contrarreloj de mañana, 22,4 ondulados kilómetros entre Passy y Combloux que todo el mundo prepara pero sólo disputarán con auténtica intensidad un grupo de 20 o 30 entre especialistas y hombres de la general.
Ineos Grenadiers está en un ibis Styles a las afueras de Sallanches, al cual se accede por una rotonda que recuerda que aquí consiguió su único maillot arcoíris Bernard Hinault, el 'Tejón', remediando la decepción de haber abandonado el Tour de Francia literalmente por la puerta de atrás. Pasan frente al monumento, tal vez sin reparar en él, una treintena de medios de comunicación, tanto españoles como extranjeros, que se apiñan en torno a Carlos Rodríguez (2001, Almuñécar) cuando se sienta frente a ellos y sus micrófonos, apuntándole como si de un pelotón de fusilamiento se tratara.
Le preguntan por la repercusión. "Sólo me doy cuenta por vosotros, por los medios", responde con una sonrisa. "Yo me centro en lo mío, sin irme por las nubes". Eso destacan de él los técnicos británicos: que es 'grounded', que tiene los pies en el suelo. "No siento ninguna presión. Simplemente quiero seguir dando la mejor versión de mí mismo. Lo que tenga que ser, será".
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— INEOS Grenadiers (@INEOSGrenadiers) July 17, 2023
Tras la 15ª etapa, el granadino es tercero de la general provisional de su primer Tour de Francia. No mira hacia arriba, hacia los dos primeros puestos ocupados por los duelistas de época Jonas Vingegaard y Tadej Pogacar, quienes le aventajan en más de cinco minutos. "Está claro que ahora mismo están varios escalones por encima de mí". Ésa es una batalla a la que se intentará unir en el futuro; hoy por hoy, la suya es acompañarles en el podio de París. En esa cuita su gran rival parece ser Adam Yates, compañero de Pogačar que le sigue a sólo 19", toda vez que Jai Hindley va a menos por mor de una dura caída. "Nunca sabes quién puede ser un rival", analiza Rodríguez. "Hasta ahora parecía que Hindley era inalcanzable en la tercera plaza; hoy está quinto. Mañana puedo ser yo quien caiga al 10º puesto de la general".
En la etapa de ayer, final en alto en Saint-Gervais Mont-Blanc, el sexitano se plantó al pie de la ascensión definitiva con unos segundos de ventaja respecto al resto de favoritos. ¿Porque se lanzó en el descenso previo? "Fue un semi-ataque", reconoce divertido. "En realidad, los que iban tirando de UAE Team Emirates tomaron la rotonda por el lado largo y yo la tomé por el corto. Me vi con unos metros de ventaja y ya seguí…" Pero, ¿arrancarás en busca de un triunfocomo el que conseguiste en Morzine, cuando te convertiste en el español más joven de la historia en ganar una etapa del Tour de Francia? "Por supuesto. Si tengo buenas piernas, atacaré. Siempre me gusta ser ofensivo aunque, con dos ciclistas tan fuertes respaldados por dos equipos tan fuertes, en este Tour es difícil hacer daño sin pegarse un tiro en el pie".
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La Grande Boucle entra en terreno desconocido para Rodríguez: la temible tercera semana, el momento de máxima fatiga en que el ciclista (su cuerpo, su cabeza) es más vulnerable. La experiencia de la pasada Vuelta a España, que acabó 7º después de sufrir una durísima caída en el tercio final, no es especialmente indicativa. "Las sensaciones de la tercera semana de la Vuelta estuvieron muy marcadas por la caída", asume. "No era yo mismo. El cuerpo estaba intentando recuperar de las heridas. Las sensaciones estaban distorsionadas. Con suerte, esta tercera semana irá un poco mejor que aquella".
Tres retos. La contrarreloj individual del martes. "La reconocí después del Dauphiné y es bastante dura. No sé si me va a ir bien o mal, pero sí que será importante. Podemos saber a qué intensidad puedo ir, pero serán las piernas las que dicten si voy más rápido o más despacio. En principio no cambiaré de bici para la subida final". El maratón alpino del miércoles, con el temible Col de la Loze antes de bajar a Courchevel. "Sobre el papel, puede ser la etapa que mejor me vaya". La siempre insidiosa media montaña de los Vosgos, el sábado. Y el domingo, París. Esta semana dirá si, ya en su debut, Carlos Rodríguez gozará del lujo de ver atardecer en los Campos Elíseos desde el podio.