'Luisle' nos cuenta sus cuatro dianas en el Tour… y la quinta que se le escapó

Fran Reyes

Publicado11 de julio de 2024, 12:01 h

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Cahors.- Desde que en 2004 pasara a profesionales con Liberty Seguros, última encarnación del mítico ONCE, Luis León Sánchez (1983, Mula) ha sido una presencia constante en el pelotón. Con su planta, alto y espigado; con su potencia, con su oficio, con su perfecta representación de qué es un ciclista. 12 de sus últimos 20 veranos los ha pasado en Francia, con un dorsal puesto, disputando el Tour. Éste, no. "Me quedo en Murcia con los niños, para disfrutar del piso que tenemos en la playa. Ya iré, si acaso, a La Vuelta…"

Fue en septiembre del año pasado que 'Luisle' tomó la decisión de colgar la bicicleta, desoyendo la propuesta de renovación de Astana. Cuando el equipo le propuso adoptar un papel de mentor para los jóvenes de su filial, también rehusó. "Quise retirarme porque es la típica decisión que, si no tomas por tú mismo, acaban tomando por ti", razona. "Y, una vez tomada esa decisión, me encontré con otra: seguir vinculado al ciclismo profesional o vivir la bicicleta de otra manera".

Eligió lo segundo. Ahora ejerce de embajador de marcas como Giant, Etxeondo, 226ers, Rudy Project o DMT. Ha competido y ganado la Titan Desert de Marruecos, y conquistado dos mangas de la Copa de España de 'gravel'. "Pero ya sin la obligación de entrenar, y disfrutando los viajes de otra manera. Cuando puedo me llevo a toda mi familia conmigo, como hice para la Tenerife Teide 360º. Y encima tengo el lujo de pasar muchos días con compañeros como Haimar Zubeldia o ídolos como Miguel Indurain…"

"Sólo sentí vértigo una vez", confiesa; "cuando empezó la temporada y vi que todo el mundo arrancaba un año normal y yo me quedaba en casa. Pero nada más. Veo el ciclismo desde el sofá y lo disfruto como siempre. Estoy contento con todas mis decisiones". Es el merecido reposo del guerrero tras una carrera deportiva de dos décadas en la cual ganó los primeros Juegos Europeos de la historia, una París-Niza, dos Clásicas de San Sebastián… y cuatro etapas del Tour de Francia. Sin duda, sus éxitos más recordados; cuatro dianas que repasa en conversación con Relevo.

La séptima etapa del Tour de Francia 2008 serpenteaba por el Macizo Central, pasando por el Puy Mary donde este miércoles Tadej Pogačar arrancó a Jonas Vingegaard y compañía para después descender a Aurillac, salida de la etapa de este jueves. Luis León Sánchez entró en una escapada lejana junto al entonces bisoño Vincenzo Nibali y a otros dos españoles: el cántabro David de la Fuente, que aquel año estaba peleando por el maillot de la Montaña, y el catalán Josep Jufré. Juntos llegaron con ventaja al pie de la Côte de Saint-Jean Dome, última tachuela del día donde el pelotón saltó en pedazos y sus primeras unidades les dieron alcance.

Sin embargo, la carrera de 'Luisle' no acabó ahí. En plena bajada, el muleño atacó por el córner mientras sus compañeros de Caisse d'Épargne, Alejandro Valverde y Óscar Pereiro, impedían la reacción de un desorganizado grupo perseguidor. Fue así que pudo cruzar la meta, emocionado, con los brazos alzados al cielo. "Fue un triunfo increíble, maravilloso", recuerda. "Conseguí cumplir un sueño para mí y para toda mi familia. Aunque ya había corrido un Tour con Manolo Saiz en Liberty Seguros, ganar una etapa en mi segunda participación seguía siendo algo fuera de lo normal. Encima la pude disfrutar y dedicársela a mi hermano, que había fallecido un año antes. Para mí supuso una inyección de moral porque me ratificó que, si trabajaba y creía en mí, podía llegar muy alto".

El Tour de Francia de 2009 estaba siendo extraño para Caisse d'Épargne. El líder natural, Alejandro Valverde, hubo de quedarse en casa porque estaba sancionado para competir en territorio italiano y una etapa entraba brevemente en él. Su otro jefe de filas, Óscar Pereiro, había quedado eliminado para la general en los Pirineos y en la octava etapa, con meta en Saint-Girons, se fue para casa. "Nos habíamos quedado sin líder y sólo nos quedaba buscar un triunfo parcial", recuerda Luisle.

El murciano aprovechó la salida cuesta arriba, desde Andorra hacia el Port d'Envalira, para entrar en una fuga de calidad. En el tercio final, sólo quedaban con él su excompañero Vladimir Efimkin, el galo Sandy Casar y el vasco Mikel Astarloza. El ruso se lanzó en solitario a 10 de meta; sólo le atraparon dentro del último kilómetro, con gran esfuerzo del propio Sánchez. En la resolución, el español esprintó desde la rueda de Casar para batirle en los últimos 100 metros. "Aquella victoria fue un alivio", evoca Luisle. "Parecía que ya no podíamos luchar por nada en aquel Tour y nos dio tranquilidad. Supuso un espaldarazo para todo el equipo".

Luis León Sánchez estuvo a punto de no participar en el Tour de Francia de 2011. "Estaba siendo una temporada muy difícil para mí", confiesa. Aquel invierno había optado por dejar el Caisse d'Épargne de Eusebio Unzué, que sólo confirmó el nuevo patrocinio de Movistar Team al final del verano, por el Rabobank neerlandés. "Aquel cambio de equipo y de idioma fue muy complicado. El inicio de año fue desastroso; no me adaptaba. Aun así, el director Erik Breukink me quiso llevar al Dauphiné y luego al Passo Bernina, a concentrarme con el bloque del Tour. Y me alineó en el Tour, cuando no me hubiera extrañado quedarme fuera".

La recompensa a aquella fe llegó en el Macizo Central; nuevamente en una etapa con el Puy Mary, pero esta vez con meta en Saint-Flour. Luisle se encontró fugado en el tercio final con Sandy Casar, Thomas Voeckler, Johnny Hoogerland y Juan Antonio Flecha. Estos dos últimos fueron atropellados a 35 de meta por un coche de la televisión francesa, en una de las imágenes más impactantes de la historia del Tour. Los tres que quedaron llegaron al repecho final con Voeckler tirando desbocado en busca del maillot amarillo. Luisle batió por segunda vez a Casar. "Fue una victoria que llegó cuando menos la esperaba, sin ni siquiera sentirme motivado al 100%. Encima se la pude dedicar a mi hija que nació un mes después, el 4 de agosto".

Tal y como ocurrió con Caisse d'Épargne en 2009, Luis León Sánchez disputó el Tour de Francia de 2012 con un Rabobank al borde de naufragio. "Estábamos fatal. Sólo quedábamos cuatro de nueve en carrera. Yo, a título personal, me había caído en la primera etapa y me había hecho mucho daño en la mano. De hecho, hice toda la primera semana con una férula. Sinceramente, con llegar a París me valía. No obstante, me cambió el cuerpo; recuperé piernas, sensaciones, mentalidad… Me metí en carrera y quise darle la vuelta al signo del Tour".

La decimocuarta etapa discurría por las estribaciones orientales de los Pirineos. Se marchó una fuga de 11 y, en el último puerto del día (el Mur de Peguère), alguien tiró chinchetas al paso del pelotón que provocaron una oleada de pinchazos y provocaron una neutralización 'de facto'. Esto sentenció la carrera en favor de la escapada, de la cual se destacaron Luisle junto a (¡quien si no!) Sandy Casar, un joven Peter Sagan, Philippe Gilbert y Gorka Izagirre. A todos los ajustició el murciano a 10 de meta para imponerse en solitario en la meta de Foix. "Fue una victoria increíble para el equipo, remediando lo que creíamos que iba a ser un Tour lamentable. Además, me sirvió para granjearme la convocatoria de cara a los Juegos de Londres 2012, que fueron una semana y una experiencia muy bonitas pese a que la carrera no saliera bien".

Un elemento común en tres de las fugas victoriosas de Luis León Sánchez en el Tour de Francia fue el francés Sandy Casar: como él, un ciclista poderoso, versátil y con instinto. "Siempre buscábamos las mismas fugas en etapas que no fueran fáciles y en las que el cansancio acumulado fuera ya importante", recuerda con cariño.

No obstante, hubo un día en que Casar le devolvió la moneda: fue en el Tour de 2010, en una jornada con meta en Saint-Jean-de-Maurienne previo paso por el Col de La Madeleine que se jugaron al sprint con Anthony Charteau, Christophe Moreau, Damiano Cunego… y también con Andy Schleck y Alberto Contador, que enzarzados en su pelea por la general les atraparon desde atrás. "Antes de meta había una curva a izquierda, pero desde el coche me la 'cantaron' a la derecha. Cuando vi cómo era de verdad, se me cayó el mundo encima. ¡Cosas que pasan!", lamenta con humor. Gracias al error, Casar pudo conseguir la tercera y última de sus victorias de etapa en el Tour… privando a 'Luisle' de la quinta que también pudo conseguir, canto del cisne, en Megève en el Tour de 2022.

La última pregunta para Luisle es inevitable: ¿te quedó algo por hacer en el Tour? "No, en el Tour no", responde de inmediato. "Es cierto que mucha gente, incluso de mi familia, me empujaba a pensar en la general. Pero no quise. Si hubiera entrado en la dinámica de las generales, hubiera ganado menos etapas. Acabar 5º o 6º en el Tour tiene un mérito enorme, pero no te cambia nada. Subir al podio de los Campos Elíseos debe ser increíble; para conseguir cualquier otro puesto, prefería buscar victorias de etapa". Y lanza una última reflexión, sabiduría de años: "La vida de ciclista se pasa muy rápido. Te piensas que vas a estar toda la vida ganando etapas del Tour… pero ahora te das cuenta de que era muy difícil".

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