TOUR DE FRANCIA

Cuando el mejor Enric Mas de siempre derrotó a Pogačar: "Pocos creíamos que fuera capaz"

El Tour de Francia afronta este domingo la ascensión a San Luca, templo del ciclismo italiano y meta habitual del Giro dell'Emilia donde el balear tocó techo.

Enric Mas firma la victoria en el Giro dell'Emilia 2022. /MOVISTAR TEAM / SPRINT CYCLING AGENCY
Enric Mas firma la victoria en el Giro dell'Emilia 2022. MOVISTAR TEAM / SPRINT CYCLING AGENCY
Fran Reyes

Fran Reyes

Bolonia. - Dice la leyenda (y los relatos de los avezados) que en los 1,9 kilómetros de empinada subida que median entre el Arco del Melloncello y el Santuario della Madonna di San Luca se cuentan exactamente 666 pórticos, una demostración del carácter endiablado de este repecho que parte desde el Stadio Dall'Ara para llegar a una vista panorámica de Bolonia. Al fin y al cabo, dicen que los extremos se tocan; ¿por qué no también el cielo y el infierno?

El cielo lo conoció en San Luca uno de los ciclistas más intrigantes del pelotón actual, Enric Mas. Fue en octubre de 2022, en aquel otoño de plenitud que siguió a un Tour de Francia en el cual se retiró por la puerta de atrás afligido de Covid-19 y de un miedo a los descensos que era, también, una manifestación de otros traumas ligados al liderazgo y a la presión propia y ajena.

Las tres semanas largas que mediaron entre la Grande Boucle y la Vuelta a España fueron una catarsis inesperada incluso dentro de Movistar Team. "Pocos creíamos que fuera capaz de realizar una transformación así", reconoce un antiguo técnico del conjunto telefónico. "Sin embargo, hizo acopio de su mayor cualidad, que es la constancia, y realizó un enorme trabajo personal de introspección. Mejoró lo que cualquiera podía esperar. Y lo que hizo en Italia fue increíble".

Enric Mas llegó a aquella campaña italiana después de finalizar 2º en La Vuelta, muy lejos de Remco Evenepoel y también muy por encima del resto de rivales: los debutantes Carlos Rodríguez y Juan Ayuso, el insidioso 'Superman' López, el constante João Almeida. No obstante, sus objetivos personales eran completamente secundarios: lo que él quería era propiciar una última gran victoria de Alejandro Valverde, su referente durante años.

Sólo fueron tres semiclásicas y un Monumento, repartidos en 10 días. En la Coppa Agostoni y los Tre Valli Varesine, Enric y el 'Bala' llegaron en grupos reducidos que se jugaron el triunfo al sprint. Ambos días, Mas se vació por Valverde; ambos días, el murciano se quedó con la miel en los labios, batido primero por Sjoerd Bax (hoy gregario en UAE Team Emirates; aquel fue su día de gloria, todavía con Alpecin-Deceuninck) y por Tadej Pogačar después.

Enric Mas somete a Tadej Pogačar en las rampas de San Luca.  MOVISTAR TEAM / SPRINT CYCLING AGENCY
Enric Mas somete a Tadej Pogačar en las rampas de San Luca. MOVISTAR TEAM / SPRINT CYCLING AGENCY

El Giro dell'Emilia era otra cosa: no se decide por potencia sino por puras piernas en esas terribles y sostenidas rampas de doble dígito de San Luca. Allí no había trabajo posible para el 'Bala': Enric debía jugar sus propias cartas, y le tocó hacerlo frente a la bestia Pogačar. Se las tuvieron tiesas, pero el mejor Mas de siempre logró derrotarle holgadamente: 11" les separaron en meta.

Tan impresionante fue la actuación de Mas que en el Giro di Lombardia, último Monumento del año, se esperaba un duelo emocionante entre ambos escaladores pese al nulo pedigrí clasicómano del balear. Y, efectivamente, después de 250 kilómetros y casi 5000 metros de desnivel, se jugaron la victoria en la recta final de Como. Ésta cayó del lado de Pogačar, imbatido en esta carrera que le va como anillo al dedo y no en vano ha ganado tres veces consecutivas.

Hoy por hoy, ver a Enric Mas disputar mano a mano una carrera con Tadej Pogačar es ciencia ficción. De hecho, el balear no ha cruzado ninguna línea de meta por delante del esloveno desde aquel Giro dell'Emilia. No obstante, el ciclismo es un deporte tan poético y tan dado a los giros narrativos (que le pregunten a Romain Bardet: "he conseguido el maillot amarillo cuando ya había renunciado a él") que, si vuelve a suceder algún día, debería ser en San Luca, la subida que este domingo se encara dos veces en el tercio final de la segunda etapa del Tour de Francia antes de bajar a Bolonia. ¿Por qué no?