TOUR DE FRANCIA

Miguel Induráin: "Pogacar pecó de valiente el año pasado; quedó muy bonito, pero si quieres ganar…"

El exciclista navarro, pentacampeón del Tour de Francia, atiende a Relevo antes de que comience en Bilbao la carrera ciclista más importante del planeta.

Miguel Induráin sonríe en una de las etapas de la Titan Desert./EFE
Miguel Induráin sonríe en una de las etapas de la Titan Desert. EFE
Daniel Arribas

Daniel Arribas

Miguel y el Tour. El Tour y Miguel. Existen pocas relaciones más estables e inequívocas en el imaginario colectivo de los españoles que la que estrecharon en los calurosos veranos de los noventa Miguel Induráin (Villava, Navarra; 58 años) y la vuelta ciclista por etapas más despiadada del planeta.

Ahora, casi tres décadas después de su inolvidable retirada en el Hotel Capitán de Cangas de Onís, a orillas del Sella —inigualable hasta para eso—, Miguelón, el hombre tranquilo, gigante sobre dos ruedas, atiende a Relevo para rebobinar en el tiempo y analizar el inicio de un nuevo Tour, su media naranja, su verdadero amor de verano.

¿Quién es para ti el mejor ciclista del mundo, el que más te divierte?

Es difícil, el nivel es muy bueno. Depende de lo que le guste a cada uno. Hay gente a la que le encantan las grandes clásicas, a otros les llaman la atención los contrarrelojistas, los escaladores... A mí siempre me han gustado las grandes vueltas. La verdad es que ahora hay corredores muy completos en el pelotón y se defienden bien en todos los terrenos. Hay menos contrarrelojes que hace años, es cierto, pero los corredores son más explosivos que en mi época. Si me tengo que quedar con un nombre, a mí me gustaba mucho Tom Dumoulin, que se retiró el año pasado. Era alto, de mi estilo, contrarrelojista, no escalador puro, pero se defendía bien y luchaba por las grandes vueltas.

Miguel Induráin opina sobre Tadej Pogacar.D.A.

Ahora se debate mucho sobre Tadej Pogačar y su peso en la historia del ciclismo. ¿A ti te parece mejor que tú en algo?

Comparar épocas es difícil. A mí también me comparaban en su día con Eddy Merckx o con Bernard Hinault y al final, cada uno tiene su carácter y su forma de correr. Ahora son corredores más explosivos. También creo que el ciclismo, como todos los deportes, ha cambiado. Es mucho más rápido, más intenso. En nuestra época era todo más agónico. Más de echar días, kilómetros, de etapas más largas, contrarrelojes más exigentes… Era otro espectáculo. Somos ciclistas diferentes.

Alguna vez has dejado entrever que el último Tour de Francia, más que ganarlo Vingegaard, lo perdió el esloveno.

Yo creo que el año pasado Pogačar pecó un poco de valiente. Yendo de líder, atacar así... Que sí, queda muy bonito, pero si quieres ganar el Tour tienes que saber dónde estás metido y contra quién estás luchando. Jumbo parece que se ha organizado ahora de otra forma, sin todos los jefes de filas y con Roglic por separado, que es una baza importante. Al final, es difícil saber gestionar un colectivo así. En ese sentido, este año el UAE se ha reforzado y ha fichado a grandes compañeros para Pogačar. Creo que todo se ha igualado mucho y que él irá al Tour con otra mentalidad.

Eso de que no hace falta ganar todos los días para llevarse el Tour se comentó mucho sobre ti. ¿Te dejabas ganar etapas pensando en la general?

No, dejar ganar no. Igual no las disputaba con la misma intensidad, porque cuando yo corría, a Hinault, por hacer eso, por meterse en esprints, volatas y maillots por puntos, un año se cayó, se partió la nariz y estuvo a punto de abandonar yendo de líder.

Te trasladó el miedo.

Bueno, uno aprende de sus errores, pero también con los que ve por ahí [ríe]. Luego, cada corredor tiene un carácter y pensar a 190/200 pulsaciones es difícil. Desde la tele se gestiona muy bien, tomando un refresquito y viendo atacar a uno u otro. Cuando estás ahí dándole, con toda la tensión, es difícil y cada uno lo hace como puede. Eso es el deporte.

Miguel Induráin analiza la decadencia de la contrarreloj en el Tour de Francia.D.A.

Parece que cada vez hay menos espacio para las contrarrelojes en el Tour. Este año, solo 22 kilómetros.

Se va perdiendo, sí, y no sé por qué. Los organizadores sabrán un poco si es porque no dan audiencia, si es complejo organizarlas… Pero no solo pasa en el Tour o en las grandes vueltas, eh, también es algo que se va perdiendo en las pequeñas carreras. Es una pena porque dentro del ciclismo es un evento muy importante y en el que se ven un poco las cualidades de cada corredor. Yo aproveché años en los que había buenas contrarrelojes y me venían muy bien. Es donde marcaba la diferencia con los escaladores.

¿Por qué eras tan superior?

La entrenaba y luego tenía esa facilidad de saber gestionar el tiempo y los nervios. Claro, eran etapas de 60 o 70 kilómetros. Tienes que salir rápido, pero no a tope, te tienes que dosificar. Es una modalidad complicada.

Todo eso, además, con tus famosas pulsaciones.

Bueno, pero eso… Naces con ellas y lo único que puedes hacer es saber gestionarlas.

"Tenía compañeros con las mismas pulsaciones que yo y que luego no rendían en carrera"

Miguel Induráin Pentacampeón del Tour de Francia

¿Pero era una ventaja o no?

[Piensa] Bueno, yo era un corredor más de diésel. Nunca me han gustado los cambios explosivos. En las clásicas o en los repechos violentos nunca he sido bueno. Siempre he sido de tener las pulsaciones bajas, sí, pero tenía compañeros que en pruebas de esfuerzo tenían las mismas pulsaciones que yo y luego no rendían en carrera. No es solo un buen físico. Hay que saber gestionarlo.

¿Cuál es el rival que te dio más dolores de cabeza?

Uy, todos [sonríe]. A mí y al equipo. Controlarlos era difícil.

Se dice que con algunos te enfadaste. Con Pantani, por ejemplo.

No, no [se encoge de hombros]. Hombre, cuando te atacan y tú no quieres que ataquen, pues… Cada uno intenta hacer su jugada, es parte de la carrera. Yo no me llegué a enfadar con muchos compañeros, la verdad.

Tampoco te salpicó el dopaje de aquellos años. Fuiste de los pocos.

Sí, la verdad es que fue una época difícil en el ciclismo. Por suerte se reguló bien, hubo unas normas claras que hoy en día se van cambiando y se van poniendo al día cada poco. Al final, que la normativa esté bien clara es bueno para el deporte, para el deportista y para todos.

Miguel Induráin admite que se dosificaba en las etapas para ganar la clasificación general.D.A.

Nunca te ha gustado la fama.

Bueno, nunca me ha gustado ni me ha preocupado mucho. Convives con ello porque es parte de tu deporte, de tu profesión, pero no he ido buscándola, ha venido por mi trabajo. Tienes que aprender a convivir con ella porque es parte de todo esto.

¿Cambiarías alguna victoria por ser menos conocido?

No, no tengo problema que me conozcan por la calle. Lo llevo bien. Piensa que cuando empiezas en el ciclismo no te dan un libro de instrucciones de cómo tienes que gestionar el éxito o que te reconozcan por la calle. Cuando ganas un Tour o una gran vuelta te tienes que adaptar a todo el follón que se monta a tu alrededor y cada uno lo hace según su carácter. Yo lo he intentado llevar siempre de la mejor manera posible.

Justo antes de tu retirada, en 1996, se habló mucho de tu posible fichaje por el equipo ONCE. ¿Cómo de cerca estuvo?

[Piensa] Se estuvo hablando, sí, pero lo primero que quería yo era saber si continuaba o no con mi carrera deportiva. Estaba entre medias, que si iba para un lado o para otro... Cuando decidí que me retiraba, se paró todo.

Entonces, no tuvo nada que ver tu relación con Echávarri [director del equipo Banesto].

No, no. Era una cosa mía, de decidir si seguía haciendo lo que más me gustaba en el mundo, mi profesión, o daba un paso al lado e iniciaba otra forma de vida.