TOUR DE FRANCIA

Pogacar aplasta a Vingegaard y da un mordisco al Tour en los Pirineos

El esloveno aumenta su renta en la general tras el primer plato fuerte de los Pirineos. Mañana, la etapa reina con final en Plateau de Beille.

Tadej Pogacar, tras la victoria./REUTERS
Tadej Pogacar, tras la victoria. REUTERS
Daniel Arribas

Daniel Arribas

Un Tour que no pasa por Pau ni es Tour ni es nada. Eso dictan al menos los recuerdos de quienes siguen esta carrera desde que alcanzan a recordar. Pero amigos, todo cambia, todo evoluciona en esta vida, y es más que probable que en un tiempo escuchemos que la realidad es otra bien distinta y que el Tour no es Tour si no hay duelo entre Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard.

En el primer plato fuerte de los Pirineos —el segundo llegará mañana, el día de la República, con la etapa reina—, los dos favoritos, enfrentados por inercia, como en su día lo estuvieron Nadal y Federer, Bird y Magic o Ronaldo y Messi, guardaron fuerzas hasta el último puerto del día, reservando lo mejor para el final.

Antes, eso sí, en el Tourmalet, coloso por antonomasia del Tour de Francia, Oier Lazkano encendió a los cientos de españoles que daban color a los arcenes de los Pirineos tras sentar a David Gaudu y coronar en cabeza el puerto más emblemático de la ronda francesa. "Me pitan los oídos", reconoció el alavés en meta, emocionado.

Oier Lazkano, en cabeza por las rampas del Tourmalet. EFE
Oier Lazkano, en cabeza por las rampas del Tourmalet. EFE

Reagrupado con sus compañeros de fuga, el potro del Movistar Team se lanzó al segundo puerto del día, Hourquette d'Ancizan, al tiempo que el pelotón agilizaba el ritmo comandado por un encomiable Nils Politt, gregario de Tadej Pogacar que, sin perfil escalador —192 centímetros de estatura y 80 kilos de peso—, se vació por el equipo.

Tomó el relevo Marc Soler a poco más de 33 kilómetros de meta y ahí, en la penúltima ascensión del día, de segunda categoría, el UAE dejó de esconder lo que a esas alturas ya era más que evidente: querían la victoria de etapa.

Así, la renta de los escapados encogió hasta el minuto en las faldas del último puerto del día, Pla d'Atet —10,6 kilómetros al 8% de pendiente media—, y Tadej Pogacar, más serio que de costumbre en las últimas horas, fue agotando efectivos en cabeza sin llegar a posicionarse en los puestos delanteros del grupo. Extraño.

Primero apretó Pavel Sivakov, después Joao Almeida y por último Adam Yates, que para sorpresa de todos, y lejos de imponer un ritmo alto, atacó en solitario en busca del triunfo de etapa. Nadie siguió la rueda del británico, séptimo en la general, a 6:59 del amarillo, pero el giro en la estrategia del UAE ya estaba hecho.

Cuando parecía que la apuesta era esa, que el órdago del conjunto emiratí tenía escrito el nombre de Adam Yates, Pogacar sacudió todas las expectativas y asestó un ataque tan descomunal que ni Vingegaard ni Evenepoel pudieron responder de entrada.

En un chasquido, el esloveno llegó a la altura de su compañero y, viendo que el trabajo a dos no le iba a ser suficiente para castigar a Vingegaard, decidió lanzarse en solitario hacia la victoria. Por detrás, el danés del Visma-Lease a Bike soltaba a Evenepoel y el Tour, fervor mediante, ya estaba encendido en los Pirineos.

Pogacar, de amarillo impoluto, entró en meta en solitario, celebrando y apretando los músculos como Hulk, sumando una victoria más, la 79ª de su carrera, decimotercera en el Tour de Francia, y asestó un golpe de autoridad a la carrera cuando más se esperaba de él. Por detrás, Vingegaard entró segundo, cortando la sangría en los 39 segundos. Evenepoel, tercero, hizo lo propio a 1:10, y Carlos Rodríguez, cuarto, paró el tiempo a 1:19 de Pogacar.

Con todo, la clasificación general queda así: Pogacar es líder, seguido de Jonas Vingegaard (a 1:57), Remco Evenepoel (a 2:22). Por detrás, y con el podio aún lejos, Joao Almeida es cuarto (a 6:01 de Pogacar), Carlos Rodríguez, quinto (a 6:09) y Mikel Landa, sexto (a 7:17).