CICLISMO

"No es presión, sino fuerza": Carlos Rodríguez, a las puertas del podio del Tour de Francia

El granadino alcanza el primer día de descanso de la Grande Boucle en cuarta posición de la general, capitalizando la atención y la imaginación de los aficionados españoles.

Carlos Rodríguez, durante una de las etapas iniciales del Tour de Francia en País Vasco. /@GETTYSPORT
Carlos Rodríguez, durante una de las etapas iniciales del Tour de Francia en País Vasco. @GETTYSPORT
Fran Reyes

Fran Reyes

Primer día de descanso; día de resaca de la primera semana de un Tour de Francia que se está perfilando histórico. En Clermont-Ferrand, donde dormita la caravana, no están Enric Mas, Richard Carapazni Mark Cavendish: tres pérdidas de entidad, tres vidas deportivas comprometidas y necesitadas de un capítulo de redención. En Clermont-Ferrand sí está, perdido en el 14º puesto de una general que ya ha dejado de ser un objetivo, Mikel Landa; también están Jonas Vingegaard y Tadej Pogačar, la rivalidad que sublima a un deporte que vive una edad de oro. A su estela, cada vez más protagonista, cada vez más sonriente, el Carlos Rodríguez que encarna las ilusiones de la afición española por ver un compatriota en el podio de París por primera vez desde que Alejandro Valverde se subiera al tercer escalón en 2015.

Carlos Rodríguez (2001, Almuñécar) ha alcanzado Clermont-Ferrand en el cuarto puesto de la general provisional, a 4'22" del maillot amarillo Vingegaard, a 1'42" de la frontera del podio que traza Jai Hindley (Bora-Hansgrohe), con los hermanos Yates 17" y 22" a su espalda, con su compañero Tom Pidcock sólo 1'04" por detrás. El granadino ha sabido estar en el grupo de los elegidos en cada momento decisivo. Se atrevió a seguir el ataque de los titanes hacia la cima del Soudet, en la etapa de Laruns; también a tomar la iniciativa en los kilómetros finales de Cauterets mientras favoritos con más galones se ponían de perfil.

Cada vez que le preguntamos hasta qué punto le sorprende estar ahí, siempre la misma respuesta: "Llevo mucho tiempo trabajando para estar aquí a mi mejor nivel". Este lunes, relajado antes de salir a pedalear con sus compañeros, abunda un poco más: "No sabía dónde iba a estar: si me iba a dar para ser el 50, el 20, el 10 o el 4. Por lo pronto, estoy muy contento de la situación en la que estoy. Estamos haciendo bien las cosas y queremos seguir en la misma línea. Ya veremos cómo responden las piernas de aquí en adelante".

En la meta de Limoges, después del sprint cuesta arriba en que se impuso Mads Pedersen, Rodríguez dejó una intervención redonda: "El podio no me obsesiona. Sólo quiero hacerlo lo mejor posible. Lo que tenga que ser, será". No obstante, es consciente de que la posibilidad de verle en el cajón de los Campos Elíseos dispara la imaginación de los espectadores y de la afición española en particular. "Me siento agradecido de que la gente se fije en mí y me apoye. Para mí el apoyo de la gente no supone una presión extra, sino una fuerza extra".

Otra cuestión recurrente es su futuro. Su fichaje por Movistar Team es un secreto a voces y, según L'Équipe, se formalizará este lunes con la firma de un contrato por dos temporadas. "Sobre eso es mejor que le preguntéis a mi representante", ha aprendido a responder para quitarse de líos.

Volviendo a la carretera, Carlos Rodríguez prevé una segunda semana "bastante dura". "La misma etapa del martes será complicada porque, tal y como es el recorrido, todo el mundo querrá ir a por la escapada y eso hará que el ritmo sea exigente". No obstante, tiene claro que la cita clave son los Alpes, a partir del viernes: "Son las etapas que pueden marcar la diferencia". No le preocupa el calor, uno de los grandes temas de conversación de los últimos días: "Creo que me va bien. Siendo de donde soy, estoy acostumbrando a pasar calor".

Un factor interesante será cómo jugará sus cartas Ineos Grenadiers. Tan bien colocado como Rodríguez está Pidcock, el prodigio inglés, su apuesta deportiva a largo plazo. "De momento los dos estamos protegidos. Mientras sigamos respondido bien, seguirá siendo así. Será bueno contar con dos bazas en la montaña". El británico, por su parte, se resta importancia. "Los dos somos muy jóvenes, pero Carlos ya acabó entre los mejores de la Vuelta a España y está más acostumbrado que yo a este escenario".