¿Puede Oier Lazkano convertirse en un ciclista de grandes vueltas? "Sinceramente, no lo sé"
El alavés de Movistar Team subió al podio del Tour de Francia ya en su cuarta etapa de la gran ronda gala para recoger el premio de la Combatividad tras una gran prestación cuesta arriba.

En un ambiente tan marcado como el podio del Tour de Francia, la normalidad de Oier Lazkano (1999, Vitoria) resulta marciana. Todo está jerarquizado, pautado: los colores de las acreditaciones y brazaletes, las ceremonias con sus azafatos y sus autoridades puestos en fila, los platós de campaña que reciben a los protagonistas por un orden y tiempo estricto para llevar su aura a los hogares de todo el mundo. En toda esa maraña de protocolos con alcance global, Lazkano se mueve con una naturalidad perpleja y se somete con estoica paciencia. Esto no va con él, aunque cada vez esté más acostumbrando a estos focos que a otros deslumbran y ciegan. Lo que unos anhelan, para él parece un trámite.
En un momento dado, le sientan con France Télévisions. Casi nunca requieren al premio de la Combatividad para su directo de 7 horas con picos de audiencia de cuatro millones de espectadores, pero es que Lazkano es mucho más que el protagonista de la fuga del día o el tío que ha llegado más lejos en el Galibier. Él es uno de los ciclistas más exuberantes del pelotón actual: un dechado de fuerza que impresiona por su polivalencia, por brillar en las clásicas de pavé y en las grandes vueltas, en las etapas de montaña y en las fugas por el plano. Para más inri, es el objeto involuntario de un culebrón de 'mercato' por un fichaje con Red Bull-Bora-Hansgrohe que está menos cerrado de lo que se ha publicado.
De ahí que le sienten con Nico Geay, el presentador de deportes estrella de la televisión pública gala, y con Thomas Voeckler, el seleccionador nacional francés que vistió 20 días el maillot amarillo del líder del Tour de Francia gracias a ventajas obtenidas en escapadas e improbablemente bien defendidas. Voeckler, avieso, le pregunta si se ve disputando grandes vueltas. Y Lazkano responde con naturalidad: "Sinceramente, no sé ni qué tipo de ciclista soy. Tampoco sé cómo de lejos voy a llegar en mi carrera deportiva. Simplemente trato de ser el mejor ciclista posible, sin ponerme límites". Porque, para los mejores, el ciclismo se reduce a eso: pedalear sin límites.

La misma pregunta se la formularon en la rueda de prensa previa al Tour. Venía motivada por su excelente rendimiento en el Critérium du Dauphiné, en cuya general final terminó 9º, impresionando tanto en la crono (5º) como en los tres finales en alto definitorios, terreno teóricamente vedado para un ciclista de casi 1,90m y más de 70 kilos de peso. La pregunta hizo reír a un distendido Enric Mas. "¿Oier Indurain?", lanzó al aire, soltando una carcajada. "Dauphiné fue una gran carrera, pero no hizo más que confirmar lo que ya sabíamos: que había hecho un gran trabajo en altura y llegaba con fuerza a la carrera", zanjó con tranquilidad el alavés. "En el futuro, pues es un aspecto claro a mejorar. Ya veremos. Mi mente está en el Tour de este año, y no en el Tour de dentro de tres años".
"No nos sorprendió su nivel en el Dauphiné porque conocemos sus números y sabemos dónde puede llegar a estar", analiza Xabier Muriel, director deportivo y preparador de Movistar Team, que trata con Lazkano desde su época en que coincidieron en el equipo Caja Rural-Seguros RGA. "Que hiciera estas tres actuaciones al final de la vuelta, en días consecutivos, sí nos sorprendió un poco. No deja de ser uno de sus muchos pasos de gigante, tanto a nivel físico como en todo lo que no es físico: colocación, regularidad, capacidad de recuperación entre etapas. Se está convirtiendo en un gran ciclista".
¿Hay entonces posibilidad de un Lazkano vueltómano? "A ver…", reacciona Muriel con la paciencia de quien no quiere desdeñar la ingenuidad de la pregunta pese a ser consciente de la complejidad de la respuesta. "Para empezar, pelear por una gran vuelta supone disputar un Dauphiné, y luego otros dos seguidos. Ahora mismo, no estamos en ese punto". No será, seguro, en este Tour. "Queremos que conozca la carrera, que disfrute en las escapadas… y, a ser posible, que nos dé una alegría".
🫡 Más ciclistas como Lazkano siempre. https://t.co/Wy4FxXaaau
— A la Cola del Pelotón (@ACDPeloton) July 2, 2024
El comentario es unánime dentro del pelotón: visto lo visto, Oier Lazkano tiene una etapa de este Tour de Francia en las piernas. Tan cierto es eso como que se deben alinear los astros para que alce los brazos. "El objetivo no es subir al podio por la Combatividad, sino ganar una etapa para dejar en buen lugar tanto a mi equipo como a sus patrocinadores", aseveró convencido ante la Cadena COPE en la misma zona mixta de Valloire donde la preguntaban por las generales. "Seguiré buscando la escapada porque, para que te toque la lotería, hay que comprar boletos". En esas está.