Los sillines, la última arma del Visma para las cronos: "Trabajamos con mentalidad Silicon Valley"
Imbuido en la búsqueda de la máxima velocidad y eficiencia, el pelotón continúa buscando márgenes de mejora. Visma ha encontrado uno en los sillines.

Dijon.- En el Tour de Francia, y especialmente en las contrarrelojes, no sólo corren los ciclistas: también sus bicicletas. Un comentario habitual, entre bambalinas, es que hay "bicis que corren" y bicis que no. Y no es una referencia capciosa a motores o artilugios varios, sino a la realidad de que existen máquinas mejores y peores, y de que cada equipo trabaja ya en mayor o menor medida con expertos e ingenieros capaces de, codo con codo con los patrocinadores técnicos, crear materiales revolucionarios que les doten de una ventaja competitiva respecto a sus rivales.
Los ejemplos de esta misma temporada son numerosos. Uno de los más señalados: el mono Pissei de UAE Team Emirates, vendido por la marca y el equipo como el más rápido de siempre. Uno que ha hecho correr ríos de tinta: las bicicletas Van Rysel de Decathlon-Ag2r La Mondiale. Uno que provocó estupor y memes a partes iguales: el casco de contrarreloj Giro de Visma-Lease a Bike.
"Es una auténtica 'rara avis'", reconoce uno de los técnicos del conjunto neerlandés en el cual compiten Jonas Vingegaard y Wout van Aert, respectivamente, el vigente campeón del Tour de Francia y uno de los máximos favoritos a la victoria en la contrarreloj de Borgoña de este viernes. "En el ciclismo, por lo general, sólo se desarrollan y fabrican productos que después puedan venderse en las tiendas. Sin embargo, de este casco difícilmente se van a vender suficientemente unidades como para pagar siquiera el molde. Estamos muy agradecidos a Giro porque se han embarcado en trabajar con nosotros con una mentalidad Silicon Valley".

Dentro de esa forma de trabajar, los Visma-Lease a Bike examinan cada año prácticamente todas las partes de la bicicleta y de la aerodinámica de sus corredores. En ese proceso constante de mejora liderado por el español Jon Iriberri, la pasada campaña dieron con un elemento en el cual podían dar un paso adelante: el sillín.
"Y este año usamos uno completamente distinto al que usábamos hasta ahora", se enorgullecen. "Se trata de un sillín de la marca Dash que consiste, simplemente, en dos barras recubiertas de gomaespuma con una lámina de carbono en la parte de atrás que sirve simplemente para cumplir con la normativa UCI. Una 'chapa' que es, básicamente, superflua". Este minimalismo acarrea ganancias en términos de peso. Los ciclistas, además, están cómodos sobre él: se acopla perfectamente a su postura y su pedaleo en las cronos. No obstante, el sillín para las pruebas de línea es otro.

Está por ver el impacto de esta y de todas las mejoras en el rendimiento de los Visma-Lease a Bike en las contrarrelojes individuales. En 2022, ganaron 7; en 2023, 5; este año, de momento, ninguna. No les ha beneficiado perder a especialistas como Primoz Roglic, Tobias Foss o Rohan Dennis; tampoco las desventuras e infortunios de Wout van Aert y Jonas Vingegaard. El Tour de Francia es una gran oportunidad para cambiar esa dinámica a lo grande.