TOUR DE FRANCIA

La teoría de Óscar Freire para explicar por qué España no ha tenido un Cavendish: "Nos falta base"

El velocista español más prolífico de siempre en el Tour de Francia sitúa el origen de las carencias de nuestro país en términos de sprinters en una cuestión de formación.

Óscar Freire, en el París-Tours de 2010./REUTERS
Óscar Freire, en el París-Tours de 2010. REUTERS
Fran Reyes

Fran Reyes

Hay lugares que hacen grandes a los deportistas, y deportistas que hacen grandes a los lugares. El pequeño municipio de Saint-Vulbas (1.200 habitantes, un polígono industrial gigantesco y una central nuclear) figurará para siempre en la historia del Tour de Francia porque, este miércoles, Mark Cavendish firmó en él su 35ª victoria de siempre en la Grande Boucle, superando las 34 de Eddy Merckx que había conseguido igualar con idéntica fanfarria hace sólo tres años y culminando una carrera deportiva irrepetible. Esta serie de triunfos en el Tour, sumados con los 17 del Giro y los tres de La Vuelta, más su Campeonato del Mundo en Copenhague y su Milán-San Remo, le convierten en uno de los mejores sprinters de la historia si no el mejor.

Entre los ciclistas españoles, los máximos anotadores en términos de triunfos parciales son Miguel Indurain (12), Luis Ocaña (9) y Federico Martín Bahamontes (7). Tres hombres que ganaron la general: tres vueltómanos, uno más escalador como Bahamontes y otros más rodadores como Indurain y Ocaña, pero en ningún caso prodigios de la velocidad como el ciclista británico o incluso el 'Caníbal' belga.

Para encontrar registros históricos de velocistas españoles capaces de triunfar en el Tour de Francia, es necesario remontarse a Óscar Freire con las cuatro victorias que recogió entre 2002 y 2008, el año en que consiguió ganar el único maillot verde de la historia. Sólo Miguel Poblet, con tres triunfos en 1955 y 1956, está a su altura histórica en la Grande Boucle. Las demás victorias españolas en llegadas masivas son casos puntuales, como aquella del asturiano Manuel Jorge Domínguez en Troyes allá por 1987. ¿Por qué, a lo largo de su rica historia ciclista, España no ha generado más sprinters?

En Relevo consultamos varias voces autorizadas para conocer posibles respuestas; ninguna como la de Óscar Freire (1976, Torrelavega). "Es una cuestión de tradición y recorridos", enuncia el cántabro. "En la base, la formación es muy buena. Sin embargo, apenas llegas a cadete sólo encuentras carreras duras y eso provoca que se trabaje muy poco el sprint. Es muy diferente a Bélgica o los Países Bajos, donde buena parte de las carreras de categorías inferiores son planas y eso espolea a los rodadores y velocistas".

Freire no sólo habla por su experiencia: también por la de su hijo Marcos, que compite en juveniles con el equipo Bathco y ha salido a su padre en lo que a cualidades se refiere. "Se le da muy bien el sprint, pero necesita mejorar en las subidas", asevera. "Cuando avance de categoría y llegue a otro tipo de calendario, podrá expresarse más en las 'volatas'. De momento, necesita mejorar en todos los terrenos. Es una pena, porque estoy viendo cómo en cadetes ya les están metiendo en los recorridos algunos repechos con rampas del 20%".

"Es que aquí no hay una carrera llana", coincide Luis León Sánchez, otro ilustre del ciclismo español cuyo historial incluye cuatro victorias de etapa en el Tour de Francia, todas anotadas mediante escapadas. "Cualquier organizador busca poner por lo menos una 'tachuela' para que la carrera se rompa. Así, sólo destacan los ciclistas que pasan las subidas… y, por ello, los pocos velocistas que pasan a profesionales en España no son sprinters puros. Espero que esto cambie poco a poco, del mismo modo que hace unos años todo no teníamos corredores capaces de brillar en las clásicas y ahora contamos con varios de mucha calidad".

Uno de los mejores técnicos del ciclismo español, alto cargo de un equipo UCI WorldTour, lo explica a partir de cómo se refleja el calendario profesional en el amateur y en los sueños de los propios corredores. "Hay muy pocas carreras en España en las que pueda ganar un velocista, y en otros países como Italia o incluso Francia el panorama es muy diferente", reflexiona. Hoy por hoy, ninguna de las promesas más rutilantes del pelotón nacional responde al perfil de un sprinter puro. Habrá que seguir esperando para tener un nuevo Freire.