TOUR DE FRANCIA

Los tiempos de la última etapa del Tour de Francia ponen a Mark Cavendish bajo sospecha

El inglés llegó un minuto y medio antes de que se cumpliera el fuera de control.

Mark Cavendish, agotado, al entrar en meta en la etapa reina del Tour. /AFP
Mark Cavendish, agotado, al entrar en meta en la etapa reina del Tour. AFP
Óscar Méndez

Óscar Méndez

Mucho se está hablando en este Tour de Francia de las exhibiciones de Tadej Pogacar, que está cerca de conseguir su tercer triunfo en la carrera francesa. La última llegó este domingo en Plateau de Beille, cuando aguantó las acometidas de Jonas Vingegaard para asestarle un golpe casi definitivo de cara a la general. A falta de seis etapas para el final, el esloveno tiene una renta de más de tres minutos sobre el danés. Con la clasificación a un lado, otro de los nombres propios de la Grande Boucle es el de Mark Cavendish, del que se sospecha que podría haberse visto ayudado para evitar el fuera de control con los tiempos en la mano.

El corredor de la Isla de Man consiguió a sus 39 años de edad su victoria número 36 en el Tour de Francia, un triunfo que le permitía superar a Eddy Merckx como el ciclista que más veces ha levantado los brazos en la carrera más importante del calendario internacional. El sprinter inglés ya está en los libros de historia por méritos propios, pero este año, además, está rodeado de cierta polémica, la última originada en la etapa reina.

Plateau de Beille causó estragos en el pelotón. El dominio de Pogacar y la ambición de Jumbo dinamitaron el pelotón desde casi el inicio de la jornada, lo que hizo que muchos ciclistas se descolgasen en los primeros kilómetros. Por delante tenían cuatro puertos de primera categoría y uno de categoría especial para un total de 200 kilómetros, un tormento para muchos, sobre todo para esos sprinters que sufren en la montaña. Y entre ellos estaba Cavendish.

Al inglés se le ha visto pasarlo mal desde la primera etapa e incluso en la cuarta, con el Galibier como protagonista, coqueteó con el fuera de control. Sin embargo, ha ido salvando los muebles gracias a la inestimable ayuda de sus compañeros de Astaná. Ayer también la necesitaba, y es que los corredores iban llegando casi de uno a uno a meta y con diferencias importantes. El fuera de control quedó fijado en 53 minutos desde la llegada de Pogacar, por lo que la ascensión al último puerto se convirtió para él en una contrarreloj para seguir en carrera.

Lo consiguió por apenas un minuto y medio y después de llegar completamente exhausto a la línea de meta. En las últimas horas se han multiplicado las publicaciones en redes sociales en las que se comparaba su tiempo de ascensión con el de Ben Healy que llegó el 19º tras emplear 13 minutos más que Pogacar en subir Plateau de Beille. Estas se basaban en los datos GPS que ofrece la carrera. Rápidamente aparecieron las primeras suspicacias sobre una posible ascensión irregular del inglés para seguir en carrera.

La realidad es algo distinta. Según los datos de Strava (una aplicación que mide de manera muy fidedigna los datos básicos de un entrenamiento o competición: ruta, longitud y duración) de sus compañeros de fatigas Davide Ballerini y Cees Bol, el tiempo real de ascensión del grupo de Cavendish fue de unos 17 minutos peor que el del esloveno, lo que sigue siendo una gran marca para el sprinter, pero lejos de los mejores de la etapa.

En muchas etapas de este perfil, es habitual que los corredores que más sufren en la alta montaña vayan guardando algo de fuerzas durante la etapa para que si el ganador de la misma logra un gran tiempo, puedan tener energías para apretar en los últimos kilómetros. Además, se puede comprobar que la velocidad que emplearon los corredores de Astaná en el valle anterior a la última ascensión fue muy elevada. Viendo su cara al cruzar la meta, queda claro que Cavendish se vació para seguir en carrera y llegar a Niza el próximo domingo.