Un trago de cerveza para el pastor de cabras que se convirtió en el "primer campeón" y en un epónimo: "Era tipo Van Petegem o Van Aert"
Mariano Cañardo, que corrió con el Barça, ganó siete veces la Volta a Catalunya.

Cuando los cerveceros de Hoppit y Gro Brewers terminaron de elaborar su última colaboración en la fábrica de los segundos, en Girona, se plantearon como bautizar a su nueva cerveza. "Tiene 9.5 grados de alcohol y está muy cargada de lúpulo. Es una birra potente y con un punto dulzona, de las que engañan. Un pepinarro, vaya", así la describe Marc Ciurana, de Gro Brewers. "Hablamos con nuestro diseñador y le propusimos varios nombres. Uno de ellos era Canyardo [en catalán significa algo así como trallazo o chutazo], una palabra que nosotros asociábamos más bien al fútbol. Pero él nos explicó que lo de cañardo venía de un ciclista de los años 20 y 30, Mariano Cañardo. Profundizamos un poco en su historia y decidimos nombrar Canyardo a nuestra cerveza", completa Germán Fernández, de Hoppit. La pusieron a la venda hace apenas unos días, justo antes de que arrancara la Volta a Catalunya.
La palabra cañardo, que todavía hoy sirve para describir un disparo potentísimo, de esos que estaban vetados en el patio de la escuela, es un epónimo, según detalló el escritor y periodista Màrius Serra en un artículo de La Vanguardia. Un epónimo es el nombre de algo o alguien que sirve para denominar otro concepto. Para que se entienda, el doctor Alois Alzheimer es el epónimo de la enfermedad que lleva su apellido. Conducir como un fitipaldi es un epónimo del piloto de F1 Emerson Fittipaldi y el trofeo Pichichi lo es del goleador vasco Rafael Moreno Aranzadi, más conocido como Pichichi. También el Zamora, claro, que proviene del divino portero Ricardo Zamora.
Pero, ¿quién era Mariano Cañardo? Pues alguien suficientemente célebre como para trascender por su nombre. "Podemos considerarle el primer ciclista español que vivió exclusivamente de este deporte, el primer profesional de la bici", desvela Iván Vega García, que es el autor del libro 'El primer campeón: El mundo que vio Mariano Cañardo'.
Mariano Cañardo (Olite, Navarra, 1906) es natural de Olite, un pueblo en el que también nacieron los máximos goleadores de la historia del RCD Espanyol y CA Osasuna, Rafa Marañón y Julián Vergara. A los seis años se marchó a Jaca, en Huesca, donde hizo de pastor de cabras. Siendo huérfano, en 1919 se mudó a Barcelona junto a su hermana para vivir en casa de sus tíos, en una vivienda de una fábrica de la Sagrera. Era un chico rebelde, al que le gustaba mucho la noche barcelonesa y que frecuentaba la zona del Paralelo. Con 18 años, empezó a trabajar de carpintero, con un sueldo de 55 pesetas, tal y como relata Iván Vega García en su obra.
Cuando Tadej Pogacar, Miguel Indurain y Eddy Merckx vistieron los colores de un club de fútbol barcelonés de séptima división: "A ver si Juan Ayuso es el próximo" https://t.co/TksxWOZxLh
— Relevo (@relevo) March 24, 2025
La Barcelona del boom ciclista
En esa época, en los años diez y los veinte, el ciclismo fue un boom en la capital de Cataluña; se disputaban muchísimas carreras populares en sus calles y existían decenas de clubs ciclistas y tiendas de bicicletas a lo largo de la ciudad, así como algún que otro velódromo, como el del Cubell, en Sants, donde terminó en 1911 la primera edición de la Volta a Catalunya, la tercera prueba por etapas todavía hoy vigente más antigua del mundo y que justo arrancó este pasado lunes.
Admirador absoluto del ciclista Jaume Janer, en 1924, Cañardo adquirió una bicicleta, su primera bicicleta, en Ciclos Benedid, en la calle de Aragón, y a cambio de 275 pesetas, que pagó a plazos; un duro a la semana. Al día siguiente, un 19 de marzo, empezó a montar en ella. Y justo un año después, el día del padre de 1925, corrió su primera prueba: la Copa Papitus. Lo hizo con pantalones de pana porque no tenía el culot negro que utilizaron el resto de participantes, y quedó decimotercero, llevándose como premio un farolillo de aceite.
Cañardo, leyenda de la Volta
Entonces arrancó su carrera, que transcurrió principalmente con el maillot del equipo Orbea y del extinta sección ciclista del FC Barcelona -tan futbolero y culé era que rechazó correr con los colores del Espanyol-. Cañardo fue tan laureado que se encumbró como "uno de los grandes deportistas catalanes de los 30 y los 40". Cuatro veces campeón de España, también ganó una etapa en el Tour de Francia, tres de la Vuelta a España y 21 de la Volta a Catalunya (1928, 1929, 1930, 1932, 1935, 1936 y 1939), su competición fetiche y de la que todavía hoy es el recordman absoluto con siete triunfos en la general, un registro al que ni Indurain ni Valverde, con tres entorchados cada uno, lograron acercarse.

"Era un ciclista poco español. Parecía más belga, un estilo 'flandrien'. En unos tiempos en el que la mayoría eran unos 'tirillas', él era angulado, con hombros anchos, corpulento y grandes muslos y grandes cuádriceps. Era muy poderoso rodando, aunque eso no le quitaba ápice de fuerza en las subidas. Sería un tipo Peter Van Petegem o Van Aert", analiza Iván Vega García, también responsable del cuaderno ciclista joanseguidor.
Sus triunfos convirtieron a Mariano Cañardo, un tipo de lo más temperamental que más de una y dos veces llegó a las manos en la carretera, en un ciclista tremendamente popular. "Era un ídolo de masas que salía en las portadas de los periódicos. Estaba al nivel de Ricardo Zamora o Samitier en términos de fama. Cuando corría en Montjuïc el circuito se llenaba para verlo", enfatiza el escritor Iván Vega García, que lo dibuja como un ciclista "valiente y "brutote" al "que le gustaba ir al ataque". Y que ganó muchísimo.

Teniendo en cuenta su prominente físico, su forma de correr y su extenso palmarés, no es de extrañar que cañardo haya trascendido como un epónimo que identifica a un disparo potente, casi imparable. Además, da nombre a unos jardines en Barcelona, ubicados justo al lado del velodrómo de Horta Miquel Poblet, bautizados como homenaje a otra leyenda del ciclismo catalán. Y ahora también a una cerveza artesana, cuya etiqueta es un ciclista con un maillot con la senyera. El diseño y la idea de vincular la birra con Mariaño Cañardo, por cierto, es de Glam Comunicació, una agencia de comunicación gironina.
Una cerveza “tropical” para “batir récords”
"Os presentamos una bomba con conexión Manresa-Girona. Igual que Mariano Cañardo, esta cerveza está dispuesta a batir todos los récords", de este modo Gro Brewers y Hoppit presentaron en sociedad a través de sus redes su último brebaje. "Es una TIPA [Triple IPA] moderna, tipo hazy. Tiene bastante alcohol, 9.5 grados, pero es más bien dulce, aromática, tropical y poco amarga. Estas IPAS más modernas, que se llaman Neipas [acrónimo de New England IPA], están haciendo que muchos consumidores se acerquen al mundo cerveza artesana por su gran sabor y sus aromas. Son cervezas antes se iban a buscar a Estados Unidos o el norte de Europa, pero ahora las de aquí son excelentes. La Canyardo, por ejemplo, ha gustado tanto que pronto se nos acabará", desgrana Germán Fernández, de Hoppit, una cervecera de Manresa, en el centro de Cataluña, que principalmente produce birras lupuladas, también con fruta, y que reivindica el consumo de proximidad desde su propio bar, La Marmita, que tiene incluso un escape room.
"Es de las mejores que hemos hecho. De color es muy clarita y lleva muchísimo lúpulo. Una bomba de sabores y aromas. Muy afrutada. El alcohol no se nota demasiado, es una birra peligrosa. Si algún ciclista se la bebe, que sea después de montar en bici. Con moderación, funciona de reconstituyente", añade entre risas Marc Ciurana, de Gro Brewers, una cervecera afamada por sus cervezas hazys, IPAS modernas digamos, y también negras cañeras, lo que se conoce en el sector como petróleos; birras oscuras, complejas y con alta graduación que habitualmente se maduran y añejan en barricas de madera. Su fábrica se localiza en Girona, que en los últimos tiempos se ha convertido en una capital mundial para los cicloturistas, con infinidad de tiendas, ferias, cafés, hoteles y demás negocios especializados en este deporte.
La popularizó Lance Armstrong a inicios de siglo, cuando se instaló en la ciudad de los cuatro ríos. Y a partir de entonces, centenares de aficionados y de ciclistas profesionales, algunos con negocios en el municipio, han visitado y se han afincado en Girona, cuyo entorno para dar pedales es ideal. "Hay mucha vinculación aquí entre el sector de la cerveza artesana y el ciclismo. El turismo que viene a hacer bici la aprecia mucho. El otro día, cuando presentamos la Canyardo, vinieron a nuestro obrador unos canadienses porque querían probar nuestras birras. Y la Canyardo, por su sabor, pero también por la historia que tiene detrás, les encantó", concluye Ciurana, uno de los padres de la cerveza que homenajea al pastor de cabras que se convirtió en el primer gran campeón español, leyenda absoluta de la Volta a Catalunya... y en un epónimo.