La joya española de 13 años que piensa como Max Verstappen y al que Fernando Alonso no le quita ojo
Bosco Arias sigue el camino de otros talentos como Pepe Martí, también apoyado por Alonso, y destroza a rivales mayores que él. Ha sido campeón de España y ha debutado con podio en el Europeo.

Extremadamente inquieto. No para de inspeccionar el entorno y de toquitear todo a pesar de que el concesionario en forma de museo automovilístico de su padre le sea más que familiar. Va cogiendo chuches de una bolsa que deja en la mesa su madre mientras intercala gominolas con respuestas y correcciones a su padre cuando hay que tirar de memoria. A Bosco Arias (13 años) no se le olvida ni el más mínimo detalle de lo que ocurre sobre la pista. Lo demuestra mientras atiende a Relevo en uno de los escasísimos días que pasa en casa.
Acaba de salir de clase y baja de un saltito del coche de su padre Iván Arias, expiloto de Fórmula 3, que fue compañero y rival de Pedro Martinez De la Rosa durante varias temporadas. Haber crecido en familia de pilotos subió al pequeño de los Arias a un kart con solo tres años, sin soltar el chupete. Brillantes resultados como levantar el campeonato de España de Karting de 2022 y su debut este año en el Europeo con podio en Valencia han llamado la atención de la agencia de representación y coaching de Fernando Alonso.
"Se pasa fuera el 80% del año", revela su madre Victoria, pues su hijo recorre mundo conquistando circuitos. Lo de pisar el colegio es más bien raro para el pequeño: cursa 1º de la ESO como puede y avanza cursos a distancia desde Francia, Reino Unido o donde le toque. Este sacrificio le lleva a pasar muy poco tiempo con amiguitos de su edad que no sean pilotos.
La familia es consciente de que son afortunados por estar donde están: "Correr el Europeo es una suerte, ya solo competir en karts al más alto nivel cuesta unos 300.000 euros, tenemos el apoyo de DPK, sino…".

El objetivo de este lobo con piel de cordero es llegar "lo más lejos posible" en el automovilismo mientras la familia se aleja de la obsesión "de alcanzar la F1 porque hay solo cinco asientos ya que los otros 15 son, más bien, de pago", recuerda su padre. Lo de lobo con piel de cordero es por su apariencia inocente pues tiene cara de bueno pero en la pista te destroza. Una meta realista es "poder vivir de lo que te gusta y disfrutar del camino juntos, veremos hasta dónde llegamos", dicen sus padres.
"En este deporte, la diferencia entre ganar o darte un golpe es de un pelo, hay muchos 'uyuyuys' y, sin ellos, no ganas una carrera", dice su padre Iván sobre su hijo de 13 años al que ve "diferente y muy maduro" a otros de su edad por el estilo de vida de viajes y alta competición en el que se lleva moviendo desde hace años. El español, además, ha sido el cuarto piloto nacional en levantar el prestigioso Trofeo Andrea Margutti de karting.
"En el karting, la diferencia entre ganar o darte un golpe es de un pelo, hay muchos 'uyuyuys' y, sin ellos, no ganas una carrera"
Tras la charla, se encaminan hacia otra carrera del europeo, en Val d`Argenton, Francia, una de las cuatro citas del campeonato. "Son cinco carreras", corrige Bosco a su padre con su memoria prodigiosa. Todos los sacrificios que hacen valen la pena porque, sino, "ya lo habría dejado", reconoce el crío. Un sacrificio, rumbo al país vecino, es cargar con la casa a cuestas todo el año.
La casa a cuestas
Viajar en autocaravana te aleja de familia y amigos: su padre siempre va con él y, en ocasiones, también les acompañan su hermano y su madre. "Mi padre va todo el día conduciendo y yo me quedo descansando. Es un rollo porque tenemos nueve horas hasta Francia mañana, aunque se está como en casa", explica. Tras Francia, llegará Eslovaquia, el Mundial y solo una semana de descanso antes de preparar 2025.

Lo de ir en autocaravana con 13 años no es habitual en los niños de su edad. Cuenta la madre de Bosco que algunos rivales tienen "increíbles 'motorhomes' (al nivel de los pilotos del Dakar), viajan en avión privado, tienen chef propio, profesores particulares, preparador mental, físico y un equipo solo para él". Como un cantante de reggaetón. Con solo 13 años. "Lawrence Stroll (propietario de Aston Martin) llevaba un 'motorhome' que se hinchaba, se hacía grande y tenía un jacuzzi arriba", cuenta su padre.
"Hay rivales de Bosco que, con 13 años, viajan en avión privado y tienen chef, profesores y preparadores propios"
Arias arrancó el Europeo con podio en Valencia superando a críos mayores, de catorce y quince años. "Fue un poco carambola porque es super difícil debutar en un Europeo con un podio corriendo contra gente mayor que tú". El joven piloto se enfunda el mono, se pone el casco y solo piensa en ir lo más rápido posible: "A mí me da igual, los veo a todos iguales".
Debut con tres años y chupete
Tal vez le ayudó haberse montado por primera vez en un kart con tres años, sin separarse de su querido chupete. Como no se lo quitaba ni a tiros, "el del circuito le mentía y le decía que se lo tenía que quitar para poder montar. Eso sí, después de lo volvía a poner enseguida", confiesa su padre Iván.
"Cuando me subo al kart, no se me pasa nada por la cabeza". No parece irle mal eso de dejar la mente en blanco: su equipo le puso el objetivo de acabar entre los 36 mejores y el precoz Arias hizo podio en su debut en el Europeo. Otro secreto es que, al igual que Max Verstappen, uno de los pilotos en los que se fija, el pequeño tampoco sabe desconectar cuando se baja del kart.

Arias ve videos en su tiempo libre de sus carreras repetidas o de otros rivales. Espía las repeticiones para ver en qué zonas del circuito se puede adelantar y ya tiene el circuito aprendido antes de llegar. Su buen hacer sobre la pista le ha valido para acaparar la mirada de Fernando Alonso, piloto en el que también se fija, junto a Alex Albon.
Familia de pilotos y horas de consola
El chasis de su kart azul, amarillo y rojo lo suministra FA Alonso Kart, parche que porta en su mono y marca del asturiano que, junto a A14 Management, se ha fijado en Bosco. Aunque desde la familia sean cautos y él sea extremadamente joven, Arias está siguiendo el mismo camino que otros diamantes apadrinados por Alonso como Nikola Tsolov, de F3, y Pepe Martí, de F2.
"Me encanta la actitud ganadora de Max Verstappen y su agresividad. También me fijo en Alonso y Albon"
Si Verstappen pasa su tiempo libre compitiendo en el simulador, Arias le imita a su manera y también respira competición mientras juega a la consola: "Me encanta su actitud ganadora y su agresividad. Yo también juego al F1 y suelo correr en Brasil". Es de los pocos españoles que hay a tan alto nivel, destacan desde la familia. Dos privilegiados más son Christian Costoya y Luna Fluxá, fichada por Mercedes.
Arias, que ha probado tenis, rugby y fútbol, se acabó quedando con las carreras muy influido por una larga tradición familiar de pilotos. "No tengo presión", saca pecho el crío pese a que su abuelo fuera campeón de España de velocidad en dos ocasiones, en los años ochenta, y su padre llegara a competir en F3. Ahora Bosco alargará esta tradición familiar. No se sabe hasta cuándo ni hasta dónde.