Fernando Alonso fía todo a 2025 tras medio año de inseguridad: "A veces lo tienes que arriesgar todo"

Ya ha llegado Hungría. Lugar predilecto para Fernando Alonso, donde en 2021 pintó una de las defensas más míticas de la historia de la Fórmula 1 sosteniendo a Lewis Hamilton y su aterrador Mercedes para que su entonces compañero en Alpine, Esteban Ocon, ganara su primera y única carrera hasta ahora. A alturas de 2024, el principal atractivo es la llegada de las esperadas mejoras para su Aston Martin.

Alonso ya se muestra resignado con que los avances serán mínimos. Al menos, en lo que a la puntuación respecta, porque no se cansa de repetir que "los cuatro de arriba están demasiado lejos", lo que le hace conformarse con las migas. Y razón no le falta, ya que Red Bull, McLaren, Ferrari y, en las últimas semanas, Mercedes juegan en una liga totalmente opuesta. Se repite en la rueda de prensa previa al Gran Premio del Hungaroring, pero es así, el objetivo es "encontrar la dirección y el camino adecuado de desarrollo".

El asturiano ha revelado su sufrimiento de la primera mitad de la temporada, ya superada. "Ha sido complicado, hemos tenido altibajos. Empezamos muy fuertes, éramos muy competitivos en clasificación pero en carrera bajábamos. Estábamos incluso delante de McLaren. Las últimas carreras han sido más difíciles aún, hay que subir el nivel". Pero eso sólo lo conseguirán dando "pequeños pasos".

Pasado el ecuador del campeonato, es muy tarde para subirse al carro de las victorias. Así que ahora no queda otra que centrarse en "terminar las dos carreras en los puntos", ya que eso sería "una buena señal de que el paquete funciona".

Que esas modificaciones surtan efecto es indispensable, ya que hasta el momento el Aston Martin no es que haya sido lento, es que ha sido inestable. Lo dice un tipo como Alonso, que supo controlar hasta un Ferrari que en 2014 presentaba subviraje y sobreviraje al mismo tiempo, pero que en 2024 no se ha encontrado nada cómodo. Inconsistente, incluso: "El coche es bastante difícil de pilotar, y eso resta confianza, porque no estás convencido de que en cada curva de cada vuelta el coche vaya a hacer lo mismo. La consistencia no está siendo genial al volante".

Estar tan poco seguro de su propia máquina le ha hecho ir más allá de sus posibilidades, como ya admitió en Austria. "Los márgenes son pequeños y estás luchando por un punto o dos, y a veces tomas decisiones más arriesgadas. Arriesgas en la estrategia, las salidas, la configuración... Hemos llegado a cambiar el coche entero antes de las 'qualys'", admite.

Su calvario de 2024 sigue, y es que la diferencia respecto a la temporada anterior, cuando a estas alturas coleccionaba seis podios (ahora, ninguno) y tenía 104 puntos más, es abismal. "A veces, cuando estás acostumbrado a luchar por los puestos de arriba y pasas a hacerlo por uno o dos puntos, lo tienes que arriesgar todo".

Sabe que están mejor, que la situación no es la misma que en Barcelona y Spielberg una vez dejados atrás los 'experimentos' raros. Silverstone, con un doble final dentro de los puntos, fue buena prueba de ello: "Por fin tuvimos un fin de semana normal". En Hungría reinarán el sol y el calor y, como ya predijo, será una prueba del algodón casi definitiva para conocer qué depara el resto del año.