Lazos con José María Aznar y negacionista del COVID: Flavio Briatore tiñe la F1 de vintage y vuelve con su obsesión para los negocios
El Gran Circo da al padrino de Alonso una segunda oportunidad con 74 años.

"Ron Dennis hipotecaría su casa por 300 millones para intentar ganar, Flavio Briatore ganaría con solo 100 millones, los conseguiría de algún lado...". Bernie Ecclestone fue uno de los jefazos de la Fórmula 1 y representa a una generación del Gran Circo junto al excéntrico Briatore. Aquella cita comparando al italiano con otro icono como el exlíder de McLaren dibuja la inteligencia, competitividad y arte para hacer negocios que siempre han rodeado al padrino de Fernando Alonso.
El italiano ha perdido parte de su característico moreno de la costa de Mónaco pero mantiene, a sus 74 años, el hambre de ganar y seguir triunfando en la Fórmula 1. Por eso ha vuelto. Reapareció en el paddock en Barcelona con una juvenil gorra, trajeado, todo de oscuro, para desempeñar ese rol de asesor-supervisor-ojeador-consejero en su vuelta a Alpine. Nadie deja muy claro a qué se va a dedicar exactamente.
"Estoy en F1 para ser competitivo, no para ser un turista que viaja 24 veces por el mundo", avisa Briatore. La "motivación" de la que tanto presume tendrá que dejar atrás las dudas que deja su estado de salud. Quienes coincidieron con él en Montmeló, reconocen haberlo visto algo renqueante a pesar de haber sido operado con éxito del corazón el pasado 29 de marzo.

Conforme avanzó el Gran Premio de España lució un look más desenfadado, manteniendo, eso sí, el tono oscuro, con una sobrecamisa y gafas de sol con cristales opacos. No se separó del CEO de Renault, Luca De Meo, y estuvo muy atento a todo. "Hombre de negocios" e "inteligente" son las definiciones más habituales de los peces gordos de la F1 sobre el veterano italiano, al que se le tiene en muy alta estima.
Su vuelta quince años después ha impregnado de un aroma vintage la parrilla, que ha olvidado su oscuro pasado y parece haber perdonado su polémico episodio en el Crashgate de Singapur en el año 2008 con Alonso. Sin embargo, sus cafés con jefes de equipo de la F1 demuestran que nunca se ha ido y que su alargada sombra siempre ha pululado. El asturiano dijo en un encuentro con DAZN que su padrino en F1 "tiene mucho carisma y es muy potente en el paddock".
"Fue un gran consejero y tengo 1000 anécdotas con él, Flavio siempre cambia el nombre a los pilotos o les pone un mote, Nakayima era Kawasaki para él". Como Alonso, los actuales jefes de equipo hablan maravillas del nuevo embajador de Alpine. "Un hombre de negocios sumamente inteligente", define Toto Wolff, de Mercedes, mientras Fred Vasseur, de Ferrari, cree que la escudería francesa "ha dado un paso adelante" fichándole.
"A todos nos va cambiando los nombres. Un día soy Ferdi, Ferdinando, Fernando..."
— DAZN España (@DAZN_ES) January 31, 2024
Alonso sabe que Briatore es único 😂
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Bravi, de Sauber, elogia "el gran palmarés, las aportaciones comerciales, los patrocinadores" que traerá y apunta que "necesitamos gente inteligente como él". La experiencia, los contactos y su facilidad nata para los negocios buscarán que Alpine cumpla aquel plan de ganar en 100 carreras, o sea, cinco años, que arrancó el equipo de Enstone con Alonso en 2021.
Tal vez forjó ese carácter de negociante en su juventud ya que, con 21 años trabajó en la Bolsa, donde fue arrestado por estafa y condenado a un año de cárcel en Bérgamo y a tres más en Milán. No los cumplió, por cierto, porque se fugó a las Islas Vírgenes. No le hizo falta ser un estudiante brillante para arrasar en los negocios ya que, al terminar la enseñanza media, a los 17 años se metió a trabajar como profesor de esquí.
Él mantiene que "la F1 se orienta hacia los negocios y su rendimiento, no como el fútbol". De ahí que lleve en la sangre y aplique lo de regatear, dejarse ver y demás en ámbitos de la vida como el ocio nocturno o la moda. La fama de que Briatore tiene negocios en todos lados es cierta: desde su potente inversión en Dubai, donde introdujo el concepto tan popular de hoy en día de cena con espectáculo, hasta Billionaire, nombre de su discoteca y de su propia colección de ropa masculina, que lanzó en julio de 2005.
«No bebo, no fumo, no tengo cosas en propiedad»
Al italiano se le asocia con vicio, desenfreno, mujeres y fiesta. Él lo niega: "No llevo una vida lujosa, no bebo, no fumo, no me divierto en mis locales, ni siguiera tengo cosas en propiedad". "¿Quién dice que el que tiene una flota de aviones se divierte volando? He sido jefe en F1 y no conduzco", echó balones fuera en una entrevista en XL Semanal.
Su discoteca Billionaire, aunque diga que no se divierta en ella, fue otro de sus pelotazos. El exjefe de Alonso, que es natural de Verzuolo, un pueblo del norte de Italia, es tan inteligente que 'estafa' a los ricos: "Los conozco y hago negocios con sus vicios, que un cliente deje 100.000 euros de propina significa que hay alguien que tiene medios y está agradecido, tampoco hay que escandalizarse".
A Briatore no le agrada leer porque por su mente solo pasa una obsesión: "Me divierto más pensando cómo crear cien puestos de trabajo antes que viendo Lo que el viento se llevó". Dice, de hecho, que los Briatore del futuro son aquellos "que crean puestos de trabajo y no aceptan aportaciones de nadie".
"Fui el primero en hacer algo diferente en la Fórmula 1"
Asesor de AlpineEs un empresario visionario que saca pecho de ser "el primero en hacer algo diferente en la Fórmula 1", allá por los setenta. Él no pensaba ingresar en el Gran Circo porque, como reconoció en su día, "no había visto una carrera en mi vida y no tenía intención de entrar en F1". Su vida cambió en 1974, cuando el entrenador de tenis de Silvio Berlusconi le presentó a Luciano Benetton, se hicieron amigos y este le encargó abrir mercado en Estados Unidos.
En diez años ya había ochocientas tiendas Benetton: "Él estaba en todas partes, mi vida cambió, yo entré en su equipo para hacerle un favor, me pidió ser director... y pasamos de ser fabricantes de camisetas a ganar el Mundial con Michael Schumacher en 1994". Tras su éxito en la escudería Benetton, llegó a Renault en el año 2000 como jefe de equipo hasta el 2009.
Su ojo especial le llevó a acertar con Schumacher primero y con Alonso después. En una entrevista con Euronews hace tres años, además de hablar sobre sus inicios en la categoría, demostró las vueltas que da la vida. "Si quisiera volver a la Fórmula 1 lo haría mañana mismo pero, ¿qué voy a hacer? Sería ridículo volver", pensó Briatore en 2021.
«Sería ridículo volver... ¿qué voy a hacer en la Fórmula 1?»
Tardó meses en desdecirse y volver ya que la F1 confió en él en 2022 y lo contrató como embajador. Una decisión controvertida pues parte del paddock y la mayoría de la prensa británica todavía le guardaba rencor por su carrera amañada en Singapur con Renault. Ese sentimiento se ha ido desvaneciendo, sin desaparecer del todo, en la parrilla. Felipe Massa, el más damnificado en aquel Mundial, no ha encajado bien la vuelta de Flavio: "La noticia habla por sí sola, pasan cosas extrañas en este mundo".
Su vuelta trae consigo todo lo que es Briatore pero con una versión más formalita. No porta camisas abiertas con pelo en pecho mientras se postra en su yate Forced Blue de 63 metros de eslora, entre los 100 más grandes del mundo, pero mantiene su esencia. Habrá que ver si muestra una faceta más corporativa con Alpine o alza la voz en temas extradeportivos como ha hecho en alguna ocasión.
"¿Qué más quiere la gente con Donald Trump?", preguntó irónicamente sobre su amigo. Ignoró el coronavirus cuando provocó focos de contagios en Italia en plena pandemia pues creía que era "un virus de panaderos". "Es 100% manipulación, todo política y todo propaganda, es el peor Gobierno de la historia, no han trabajado ni una hora, debería haber un 80% menos de políticos", aseguró. Parece que hizo una excepción con el expresidente del Gobierno José María Aznar.
Los vínculos de Briatore con España no terminan con Alonso. Conoció a Alejandro Agag, yerno de Aznar, tras la boda de este con Ana Aznar. Luego negociaron los derechos para televisión de la F1 en España y le encargó llevar sus clubes en Marbella. Aznar y Briatore han establecido con el tiempo fuertes lazos hasta el punto de celebrar juntos el cumpleaños de su hermana en el ya citado yate Force Blue, en Mahón.
El empresario salió a flote tras aquella sanción de 2009 y parece haber sido perdonado. "Todo el mundo merece una nueva oportunidad", dijo Toto Wolff hace un par de días sobre el escándalo del Crashgate que todavía persigue a Briatore. Parecía que iba a ser sancionado de por vida por provocar que Piquet se estrellara para allanar el camino al triunfo de Alonso pero la Justicia le respaldó.
Aquel castigo fue revocado por el Tribunal Civil de París, que desautorizó la medida tomada por la Federación Internacional de Automovilismo. La F1 le ha dado una segunda oportunidad a un nuevo Briatore: más formal pero tan negociante como siempre.