FÓRMULA 1

Aston Martin, sexto equipo según lo visto en Australia... gracias al ritmo a una vuelta y en carrera de Fernando Alonso

Williams domina la media tabla más ajustada de la historia.

Alonso, durante el Gran Premio de Australia./ASTON MARTIN
Alonso, durante el Gran Premio de Australia. ASTON MARTIN
Jorge Peiró

Jorge Peiró

Aston Martin no ha diseñado el octavo coche de la parrilla durante este invierno. Al menos, su posición durante el caótico Gran Premio de Australia no fue tan retrasada. El accidente de Fernando Alonso en la vuelta 34 y el meritorio sexto puesto de su compañero Lance Stroll ocultaron el lugar en la parrilla que ocupó su monoplaza durante la primera cita de la temporada.

Ni tan arriba ni tan abajo. Ni tan amargo y cruel como el abandono del español ni tan dulce y efusivo como los ocho puntos que sumó el canadiense. Eso sí, una certeza es clara: el equipo Williams, comandado por Carlos Sainz desde el muro tras abandonar en la primera vuelta y por Alex Albon en pista, está un paso por delante. 

Tras su salto durante el invierno, ahora mismo lideran la que será la media tabla más ajustada de la historia de la Fórmula 1, donde Alpine, Haas, Racing Bulls y, en menor medida, Sauber, tendrán mucho que decir contra Aston Martin durante las 23 pruebas que restan. En cada sesión de este curso, cada milésima marcará la diferencia. Más que nunca.

Aston Martin es hoy, al menos según lo visto en Albert Park, el sexto equipo de la parrilla de Fórmula 1. Y si emerge alguna duda, ahí está Fernando Alonso, pese a su accidente, para disiparla. Con un Gran Premio superado y pocos datos sobre la mesa tras la lluvia de Australia, es precipitado acertar de lleno las posiciones de las escuderías, aunque tanto la clasificación como el ritmo de carrera dejan destellos para ordenar la tabla. Se sabe con certeza que McLaren domina y poco más.

Empezando por la clasificación, donde Alonso fue 12º y Stroll 13º, pero su potencial vuelta óptima era de 'top diez'. Y aquí no vale el '¿por qué no dieron esa vuelta entonces?'. El asturiano, que ha demostrado su capacidad para exprimir el monoplaza a una vuelta, cometió un error y dañó el fondo de su coche en Q2. No fue capaz de mejorar su tiempo (hizo un 1:16.453 que no batió el 1:16.288 que le valió para entrar de sobra en Q2) por tener el fondo maltrecho. Aquella salida le condenó.

Viendo la facilidad con la que pasaron el primer corte y los daños confirmados por Aston Martin, ese bólido era carne de entrar en el 'top diez', además, con cierta facilidad. Luchar por estar más arriba ya es otra historia. Se puede apreciar a través de todo el tiempo que ganaron sus rivales en su mejor giro de Q3, teniendo en cuenta la mejora de pista. Hubo quien ganó hasta tres décimas (el poleman Norris pasó de un 1:15.415 en Q2 a un 1:15.096 en Q3, Piastri pasó de un 1:15.468 a un 1:15.180, Tsunoda, de un 1:16.009 a un 1:15.670 o Albon, que también ganó un par de décimas con su 1:15.737 cuando venía de un 1:16.017 unos minutos antes).

Estas vueltas solo reflejan la gran mejoría de los rivales en una Q3 cuyo tiempo de P10 estuvo fijado por Carlos Sainz y su 1:16.002. Ya solo cogiendo el registro de Alonso en Q1 (1:16.288) y quitándole un par de décimas de esa mejora de pista, siendo muy conservador, de una sesión a otra, hubiera peleado por la P10. Si se resta alguna décima más, que es lo que correspondería en realidad por la mejora del asfalto de Q1 a Q3, el asturiano se habría ubicado entre los Ferrari, en una hipotética octava plaza. Para eso estaba su coche.

Algún aventurado lo coloca más arriba pero, la realidad es que habría superado a un Williams, los dos Alpine y un Racing Bulls con ese resultado. Hablar de esas posiciones no es digno de ser el octavo coche de la parrilla aunque, en muchas ocasiones, Stroll sea el verdadero termómetro del rendimiento del coche verde, sobre todo por su falta de poderío a una vuelta. Cuando el talento del español entra en acción, el monoplaza gana posiciones como la pólvora.

El tercero más rápido en pista

Los ritmos de carrera del domingo también desvelan conclusiones. Alonso estaba volando en pista antes de encontrarse aquella "montaña de gravilla" que le estampó contra las protecciones tras la curva seis. Esto deja dos realidades: que estaba siendo de los más rápidos en pista cuando el asfalto se estaba secando y los tiempos por vueltas empezaban a caer... pero nadie sabe cuánto estaba apretando y cuánto neumático le quedaba. Solo él sabe lo que tenía en el bolsillo.

Tal vez, en su caza a Gasly por la novena plaza, sí tuviera bastante goma para seguir empujando. Tal vez, por eso miraba con tanta atención el caótico directo de la carrera cuando todos se salían de pista y él estaba en su garaje, con las orejas tiesas y los colmillos afilados: "Ahora está más interesante que cuando estaba yo, ojalá estar ahí".

Los últimos tiempos del bicampeón asustan: 1:29.718 (-0,333 a Gasly) en la vuelta 29, 1:29.374 (-0,750) en la vuelta 30, 1:28.850 (-0,449) en la vuelta 31 y 1:28.819 (-0,564). En este último giro, Alonso fue el tercer piloto más rápido en pista, solo por detrás del 27,800 de Norris y del 28,208 que registró Verstappen.

Con Doohan y Sainz fuera de combate nada más darse la salida, la referencia para medir ritmos en un circuito donde Aston Martin fue fuerte en el primer y segundo sector y débil en el tercero, son sus otros rivales: Tsunoda y Albon. Al japonés, que terminó duodécimo, llegó a meterle más de un segundo por vuelta. En concreto, en la vuelta 32, donde la diferencia llegó a ser de -1,673. En la anterior, le aventajó por -1,232, en la 30 por -0,810, en el giro 29 le quitó -0,313, le rascó centésimas en la anterior y le arrebató -0,171 en la 27.

Con Albon, que logró un brillante quinto puesto, también hubo diferencias en algunos tramos. Alonso fue -0,305 más rápido que el Williams en la vuelta 29, -0,254 en la vuelta 30, -1,203 en la vuelta 31 y -1,367 en su última vuelta cronometrada. Los tiempos del Aston Martin del ovetense no fueron dignos de ser el octavo equipo, al menos en Australia. No obstante, con las mínimas diferencias que habrá este curso, no es una barbaridad colocarlo como séptima escudería o, incluso, octava. Pedro De la Rosa, embajador de Aston Martin, dio la clave en los micrófonos de DAZN durante el fin de semana cuando apuntó que la diferencia la marcará "el tipo de circuito".

En China, el equipo de Silverstone no sufrirá como en Baréin, sobre todo en sus curvas lentas, punto débil del coche de Alonso hasta ahora. El bicampeón ya adelantó el argumento de De la Rosa hace algunas semanas, ante los pocos medios españoles (Relevo entre ellos) que estuvieron en la inédita presentación de los coches en Londres. "Habrá que esperar varias carreras", haciendo referencia a las características tan diferentes de trazados como los de Australia, China, Suzuka, Baréin y Yeda.