Cómo entender el gafe de Fernando Alonso a través de un puñado de piedras y el envoltorio de un sándwich
El asturiano se fue de vacío de Melbourne tras su accidente en la vuelta 33.

Fernando Alonso es gafe. Te gusten o no las carreras, has escuchado este topicazo los lunes en el bar o en la universidad. Desde hace dos décadas, más o menos, justo cuando el bicampeón del mundo dejó de vestir aquel color azul celestial del equipo Renault. Parece que, desde entonces, todo le pasa a él. Que si es un mártir, que si tiene mala suerte, que si se le para el coche...
La última demostración, ayer, en Australia. Lo que parecía en principio un error de pilotaje del asturiano terminó siendo, una vez más, una alineación de astros que se pusieron en su contra. Las imágenes de ese puñado de piedras que se colaron en la pista vencen al argumento conspiranoico alonsista de que Alonso 'siempre tiene mala suerte'.
El español estaba apretando como nunca e iba volando en pista. Nadie sabe bien dónde se había guardado ese ritmo para ser el tercer piloto más rápido en pista en unas condiciones infernales. Los tiempos de sus últimas vueltas asustaban a todo el mundo menos a los Norris, Piastri y Verstappen, que rodaban en otra galaxia.
Pues ahora ya sabemos qué pasó en esa curva 6…😳 #rallyedakar pic.twitter.com/iGfYsHST2C
— Pedro de la Rosa (@PedrodelaRosa1) March 16, 2025
Con esa velocidad endiablada, se fue a cazar a Gasly, al que tenía desde hacía varias vueltas a algo más de un segundo. No podía con el francés y quería esa novena plaza. El caso es que Alonso apretó, para algunos de más y para otros pecó de ambición, y, en su persecución, resbaló sobre el piano de la curva seis. A priori, no debió apoyarse sobre él porque estaba mojado y le iba a hacer perder el control de su coche.
Si no lo coges, no ganas tiempo, y quería cada milésima para tirarle el coche al piloto de Alpine lo antes posible. En el momento, y antes de ver las pruebas del delito, el piloto reconoció "un error". No obstante, la clave, dicho por el propio Alonso a la postre y por Pedro De la Rosa, fueron las piedras de grava que se habían colado en pista. "Creo que no pisé fuera de la pista, no hice una línea diferente pero me encontré mucha grava y perdí el coche", comentó el piloto.
Revisando imágenes de vueltas previas, se aprecia perfectamente cómo Gasly perdió el control de su monoplaza previamente entrando en esa misma curva. Realizó una excursión por la grava y llenó la pista de esa montaña de la que hablan en Aston Martin. "El incidente vino de la nada, para ser sincero. Una sorpresa perder el coche porque pasé por donde siempre. Solo me he encontrado con mucha grava en mitad del circuito y he trompeado. No entendí el incidente, me encontré una montaña de gravilla, fue un error o incidente muy costoso para el equipo", añadió Alonso.
Explicación y momento en el que Fernando Alonso pierde tracción por tocar la grava residual y tiene el accidente
— Inda (@Inda_F1) March 16, 2025
En comparación a Gasly se aprecia que levanta muchísima grava con la delantera izquierda que después llega a la rueda trasera izquierda donde pierde la tracción pic.twitter.com/0cTK8Xvhis
De la Rosa, fue contundente en X tras la carrera, y defendió al asturiano bromeando con una comparación al Rally Dakar, debido a la cantidad de piedras que se encontró el ovetense. "Pues ahora ya sabemos qué pasó en esa curva seis...", redactó, junto a un par de imágenes donde se ve la cantidad de piedras que invadieron el trazado. Lo condenaron y Alonso se enteró.
Fue sutil a través de su cuenta de Instagram: subió un story tras la carrera con una imagen del momento de su accidente para mostrar la cantidad de piedras que se encontró antes de perder su Aston Martin. La gravilla y el piano mojado fueron una combinación letal que terminaron con su carrera antes de hora y que le frustaron. "No planeado", escribió en su mensaje.
Que entre gravilla en pista, que se paren sus coches en etapas como la de McLaren-Honda o Alpine o que se le cuele el envoltorio de un sandwich en los conductos de freno de su monoplaza, evidentemente, no es culpa suya. Que se pueda considerar como gafe ya es otra historia. El coche verde estaba para sumar muchos más puntos a la clasificación de la F1 en Melbourne, así lo demostró Lance Stroll con su brillante sexto puesto, e invita a recordar otros episodios llenos de infortunios.
Y van unos cuantos. Por ejemplo, el de su carrera de vuelta a la Fórmula 1 en 2021, con el equipo Alpine. Una jornada señalada en su trayectoria se arruinó por culpa de un objeto tan simple como el envoltorio de un sandwich. Aquel plástico fue bailando por las dunas del desierto de Baréin hasta que decidió colarse con mala baba en los conductos de freno del coche de Alonso. Le obligó a abandonar aquella carrera y, como esa, las ha habido de todos los colores. Gafe o mala suerte, sea lo que sea, lo que está claro es que le seguirán sucediendo.